domingo, 21 de septiembre de 2008

“Vienen nuevos recursos: Dios nos está destetando de los viejos recursos para llevarnos hacia Su provisión sobrenatural”

 

Por Bill Yount

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Filipenses 4:19: “Su destino es la destrucción, adoran al dios de sus propios deseos y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal”.

El sonido de la campana de Wall Street

No conozco mucho acerca de Wall Street y el mercado de valores, pero recuerdo haber crecido oyendo la campana en la escuela a lo largo de mi niñez. Significaba un tiempo de receso. Para mí, esta era una palabra poderosa y siempre traía una bendición para romper con la rutina de las cosas y ser libre para disfrutar de ese tiempo. Percibí que la campana que sonaba en Wall Street podría ser una señal para el pueblo de Dios: ¡estamos en receso, no en recesión! Este es un tiempo de receso acerca de la manera como estamos acostumbrados a satisfacer nuestras necesidades y, por lo tanto, tendremos la oportunidad de ver a Dios cuidándonos sobrenaturalmente en todo lo necesario.

¡Estamos en la transición de “creer” en milagros hacia “vivir” en ellos! Pude ver al Padre diciéndoles a Sus ángeles que derramaron el maná y alimentaron a millones de Sus hijos en el desierto: “¡Creo que ahora están listos para vivir por fe!”. Pude oír al Padre decirle a la Roca (Jesús) que siguió a Sus hijos a lo largo de su peregrinar por el desierto: “¡Ahora creo que están listos para hablarle por fe a esa roca y ver cómo brota el agua para calmar su sed, en vez de mirar al mundo para que los satisfaga!”.

Desecha las ropas que no utiliza

Deuteronomio 29:5: “Durante los cuarenta años que los guié a través del desierto, no se les desgastó la ropa ni el calzado”

No sé si decir esto, pero tengo un par de pantalones negros que tienen veinte años de antigüedad y aún los uso de tiempo en tiempo. No porque me disguste comprar, ¡pero es como si no se fueran de mi vida! ¿Notó que su ropa y muchas otras cosas, parecen durar mucho más de lo que quisiera? Me acostumbré a esto, porque veo cómo cae esta unción sobrenatural sobre nuestras posesiones, como automóviles y aparatos, cuando servimos al Señor en estos últimos días. También tengo un par de zapatos negros que mi pastor me compró hace 20 años y difícilmente se ven utilizables. Parece que tienen otros veinte años de uso.

Aparentemente, los vestidos y los calzados de Israel crecían con ellos. La misma unción que hizo crecer a millones de zapatos y que no se desgastaran durante cuarenta años, sigue presente en nuestros días. ¡Las suelas de sus zapatos duraron más que los mejores neumáticos radiales Michelin del mercado!

Recorte financiero en las fuentes en las cuales confiamos

Recientemente experimentamos un recorte en un presupuesto misionero específico. Inmediatamente mi carne se aceleró preguntando por qué una fuente cortaba su apoyo. Mientras cargaba toda mi munición de buenas razones a través de las cuales no debían cortar su ayuda hacia nosotros y cuando estaba listo para confrontar esta situación, el Señor me habló diciendo: “¡Guarda tu paz! No estás siendo cortado, te estoy podando. Este recorte hará que se incrementen los aportes financieros desde otras fuentes, ¡incluyéndome a Mí!”. Percibo que muchos están experimentando situaciones similares respecto de sus finanzas. Debemos mantener nuestros ojos en Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe. ¡Creo que Él nos está removiendo de las fuentes a las cuales nos acostumbramos y ahora quiere probarnos mucho más que Él es nuestro Pastor y nada nos faltará!

Dios está llevando a Su pueblo a completar un ciclo. Esto significa: “completamente hacia donde no hay escasez”. Cuando Jesús envió a Sus discípulos a servirlo sin alforja, agenda o calzado, luego les preguntó: “Cuando los envié a ustedes sin monedero ni bolsa ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?” (Lucas 22:35).

Los pequeños llevarán una bolsa de comida en tiempos de escasez

Juan 6:9: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente? …”.

La misma unción que estaba sobre ese pequeño que entregó su almuerzo de dos peces y cinco panes, está llegando sobre los niños para alimentar a las multitudes. Percibo que al menos algunos adultos en esa congregación de cinco mil tenían comida, pero no quisieron compartirla. Los niños serán usados grandemente para operar milagros y alimentar a muchos con la palabra del Señor. El León de Judá rugirá a través de estos niños, echando al temor del Cuerpo de Cristo y del mundo, mientras Jesús multiplica sus ofrendas aparentemente pequeñas. ¡Imagine a ese niño pequeño regresando a su casa con doce cestas llenas con lo que sobró!

El número doce significa “perfección de gobierno”. Percibo que el Señor usará a los niños para manifestar Su gobierno, el cual descansa sobre Sus hombros. ¿Puede ver al Padre danzando con los niños sobre Sus hombros, empujándolos hacia puestos de autoridad gubernamental con influencia en el Reino y el mundo?

Es interesante notar que no existe ninguna referencia en las Escrituras a la vida de Jesús antes de los doce años de edad y sólo una referencia en 29 años. Estas palabras deben ser muy significativas. Las palabras que habló fueron en presencia de los maestros y líderes de Israel, y tienen un gran significado para nosotros hoy. Lucas 2:49 dice: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?”

Mientras Dios derrama Su Espíritu sobre nuestros hijos e hijas, no debemos limitarlos por su edad. Juan el Bautista saltó en el útero de Elizabet ante la mención del nombre de Jesús y aparentemente hizo que su madre sea llena del Espíritu. Parece que Juan lo recibió primero y le impartió esa ola del Espíritu Santo a su madre. Lucas 1:41 nos dice: “Tan pronto como Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre. Entonces Elisabet, llena del Espíritu Santo…”. ¡Eso no es algo temprano como para que un niño responda al Espíritu del Señor!

Gran ganancia es la piedad con contentamiento

1 Timoteo 6:6-10 dice: “Es cierto que con la verdadera religión se obtienen grandes ganancias, pero sólo si uno está satisfecho con lo que tiene. Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos. Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso. Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores”.

Pablo escribe en Filipenses 4:11-12: “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez”.

Creo que estamos a punto de descubrir las verdaderas riquezas de Cristo a través de los tiempos de prueba que tenemos por delante. Mientras somos sacudidos para seguir a Jesús más que nunca antes, las cosas de este mundo que brillan y compiten por nuestra atención, se opacarán cada vez más ante la luz de Su gloria y Su gracia. ¿Alguna vez fue impulsado a entrar en su cuarto de oración por una gran necesidad y cuando entró en Su presencia, donde hay plenitud de gozo, se olvidó del problema que lo llevó a orar? Una vez le dije al Señor: “Me olvidé de la gran necesidad que me trajo hacia Tí, porque Tu presencia me está envolviendo”. Me respondió: “¡Yo soy Tu mayor necesidad!”.

Misericordia para los necesitados

Mientras ingresamos más y más en Su presencia a través de muchas tribulaciones, tendremos cada vez más de Su compasión hacia los pobres y necesitados, y descubriremos que existe un gozo mucho mayor en dar que en recibir. Creo que en tiempos de tribulaciones somos más impulsados hacia la gente que hacia las cosas. Las relaciones serán más preciosas que el oro y la plata, y podremos descubrir que poco con Dios es realmente mucho más. La respuesta ante un sacudón económico está escrita en nuestros billetes: “¡En Dios confiamos!”

¡Disfrute la suspensión!

Bill Yount

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