miércoles, 14 de enero de 2009

“Estamos entrando en la temporada de la plenitud de las bendiciones de Dios”

 

Por John Mark Pool

clip_image002José: La plenitud de la bendición

“José es un retoño fértil, fértil retoño junto al agua, cuyas ramas trepan por el muro. Los arqueros lo atacaron sin piedad; le tiraron flechas, lo hostigaron. Pero su arco se mantuvo firme, porque sus brazos son fuertes. ¡Gracias al Dios fuerte de Jacob, al Pastor y Roca de Israel! ¡Gracias al Dios de tu padre, que te ayuda! ¡Gracias al Todopoderoso, que te bendice! ¡Con bendiciones de lo alto! ¡Con bendiciones del abismo! ¡Con bendiciones de los pechos y del seno materno! Son mejores las bendiciones de tu padre que las de los montes de antaño, que la abundancia de las colinas eternas. ¡Que descansen estas bendiciones sobre la cabeza de José, sobre la frente del escogido entre sus hermanos!” (Génesis 49:22-26)

De hecho, la plenitud de la bendición de José ya está fluyendo. Lo que dijo Jacob acerca de él es tanto historia como profecía. Jacob le recuerda las dificultades y los fieros dardos de la tentación por las que él había atravesado. Su fe no falló, pero a través de sus pruebas cargó todas sus cargas con firmeza y no hizo nada impropio. Jacob era bien conocido por este mensaje de vida, porque tenía autoridad por haber caminado en esta realidad.

Toda nuestra fuerza para resistir las tentaciones y soportar las aflicciones provienen de Dios; su gracia es suficiente. José llegó a ser el pastor de Israel, cuidando a su padre y a su familia; también la roca de Israel, su fundamento y apoyo fuerte. En esto, como en muchas otras cosas, José fue un ejemplo notable del Buen Pastor y de la Piedra Angular de toda la Iglesia de Dios.

A los descendientes de José se les prometieron las bendiciones, un ejemplo de las bendiciones vastas y eternas que vienen sobre la simiente espiritual de Cristo. Jacob bendijo a todos sus hijos, pero especialmente a José, “quien fue separado de sus hermanos”. No sólo se separó en Egipto, sino por poseer una dignidad eminente y por ser más devoto hacia Dios.

En los días de José era una tremenda bendición multiplicarse a través de la simiente de sus antepasados para aumentar la familia de Dios. Cuando una mujer daba a luz más israelitas, se consideraba como una señal de fructificación.

Estamos ingresando en una temporada donde se manifestará la plenitud de las bendiciones de Dios, mientras abandonamos los dolores de las elecciones pobres del pasado. Déjelos ir, ofrézcalos sobre el altar de la gracia delante de Dios y experimente el refrigerio de las bendiciones fluyendo otra vez en su vida, en la restauración de sus relaciones y en la profundidad de su intimidad con nuestro Padre.

José y Jacob: un mensaje de la gracia de Dios

Cuando José se reunió con sus hermanos por causa de la hambruna, aquellos que lo vendieron como esclavo, Dios extinguió el camino por medio del cual la carne trataba con sus problemas. Este es uno de los mejores mensajes de la gracia de Dios por su propio pueblo que se puedan citar en toda la Biblia. José pudo haber ejecutado a sus hermanos, pero en lugar de ello, mostró una gran misericordia y llegó a ser el redentor no sólo para su familia inmediata, sino para toda la nación de Israel.

Jacob conocía muy bien la habilidad de Dios para transformar la tragedia en triunfo, demostrando que si nos proponemos ver a Dios en el proceso, esto hará que las piedras de tropiezo en nuestros caminos se transformen en las mismas “Puertas de Dios”. Este año permita que las piedras en su camino se transformen en sus “bendiciones de Betel”.

“Cuando llegó a cierto lugar, se detuvo para pasar la noche, porque ya estaba anocheciendo. Tomó una piedra, la usó como almohada, y se acostó a dormir en ese lugar. Allí soñó que había una escalinata apoyada en la tierra, y cuyo extremo superior llegaba hasta el cielo. Por ella subían y bajaban los ángeles de Dios. En el sueño, el Señor estaba de pie junto a él y le decía: Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra sobre la que estás acostado” (Génesis 28:11-13).

“Al despertar Jacob de su sueño, pensó: En realidad, el Señor está en este lugar, y yo no me había dado cuenta. Y con mucho temor, añadió: ¡Qué asombroso es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!” (Genesis 28:16-17)

Jacob tuvo que pagar un gran precio por las lecciones valiosas en el camino para transformarse de un engañador en una persona triunfante.

José era sólo un recordatorio, aunque en el final, Dios revirtió todas las cosas para traernos el mensaje para este año: ¡2009 es el nacimiento de nuestra transformación total!

José era el hijo favorito de Jacob. Yosef es la traducción hebrea para José y significa “se incrementa, se aumenta o se llena más”. Mientras se nos revela este tiempo, las mentiras de sus hermanos hacia su padre, nos recuerda que en el 2009 debemos desechar de nuestras vidas todo patrón de pecado de nuestro pasado. Esto traerá la sanidad necesaria para los antiguos caminos de iniquidad que requieren llegar a su fin.

La gracia es suficiente para todas nuestras necesidades. “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo” (2 Corintios 12:9).

No podemos avanzar sin cerrar los asuntos equivocados importantes de nuestro pasado. Esto nos permitirá caminar en la gratitud de la gracia de nuestro Señor, en oposición a vagar por el “desierto de los buenos deseos” para siempre. Debemos ver los deseos de Dios como nuestro estilo de vida y no sucumbir a los esfuerzos humanos de los “negocios”.

2009 será el año donde “terminarán las contiendas” por las relaciones rotas del pasado y una vez más, avanzar en obediencia a Dios para “dar a luz su destino”. ¡Ahora el espíritu de parto se está derramando sobre todos aquellos que están desesperados por dar a luz sus destinos proféticos!

Esta es una imagen real del año 2009, incluyendo la letra “tet”, que representa los “odres nuevos” o también un “vientre fértil”. Tet es la letra hebrea para el número 9 y significa un final, conclusión, plenitud de bendiciones y evangelista. Otro significado para el número nueve es conclusión.

Ahora Dios “José” (Yosef) o alargará nuestras bendiciones hacia su plenitud. Estamos tanto en un tiempo cronos como kairos. Nuestro cronos será un tiempo de plenitud si queremos permitir que el espíritu de parto provoque el tiempo kairos ordenado por Dios para dar a luz lo antes posible.

2009 es el tiempo donde usted y su familia serán animados por Dios para olvidar el pasado, abrazando la plenitud de sus bendiciones y llevar este mensaje al mundo herido.

¡2009 es un año de cosecha evangelística!

El año 2009 será el comienzo del mayor tiempo de cosecha sin precedentes que esta nación y el mundo hayan conocido. Debemos estar listos para esa cosecha. La siega es lo mejor para aquellos que prepararon sus redes. Ahora debemos ver cómo se eleva el mover de Dios. El mundo que nos rodea está experimentando esto de una manera que muchos americanos jamás vivieron.

Aparte tiempo para seguir al Señor mientras lo guía hacia una mayor profundidad de intimidad con Él y las ovejas de su prado. Él cuida a todos en su creación. Él nos hizo para glorificarlo en toda la tierra. 2009 será un año que comenzará de muchas maneras excitantes. Comience a agradecerle al Señor por todo el amor, la gracia y el cuidado que nos brindó; es mucho más de lo que podríamos desear.

¡2009 será un año para alabar y agradecer!

“Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre” (Salmo 100:4)

El rey David nombró a los Levitas para que ministraran en oración, gratitud y alabanza en 1 Crónicas 16. El corazón de este capítulo es la gratitud. Comenzando en el verso siete, David recitó su propio “salmo de gratitud al Señor”. Los versos siguientes revelan una Hermosa canción de gratitud a Dios. La verdadera adoración a Dios surge desde corazones agradecidos.

Sentimientos como la envidia, la amargura, la hostilidad y el orgullo, descalifican a cualquiera de la adoración genuina. La gratitud abre la puerta del corazón hacia Dios de tal manera que el individuo se libera para adorarlo en verdad. En cualquier parte de la Escritura se revela este espíritu de gratitud como vital para nuestra experiencia de adoración.

El rey David vivía de prueba en prueba, eso implica que su final llegaría si se entregaba a un sentimiento de derrota. Sin embargo, como tenía el mismo sentimiento de fidelidad de José y Jacob, no le dio lugar a la destrucción. Alabar y adorar ante el Dios Todopoderoso, no era sólo un bálsamo sanador para sus almas atribuladas, también era un arma de alabanza en contra de las maquinaciones del enemigo. Sí, incorporar la alabanza es un arma letal en nuestro arsenal espiritual.

“Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta, para que te cante y te glorifique, y no me quede callado. ¡Señor mi Dios, siempre te daré gracias!” (Salmo 30:11-12).

Sea como David y desarrolle el espíritu de gratitud que lo salvó de sus enemigos. “Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre. Líbrame de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi refugio. En tus manos encomiendo mi espíritu; líbrame, Señor, Dios de la verdad” (Salmo 31:3-5).

Muchas batallas vendrán a nuestras vidas en los próximos años, porque Dios está por sacudir nuestra nación como nunca antes, pero aprenderemos en este tiempo de prueba a “confiar nuestro espíritu en las manos del Señor”.

En realidad tuvimos un año donde nuestra fe fue probada, aunque eso es lo que nos fortalece como cristianos. El rey David lo dijo de esta manera: “Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas” (Salmo 34:19).

Este es el tiempo para acercarnos al corazón del Señor y agradecerle por todo lo que hizo por nosotros. Este es el tiempo para decretar y perseverar a nivel personal y familiar hasta experimentar la plenitud en el 2009 y más allá; ¡la plenitud de las bendiciones!

Siempre una voz para nuestro Señor,

John Mark Pool

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