jueves, 29 de enero de 2009

“Gracia para avivamientos sostenidos en el 2009”

 

Por Keith Miller

clip_image001Vivimos en una realidad de una gracia increíble, un endoso sobrenatural del Señor, una mayor capacidad para vivir como vencedores y como vencidos. Siento que el Señor nos está llevando hacia un nuevo nivel, elevando la gracia por completo hacia un nuevo nivel. La vida ya no nos dictará nuestras circunstancias, otros tampoco lo harán, tampoco lo harán nuestras realidades actuales. En lugar de ello, nos moveremos y funcionaremos por la realidad invisible del Reino, por este fluir increíble de la gracia irrumpiendo en lo natural.

Impacto para hoy

Ya no seguiremos atados al pasado. Es tiempo de avanzar impactando nuestro presente. Mañana haremos lo mismo. No tendremos que salir de la plenitud del ayer, porque nos despertaremos, seremos llenos del Espíritu Santo de una manera fresca cada día. Así es como quiero vivir el resto de mi vida aquí en la tierra. ¿Y usted?

A veces abandonamos en nuestra desesperación o por nuestros problemas, pero este nuevo nivel nos hará seguir perseverando hasta ver el avivamiento. No retrocederemos nunca más. Si perseveramos en ello, veremos una apertura y no será la misma que en el pasado. No necesitamos el mismo avivamiento. Cuando venga el nuevo avivamiento para hoy, lo estableceremos en la tierra y caminaremos en él todos los días. Debemos orar: “Oh Señor, quiero la gracia de hoy para un avivamiento fresco y perseveraré en ello hasta lograrlo”.

¡Espere lo nuevo y más!

Aunque hubiera experimentado los mayores avivamientos, un millón de ellos, ¡el Señor tiene más para usted! Nunca son suficientes. Siempre debemos tener hambre por más. Debemos “ver” más de lo que vimos hasta hoy. Necesitamos ver un avivamiento sostenido que transforme toda la ciudad por la gloria y el poder de Dios, viendo a una ciudad testificándole a la otra, desatando una reacción en cadena que transformará toda la nación. Necesitamos ver un avivamiento por la salvación de nuestros hijos para que caminen por siempre y para siempre en la gracia, testificando en sus escuelas. Necesitamos ver avivamientos radicales en nuestras finanzas para que nunca más estemos en necesidad monetaria, ¡para poder darles a los pobres y seguir teniendo lo suficiente!

¡Crea!

Para que las cosas sucedan debemos creer todo lo que está escrito en su Palabra. ¡Es vital para un avivamiento lo suficientemente largo como para ver la salvación de todas las naciones!

Cuando se eleve hasta este nuevo nivel de avivamiento para hoy, ¡la gente lo notará! ¡Mis hijos lo notarán! Hace no mucho tiempo, mi hijo Troy me vio ministrar en la televisión y lo primero que dijo cuando regresé a casa fue: “Papá, estás en otro nivel, ¿cierto?”. Troy estuvo conmigo en el ministerio por cinco años y pudo ver los nuevos niveles en los que el Señor nos introdujo. Cuando la belleza de la gloria del Señor está sobre nosotros, nuestros hijos lo notarán. ¡Piense en el impacto sobre nuestros jóvenes! ¡Gloria!

Pida más

Debemos anhelarlo. Debemos desear más. ¡Dios nos ama hambrientos! Sé que estoy pidiendo más en este tiempo que en años anteriores. El año pasado fue bueno, pero hoy sueño cosas mayores. Probé aperturas asombrosas, pero anhelo más. Si pruebo un poco de algo que me gusta quiero más y no desistiré hasta haberlo alcanzado. ¿Y usted?

Niéguese a abandonar

¡No abandone! Diga en voz alta: “¡No puedo abandonar!”. Dios le dará la gracia que lo capacitará para mantenerse y atravesar todo para subir hacia los próximos niveles en su destino divino. Sea cual fuere la realidad de la gracia que esté pidiendo para su vida, ¡Dios quiere soltarla de un tirón para bien!

Beneficios de una apertura sostenida

Los beneficios de buscar la longevidad en lo que Dios suelta sobre su vida lo moverán hacia adelante de múltiples formas. En primer lugar, será:

• una persona que no avanza y retrocede.

• una persona que no se mueve por las palabras de los hombres.

• una persona que no se mueve por sus circunstancias.

• una persona tan arraigada y anclada profundamente en el amor de Dios que no puede ser removida.

Una persona que no puede ser removida, es alguien plantado con firmeza y regado por la gracia del Señor. En pocas palabras, ¡esta es la definición de un vencedor! Pero hay algo más de lo que podemos estar seguros: Estaremos alegres.

¡Exalte al Señor y gócese!

“Que se levante Dios, que sean dispersados sus enemigos, que huyan de su presencia los que le odian. Que desaparezcan del todo, como humo que se disipa con el viento; que perezcan ante Dios los impíos, como cera que se derrite en el fuego. Pero que los justos se alegren y se regocijen; que estén felices y alegres delante de Dios” (Salmo 68:1-3).

Contrariamente a la creencia popular, juzgando por las caras de muchos creyentes en nuestros días, Dios quiere, desea y espera que estemos felices. Desea levantarse a nuestro favor y esparcir a nuestros enemigos. Estaría contento por semejante apertura, ¿cierto? Su presencia trae apertura.

¡No más lamentos!

Todos tuvimos tiempos difíciles, ¿cierto? ¿Alguna vez se despertó en la mañana y emitió un gran lamento? Este lugar de apertura es donde el gozo, la felicidad y la alegría se desbordan, aunque las cosas en lo natural no sean óptimas.

En estos días estoy en el lugar donde me despierto en la mañana y me siento feliz. Donde solía despertarme y decir: “Las cosas están enredadas”, hoy simplemente me río. Mi esposa Janet me pregunta: “¿Por qué te estás riendo?”, simplemente porque estoy feliz.

La alegría tiene una apariencia y es contagiosa. La Palabra dice: “Los justos se alegran”; está justo allí en la Biblia. ¡Escojo ser feliz porque soy un justo de Dios! Que los justos se regocijen y se alegren ante Dios. Sí, regocíjense extremadamente.

Mientras ingresamos en el 2009, ¿por qué no pelear por la apertura que nos hará felices? Cuando la gente está alegre se regocija y en su alegría, ¿por qué no sostener que este será el año de un gozo extremo ante Dios? Un gozo extremo para una apertura extrema, ¡qué combinación!

El pueblo de Dios debe ser feliz. ¿Por qué muchos de nosotros andamos por ahí con caras amargas? ¿Qué sucedería con la Iglesia si este año todos comenzáramos a regocijarnos sobre todo lo que hace Dios, sea grande o pequeño? ¡Hagamos que todo sea grande! No demos nada por sentado. ¿Qué hacer ante sus circunstancias? ¡También debería regocijarse!

Gozo profético

En Joel 2:21, Dios le dice al pueblo por medio del profeta: “No temas, tierra, sino alégrate y regocíjate, porque el Señor hará grandes cosas”. Viene la cosecha. Luego les vuelve a decir a los hijos de Sión en el verso 23: “Alégrense, hijos de Sión, regocíjense en el Señor su Dios, que a su tiempo les dará las lluvias de otoño. Les enviará la lluvia, la de otoño y la de primavera, como en tiempos pasados”.

Dios no dijo: “Déjenme traer la cosecha, la lluvia temprana y la lluvia tardía para que después se regocijen”. Dijo: “Regocíjense, regocíjense”, en primer lugar. Regocijarse es como un decreto profético que da a luz las cosas maravillosas de Dios, trayendo la apertura hacia toda nuestra vida.

En alguna manera, regocijarse establece el gobierno y el señorío del Reino en nuestros corazones para que podamos reírnos sin medida en medio del desastre ante la cara del enemigo y la adversidad para traer apertura, en lugar de permitir que el desorden nos caiga encima, nos asuste y nos deprima.

En este tiempo estamos ingresando en una realidad apostólica que no tiene que ver tanto como un don individual en sí, sino con una unción corporativa sobre la gente, un gozo extremo y una generación alegre que conoce a su Dios, son comisionados y enviados por Él para decretar proféticamente la apertura.

¡Regocíjese! Su Palabra nunca falla

Una palabra de Dios puede cambiarlo todo en un instante. La apertura puede llegar así. Dios anda en las nubes y cuando nos regocijamos ante Él, envía su poderosa voz.

“Canten a Dios, canten salmos a su nombre; aclamen a quien cabalga por las nubes, y regocíjense en su presencia. ¡Su nombre es el Señor!” (Salmo 68:4)

“Cántenle a Dios, oh reinos de la tierra, cántenle salmos al Señor, Selah al que cabalga por los cielos, los cielos antiguos, al que hace oír su voz, su voz de trueno. Reconozcan el poder de Dios; su majestad está sobre Israel, su poder está en las alturas” (Salmo 68:32-34).

Dios cabalga sobre las nubes, en los Cielos de los cielos. Una vez más, nos dice que debemos cantarle a Dios y regocijarnos ante Él. ¿Significativo? Lo sé. Nos regocijamos, su voz truena, espanta a nuestros enemigos y los dispersa.

¿Conoce el sonido?

Su palabra nunca cae al vacío, hace lo que debe hacer y hace lo que dijo que haría. Cada palabra que sale de su boca no regresa vacía, cumple todo lo que a Él le place y prosperará para hacer todo aquello para lo cual fue enviada (Isaías 55:11). Su voz trae apertura. El Salmo 89 nos dice que somos bendecidos si conocemos el sonido de Dios hablándonos. Cumplirá todo lo que dice que hará. No sólo algunas cosas, sino todo. Así sea algo que habló hace 500 años, 100 años, 20 años o ayer mismo; su voz lo cumplirá.

¿Cuando viene la restauración?

El Espíritu Santo vela por cada palabra que Dios habló. Habló palabras sobre ciudades y regiones, ¿sabía que ninguna de ellas cayó al suelo? Las Palabras que Él envió para que se cumplan, nunca regresaron vacías y tampoco lo harán.

La Palabra está allí, el plan está allí y el propósito está allí. ¿Quién se regocijará y soltará el trueno de su voz para espantar al enemigo? ¡Regocíjese! Suelte la voz de Dios. Su voz hará descender la lluvia (Salmo 68:8). La lluvia temprana y la tardía vendrán juntas. La temprana aún no llegó, pero el tiempo está cercano cuando ambas serán una, ¡cuando ambas sean una!

Cuando ocurre una apertura, viene la restauración. Su voz quebrará cada impedimento para su palabra. Cumplirá todo lo que fue profetizado o decretado sobre su familia, aún en generaciones pasadas. Cuando viene la apertura, también lo hace la restauración.

Cuando los molinos de harina están llenos de grano y los lagares están llenos de vino y aceite, Él nos restaurará los años que comieron la oruga, el saltón y el revoltón (Joel 2:24-25). Nos volverá a traer al estado original que siempre estuvo destinado para nosotros. Ahora mismo está buscando alguien que decrete: “Permanece en Mí como lo declaraste”.

Muchas bendiciones,

Keith y Janet Miller

No hay comentarios: