Prof. Bladimiro y Magui Wojtowicz
Palabra profética que recibí el día 13 de marzo del 2010
Luego que el Apóstol Raúl Ávila ministró una palabra sobre el pasaje de Daniel 2:26-35, donde hacía referencia al fin de una era y el comienzo de otro tiempo en el Espíritu, el Señor me entregó la siguiente Palabra profética. Este pasaje dice: “El rey le preguntó a Daniel, a quien los babilonios le habían puesto por nombre Beltsasar: ¿Puedes decirme lo que vi en mi sueño y darme su interpretación? A esto Daniel respondió: No hay ningún sabio ni hechicero, ni mago o adivino que pueda explicarle a Su Majestad el misterio que le preocupa. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios. Ese Dios le ha mostrado a usted lo que tendrá lugar en los días venideros. Éstos son el sueño y las visiones que pasaron por la mente de Su Majestad mientras dormía: Allí, en su cama, Su Majestad dirigió sus pensamientos a las cosas por venir, y el que revela los misterios le mostró lo que está por suceder. Por lo que a mí toca, este misterio me ha sido revelado, no porque yo sea más sabio que el resto de la humanidad, sino para que Su Majestad llegue a conocer su interpretación y entienda lo que pasaba por su mente. En su sueño Su Majestad veía una estatua enorme, de tamaño impresionante y de aspecto horrible. La cabeza de la estatua era de oro puro, el pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos eran de bronce y las piernas eran de hierro, lo mismo que la mitad de los pies, en tanto que la otra mitad era de barro cocido. De pronto, y mientras Su Majestad contemplaba la estatua, una roca que nadie desprendió vino y golpeó los pies de hierro y barro de la estatua y los hizo pedazos. Con ellos se hicieron añicos el hierro y el barro, junto con el bronce, la plata y el oro. La estatua se hizo polvo, como el que vuela en el verano cuando se trilla el trigo. El viento barrió con la estatua y no quedó ni rastro de ella. En cambio, la roca que dio contra la estatua se convirtió en una montaña enorme que llenó toda la tierra”.
El capitán de las huestes del Cielo
El Señor me mostró que mientras la Iglesia levantaba su rostro al Cielo en señal de adoración, podía ver al Rey descendiendo sobre Ella. Sus vestiduras eran blancas y estaba montado en un caballo blanco. Su rostro reflejaba seriedad y determinación, mientras blandía una espada que irradiaba una luz intensa. El Señor comandaba un gran Ejército de Ángeles que descendían impetuosamente sobre la tierra para ejecutar la justicia de Dios a favor de su Pueblo.
La salvación está a la mano
En medio de esa visión, el Espíritu Santo me habló diciendo: “La salvación de Mi Iglesia está a la mano, porque se terminó el tiempo donde se burlaban de Mi pequeña y la humillaban sin piedad. Pensaron sin temor que podían burlarse y tocar a Mi pequeña, creyendo que Yo me quedaría callado, de brazos cruzados y sin hacer nada. Ahora verán Quién está por Mi pequeña, ahora verán al Rey de gloria que está delante de Mi pequeña. Ahora verán el respaldo de Mis hijos. Cada palabra sembrada, cada oración que se elevó y cada declaración que se emitió, están vivas delante de Mi Trono de justicia. Este es un tiempo de grandes respuestas contundentes”.
¿Roca o estatua?
El Espíritu Santo continuó diciéndome: “Yo soy la Roca que desmenuza los pies de barro de la fuerza del hombre, inspirado en el espíritu humanista que se levantó arrogante para desafiar a los santos y burlarse de las cosas sagradas. Verás hija Mía el alcance que tuvo mantener la confesión de la fe, aunque no veías la respuesta o aún cuando clamabas, veías que las cosas que se manifestaban eran opuestas a tu declaración. En este tiempo hija Mía, verás Mi respaldo sobre ti. La estatua no tiene respaldo, por eso se cae sin remedio ante el poder de Mi presencia. El poder del hombre no tiene respaldo, por eso no puede permanecer en pie ante las catástrofes de la vida”.
El verdadero respaldo
El Espíritu Santo continuó diciendo: “Pero tú hija Mía, tienes el respaldo eterno del Único, el Santo y el Verdadero, por el Pacto que hice contigo. No te dejaré ni te desampararé en ningún momento y en este tiempo se verá. Todo ojo en esta Tierra verá el respaldo eterno sobre Mis hijos. Todo ojo en esta Tierra verá el respaldo que hay sobre Mis hijos. Los que hasta hoy se burlaron, llorarán y gemirán como niños sin madre, como niños desamparados en las noches. Correrán hacia la luz con desesperación, porque verán que es la única salida para seguir con vida. Esto sucederá por causa del respaldo que hay sobre ti”.
El poder de la perseverancia y la lealtad
El Espíritu Santo continuó diciendo: “Este respaldo se generó a través de los años de tu perseverancia y lealtad hacia la Palabra que recibiste. No fueron años de olvido, porque con cada experiencia que tuviste Conmigo, se generaba un respaldo de Mi poder y Mi autoridad a tu favor. Cuando la estatua se venga abajo, quedará claro que no formas parte del oro, la plata, el bronce, el hierro o el barro, por más imponentes que pudieran parecer. Tú perteneces a la Roca Eterna que no fue labrada ni cortada por la mano de los hombres”.
Saturados por la Justicia de Dios
El Señor me mostraba una visión donde veía una gran cantidad de globos suspendidos del techo del salón donde nos encontrábamos reunidos. Estaban muy distendidos, como si estuvieran cargados de agua y a punto de reventar.
En ese momento, pude oír la voz del Maestro que me decía: “Todos los que tienen hambre y sed de justicia, cuando caigan estos globos sobre sus vidas, serán saciados. Todos los que pasaron por burlas, persecuciones, fueron negados, perdieron sus trabajos o fueron rechazados por sus familiares por ser fieles a mi Palabra; ahora serán saciados. Es tiempo de elevar tus manos hija Mía porque llegó el día de tu redención”.
“Cuando declares Mi presencia, esos globos de justicia caerán sobre tu vida y serás saciada. Aún no logras comprender el concepto de ser saciada. Aunque conoces el significado de recibir mucho o pasar por tiempos de abundancia, aún no viste qué implica ser saciada por Mi justicia. Cuando Mi justicia te baña, cada poro de tu cuerpo dará a conocer Mi justicia y todo el mundo que te rodea conocerá que Yo estoy contigo”.
Saciados de la Justicia de Dios
El Señor me guió a declarar, decretar y establecer en su Nombre que cada corazón sediento de justicia era saciado en ese mismo momento. Luego de esta declaración, pude ver cómo esos globos caían sobre la gente y los bañaba por completo, mientras se desataba un tiempo de alabanza y adoración intenso, donde la presencia del Señor era tangible. Era el momento de cantarle al Rey de Justicia por su presencia santa en nuestras vidas.
En un mundo en desesperación, el Dios de Justicia cantará sobre ti
Repentinamente, pude ver que el cuadro cambió de una manera radical. El Cielo se abrió y pude ver el Trono de Justicia y al Padre sentado en el. Ahora el cuadro se revertía, porque el Padre comenzaba a cantar melodías de justicia sobre sus hijos. Desde el Trono de Justicia del Padre se desprendían melodías en forma de luces que descendían sobre su Pueblo. Este río de luz envolvía a cada persona con una nube de luz muy blanca y densa, mientras una serie de haces de colores rodeaban sus cuerpos. Eran haces de color rojo, verde, amarillo y azul que giraban vertiginosamente alrededor de los cuerpos de las personas que quedaban envueltas como en un capullo de la gloria de Dios. Estaban literalmente selladas y blindadas por la gloria del Eterno.
El poder del Pacto
El Espíritu Santo me habló y me dijo: “Esos colores representan el arco iris que se estableció como señal del Pacto que Dios hizo con Noé cuando salió del arca. En este tiempo, esta impartición de la gloria de Dios preservará con vida a los hijos del Pacto ante los tiempos de agitación que se están viviendo. Nada podrá tocarlos y esta será una señal para que los incrédulos corran hacia la luz del Evangelio en busca de salvación”.
El canto de Justicia
Pude oír la voz del Espíritu Santo que me decía: “El canto de justicia del Dios eterno te está saciando. Todos los años que trabajaste sobre tierra dura, todos los años que sembraste en tierra desértica, todos los años que les predicaste a corazones de piedra; ahora se capitalizan a tu favor por causa de tu perseverancia y tu lealtad hacia el mensaje del Reino. El Dios de justicia está cantando sobre ti ahora. En este día manifestaré mi justicia a tu favor y nadie te podrá detener”.
“El tiempo de la espera llegó a su final. El tiempo de caminar en pena se terminó, porque ahora manifestaré mi justicia a tu favor. Los pequeños serán engrandecidos, los de corazón abatido recibirán fuerzas sobrenaturales, los cansados se levantarán. Los que pensaron que las cosas en las cuales creyeron se habían muerto, verán la resurrección de sus sueños, visiones, proyectos, trabajos, familias, empresas, ministerios, etc. El canto de justicia los resucitará, porque son melodías de restauración y restitución. Los hijos de Dios son parte de la Roca y no de la estatua. En este tiempo la tierra conocerá quienes son parte de la Roca y quienes siempre fueron parte de la estatua que representa al poder humano”.
Los amamos y bendecimos,
Prof. Bladimiro y Magui Wojtowicz
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