lunes, 8 de marzo de 2010

“Mientras las familias comenzaban a orar juntas, pude oír que el corazón de la Nación volvía a latir una vez más”

 

Por Bill Yount

clip_image002Mientras comencé a oír a las familias orando juntas, pude percibir en el espíritu que el Padre decía: “¡Puedo oír que el corazón de la Nación vuelve a latir una vez más y puedo sentir su pulso!”

Siento que la verdadera guerra sobre nuestra Nación es contra su mismo corazón: la familia. Oí muchas clases de alertas de oración por nuestra Nación en este tiempo, pero siento un llamado urgente desde el trono para que “nuestras familias oren juntas en este tiempo crítico por nuestra Nación”.

El poder de la oración en nuestra familia

Creo que no valoramos y subestimamos el poder de la oración en nuestras familias. Hay algo sobre las familias que toca y mueve el corazón de Dios. Desde Adán y Eva, el deseo del Señor es que su familia sojuzgue la tierra y manifieste el Reino en los asuntos de este mundo. Creo que satanás temió a la simiente de la mujer porque tiene el poder para destruirlo. Los hombres (nuestros hijos) pelearán con sus enemigos en las puertas (Salmo 127:5).

Antes de pensar que para usted es imposible reunir a toda su familia para orar, simplemente júntense. Permítame recordarle qué dice la Palabra del Señor:

“… si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo” (Mateo 18:19)

“... ¿Cómo podría un hombre perseguir a mil si su Roca no los hubiera vendido? ¿Cómo podrían dos hacer huir a diez mil si el Señor no los hubiera entregado?” (Deuteronomio 32:30)

“...según la medida de fe que Dios le haya dado” (Romanos 12:3).

Como Dios le entregó a cada hombre una “medida de fe”, ya forma parte del ADN de su familia. Como creyente, (aunque sea el único en toda su casa), puede ayudar a activar la fe en el ADN de su familia. ¡Párese en fe y pídales que oren con usted para ver qué sucede! Creo que su familia se sentirá honrada por la invitación y por creer que son capaces de orar. Mire lo que el Espíritu Santo hace mientras los que están en la casa aún piensan acerca de la oración.

Pude ver al Espíritu Santo moverse sobre los que no conocen a Dios en mi familia. Mientras les pedía que oren por mí, Dios respondió sus oraciones para probar que es real. ¿Quizá siempre recurrimos fuera de la familia para orar, cuando quizá el Señor quiere obrar desde el interior de nuestras familias para responder más de nuestras oraciones?

Siento que con las próximas elecciones hay diferentes puntos de vista en nuestras familias, pero ¿por lo menos podríamos orar con tantos miembros de nuestras familias como sea posible para que Dios intervenga con sus caminos? Podríamos unirnos para que Dios nos muestre sus caminos mientras comenzamos a orar juntos. Quizá sea claro para algunos de ustedes, pero la atmósfera de oración con la presencia de Dios puede transformar los corazones de muchos para que cumplan su voluntad en nuestra nación.

¡Mi casa servirá al Señor!

“… Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor” (Josué 24:15). Creo que mientras Josué declaraba sobre la nación de Israel que eligieran entre la vida y la muerte, no sólo proclamaba la importancia de su decisión personal, sino su corazón para su familia.

Sentí el corazón de Josué para que cada padre y madre decretaran que sus familias también servirían al Señor. ¿Estaba percibiendo el poder de las familias unidas para impedir la destrucción de la nación? Creía que si Dios podía salvarlo a él, también salvaría a su familia. Pero también pienso que creía que si Dios salvaba su familia, ¡también salvaría al resto de la nación!

Hechos 16:31 dice: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos, le contestaron”. Creo que ahora, más que nunca, necesitamos decretar que toda nuestra casa será salva y comenzar a decretar sobre nuestra Nación: “¡Una Nación, nuestra Nación bajo la mano de Dios!”. Nuestro Padre aún tiene este sueño en su corazón que no es sólo para su familia, ¡sino para que toda la Nación se pueda salvar aún en un solo día!

“¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién ha visto jamás cosa igual? ¿Puede una nación nacer en un solo día? ¿Se da a luz un pueblo en un momento? Sin embargo, Sión dio a luz sus hijos cuando apenas comenzaban sus dolores” (Isaías 66:8).

¿Podría ser que desde el Edén nuestro enemigo sabe que las familias tienen el poder secreto para destruir las tinieblas y liberar a todas las naciones? ¿Será esta la razón por la cual lanzó al infierno en contra de las familias?

“Así que Jonatán le dijo a su escudero: Vamos a cruzar hacia la guarnición de esos paganos. Espero que el Señor nos ayude, pues para él no es difícil salvarnos, ya sea con muchos o con pocos. ¡Adelante! respondió el escudero. Haga usted todo lo que tenga pensado hacer, que cuenta con todo mi apoyo” (1 Samuel 14:6-7) Una vez más, el poder de dos en acuerdo revierte el ataque del adversario, porque el Señor vencerá a sus enemigos y salvará a la Nación en la batalla.

¡Edifique un altar y llame a la familia para que se reúna a orar!

No sé de usted, pero muchos en mi propia familia enfrentan tiempos difíciles y estuve orando por ellos. Pero recientemente sentí que el Señor me está desafiando a orar “con” ellos.

También sé que muchos de ustedes están orando por sus familias. Pero siento un llamado urgente como padres, no sólo a orar por nuestros hijos, sino para edificar un altar y llamar a los miembros de la familia a reunirse para orar con ellos.

Siento que nuestros hijos e hijas tienen las llaves para desatar algunos de nuestros propios avivamientos que como padres necesitamos desesperadamente en nuestros días. Y, como padres, también tenemos algunas claves para la desatar milagros y sanidades sobre nuestros hijos e hijas.

Siento que ahora se está soltando un poder mientras nos reunimos como familias para orar. Una vez más, no podemos forzar a nuestras familias a reunirse para orar, pero aún si uno de los miembros de nuestra familia ora con nosotros, creo que se soltará el poder que está escondido en nuestras vidas, ciudades y aún en la nación.

¡Las familias que oran juntas, se mantienen unidas y tienen el poder para desatar una nación!

Decretemos juntos: “Yo, mi casa y mi Nación, serviremos al Señor”

Bill Yount

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