Por Tiffany Ann Lewis
“Por eso, ahora voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le hablaré con ternura. Allí le devolveré sus viñedos y convertiré el valle de la Desgracia en el paso de la Esperanza. Allí me corresponderá, como en los días de su juventud, como en el día en que salió de Egipto” (Oseas 2:14-15).
El Señor nos está seduciendo para llevarnos al desierto para ser formados como un arma de adoración, una novia guerrera. Él está formando un ejército que no se preocupa por los problemas, adora porque conoce y confía sólo en Dios. Con los ojos fijos en Él, la novia guerrera desatará la autoridad del Reino mientras danza con su Novio y Rey, Jesucristo.
La adoración no es una guerra típica, pero es una estrategia efectiva y una con la que el diablo está más comprometido en destruir. No estoy hablando de cambiar algunas melodías. Por definición, adoración significa inclinarse, postrarse ante un superior para homenajearlo. La adoración es un arma que tiene el poder para cambiar la atmósfera desde la desesperanza hacia la esperanza.
Nuestra adoración adquiere poder mientras recordamos la obra de Dios y por qué la hizo. Estoy hablando de entrar en la dimensión del Espíritu, aún en medio de las pruebas y las tribulaciones o el dolor y el sufrimiento, porque conocemos la verdadera naturaleza y el carácter de Dios. Es esta verdad que libera nuestro corazón para adorar al Novio.
La adoración de la Novia
La palabra hebrea para novia es Kallah y viene de la raíz Kalah, que significa: finalizar, completar, preparar, perfeccionar (en el sentido completo, es ser sin arrugas) y consumar. Uno de los derivados de kalah se traduce en la palabra usada para riñón (un órgano vital) y habla metafóricamente sobre el corazón, el alma, la mente y el ser interior.
Es interesante notar que Jesús consideró que el primer mandamiento y el más grande sea: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” (Mateo 22:37). El amor de la Novia es un deseo vital del corazón de Dios.
El pacto matrimonial es la más íntima de las relaciones humanas y en toda la Escritura, la ligadura entre Dios e Israel se compara con la relación matrimonial entre esposo y esposa. Mientras Jesús estaba colgado en la cruz declaró: “¡Consumado es!”. Pero en hebreo, las palabras serían: “¡Es kalah!”. El pacto que se quebró ahora se restauró gracias a la sangre derramada de Jesucristo y su obra final en la cruz.
Allí descansa una paradoja: “Está terminado”, como se dijo en la cruz, aunque recién comenzó. La novia necesita forjarse como un arma de adoración, la novia guerrera. Conectadas con la raíz hebrea de la palabra novia, están las palabras: vaso, herramientas, joyas, instrumentos y armas.
El rey Salomón miró a su novia y dijo: “Tú, amada mía, eres bella como Tirsá, encantadora como Jerusalén, majestuosa como las estrellas del cielo” (Cantares 6:4). Una pieza de hierro no se convierte de golpe en un arma, se necesita mucho trabajo antes que ese trozo de hierro se transforme en una espada reluciente.
La llama de Jehová
De esto se trata “danzar con la llama del Señor”. Amado, el arma se forma mientras danzamos con el fuego refinador del Señor. La misma llama que despierta nuestro amor, también nos refina.
Seducirnos implica una atracción poderosa. Tengo una imagen del Señor guiándonos danzando hacia el desierto. Como somos tan cautivados por Él, como una polilla, volamos hacia el centro de su Llama. La escoria se purifica mientras se crucifican los pensamientos, las palabras y las obras imperfectas.
Cualquier cosa que nos impida experimentarlo a Él de una manera más plena, está sobre el altar del sacrificio para ser consumido por la Llama del Fuego del Celo del Señor. Mientras tanto, durante este proceso somos transformados como un arma para destruir las obras del enemigo, mientras simplemente adoramos y esperamos en Él.
El valle de Acor
El valle de Acor es una localidad física, pero nos ofrece una maravillosa lección espiritual. Acor significa problemas y disturbios. ¿Confiamos que todas estas tribulaciones están destinadas a producir una confianza gozosa y una esperanza eterna? ¿Lo seguiremos a Él hacia el desierto, conociendo que nuestra única puerta de esperanza son las pruebas y tribulaciones?
La mayoría no reciben esta parte y preferirían saltarla, pero la relación de la novia se transforma en el arma. Por favor, no me malinterprete; hay poder en el Nombre del Señor. Sin embargo, no podemos pasar por alto cuando Jesús les dijo a los que hicieron muchos milagros en su Nombre: “No los conozco, apártense de mí” (Mateo 7:23).
¡Esta frase tiene referencias a la novia! La palabra “conocí” es un vocablo hebreo que se refiere a las relaciones íntimas entre el hombre y la mujer. Describe una relación donde cada uno conoce al otro personalmente y por completo. El Señor quiere que lo conozcamos, pero también quiere conocernos. Existe una ligadura que se gesta en la vulnerabilidad. Mientras descubrimos el amor abrazador que la muerte no puede apagar ni la tumba puede retener, ganamos una confianza que transforma la preocupación en adoración.
Un ejército extremadamente grande
Esta no es una obra de la carne para que cualquiera la pueda realizar, es una obra del Espíritu. Mientras el Espíritu Santo derrama el amor ardiente de Dios sobre nuestros corazones, comenzaremos a arder y nuestro espíritu a cantar: “… aunque él me matare, en él esperaré; No obstante, defenderé delante de él mis caminos” (Job 13:15).
Encuentro que el estudio del hebreo es muy “chuwl”. Esta es una palabra hebrea que tiene muchos significados (Strong AT:2342). Su significado principal es agitar o girar en una espiral circular, como una danza específica. Sin embargo, también se la utiliza para describir situaciones como: tener dolor, estar angustiado, esperar con ansiedad y dar a luz. Por eso muchos estudiosos la consideran como una palabra que también describe una “intercesión intensa”.
Es mucho más asombroso si consideramos que esta palabra se encuentra en el pasaje de Ezequiel sobre la visión del valle de los huesos secos. Mientras Ezequiel recorría el valle de los huesos secos, el Señor le dijo que hablara. Ezequiel obedeció y le dijo a los huesos que obedecieran la palabra del Señor. Luego de profetizarles, vio que los huesos se unían y entraba aliento en ellos. Este aliento es el mismo Espíritu (Ruwaj) que se movía sobre la faz de las aguas en Génesis 1:2. Luego que este Aliento vino sobre ellos, los huesos cobraron vida y fueron un gran ejército (Ezequiel 37:10). ¡Ejército viene de la misma raíz que la palabra chuwl!
El Salmo 37:7 también usa la palabra en la frase “espera pacientemente en Él”. “Guarda silencio ante el Señor y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados”. Aquí “chuwl” habla de alguien que se encuentra en una situación difícil, alguien que está sufriendo y angustiado que espera mientras está en dolor. Amado, descanse y aquiétese, no se desespere. Dios es fiel, ¡no baje los brazos! Mantenga sus ojos en Él y adore en su camino por el desierto.
“Chuwl” parece ser una paradoja. Una vez más, ¿Dios no utiliza las cosas locas del mundo para confundir a los sabios? Amado, “chuwl” es verlo realizado en la tierra, así como en el Cielo.
Veo un ejército de la novia que resucitó por el aliento de Dios, luego de recibir el beso de vida en su ser interior. Mientras lo adoramos, la guerra ocurre en el espíritu. Veo los destellos de plata de la espada mientras se agita por la danza, rompiendo toda oposición.
Dios dice, “¿Danzamos esta pieza?”
Mientras oraba cómo entregar este mensaje, el Señor dijo: “Hablen con cariño a Jerusalén, y anúncienle que ya ha cumplido su tiempo de servicio…” (Isaías 40:2a). Jesús dijo: “¡Consumado es!”. Aunque hay una batalla espiritual, le pertenece al Señor.
El Señor dice: “Deja de pelear y comienza a adorar. Adórame y magnifícame. Deja de mirar la situación y mírame a Mí, porque soy el único que la puede resolver”.
Recuerde a Pedro cuando caminaba sobre las aguas, comenzó a hundirse porque puso sus ojos en el problema y los alejó de Jesús. Adórelo a Él en todo el sentido de la palabra, anhelando rendirse al único capaz de ayudarnos, el Dios todopoderoso. Nuestra ayuda no viene de la tecnología, no viene de los doctores y no viene del gobierno. Nuestra ayuda viene del Señor.
Esto cambiará todo. Nuestras armas no son carnales, sino poderosas en las manos de Dios. Ahora nuestra batalla es mantener nuestros ojos en Él y no en nuestras circunstancias. Mientras fijamos nuestros ojos en Él, recordamos lo que hizo y por qué lo hizo, nuestra preocupación se transformará en adoración y nuestro pánico en alabanza.
El Señor está preguntando, “¿Serás un arma en mis manos?”. Él dice: “Mientras danzamos esta pieza, mantén tus ojos fijos en los míos. No mires a derecha o izquierda. No te preocupes por lo que estoy derribando o edificando. Mantente a mi lado, novia mía. Sigue mirándome y juntos nos pondremos de pie en la brecha para ver cómo el Reino se manifiesta en tu vida, en tu familia y en tu ciudad. ¿Bailamos esta pieza?”.
Sí, Señor. Amén.
Tiffany Ann Lewis
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