Por Sandie Freed
“Pero ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca? Porque será como fuego de fundidor o lejía de lavandero” (Malaquías 3:2).
Amados
El Señor me habló los últimos meses sobre el “fuego” y “el día de su regreso”. Como muchos de ustedes, estuve orando para que el Cielo tocara la tierra y así se cumpliera su voluntad perfecta. Creo que cuando el Cielo toca la tierra, se manifiesta el gobierno de Dios. Cuando el gobierno de Dios se establece “en el día de su regreso”, habrá cambios dramáticos, especialmente en nosotros.
Si se siente como yo y se encuentra en el horno enfrentando desafíos y soportando la persecución… quizá debería estar algo excitado. Por favor, escuche con cuidado. Malaquías 3:2 dice que en el “día del regreso del Señor” y “cuando Él aparezca”, el fuego refinador también será tangible. No estoy segura que el fuego refinador se pueda separar de sus visitaciones. Por tanto, creo que debemos renovar nuestras mentes acerca de su fuego.
Una vez más, vuelva a pensar en la parte del fuego. ¡No necesitamos temer! Como Él es “fuego consumidor”, estoy convencida que el fuego vendrá a la tierra mientras Él se acerca a nosotros. Considere esto, si experimentamos el fuego santo, ¡es porque Él está cerca! Quizá deberíamos regocijarnos por ello. Pasé demasiado tiempo murmurando sobre lo difícil que es este tiempo. Confieso que murmuré y me quejé sobre lo caliente que está el horno. ¿Y usted?
En realidad, el Señor me habló con claridad y me instruyó para que no sólo cuidara mis palabras y mi actitud, sino para que guardara mi corazón durante este tiempo. Me hizo dar cuenta que le tenía miedo “a su fuego”. Pude oír que el Señor también dijo que le hablara a su pueblo para que no temiera al fuego. Me quedó muy claro que estaba enfatizando dos palabras: fuego y temor. Conocer nuestro tiempo y cómo el Señor desea que respondamos, siempre nos llenará de poder para seguir caminando con Él. En 1 Crónicas 12:32, leemos que la tribu de Isacar era conocida por su habilidad para “entender los tiempos y las estaciones, por eso todo Israel sabía qué debía hacer”. Este es nuestro tiempo para abrazar la unción de Isacar para entender las estaciones que tenemos por delante y las transiciones que debemos afrontar.
¡Avancemos!
¿Se dio cuenta que si se acerca al fuego, también necesita moverse? El fuego de Dios provoca el movimiento. Sí, debemos movernos, cambiar y transicionar desde lo viejo hacia lo nuevo en este tiempo de visitación del Espíritu Santo. Si recuerda, durante el tiempo que la casa de Saúl iba pasando y David era promovido hacia el trono, los hijos de Isacar sabían que estaban en el lugar correcto junto al nuevo monarca para cumplir el propósito de Dios. Tuvieron que decidir cambiar sus corazones y alinearse apropiadamente con el orden de Dios.
Eso mismo ocurre con nosotros hoy en día, mientras la Iglesia hace su transición hacia un nuevo odre. Nosotros, como los hijos de Isacar, debemos reconocer el tiempo en el que estamos y alinearnos apropiadamente con los planes y propósitos de Dios. ¡Debemos estar correctamente alineados en este tiempo! Algunos de ustedes se verán reconectándose con relaciones donde hubo heridas que necesitan sanar. Otros se conectarán con todo su corazón con sus destinos futuros. Muchos sentirán un sacudón durante este tiempo. Bien amados, permítame hablarle esto proféticamente: “¡Están ocurriendo una gran cantidad de sacudimientos!”. ¿Sabe qué? ¡Está bien porque vienen de Dios! Debemos desarrollar un nuevo odre para este nuevo tiempo.
Jesús habló en los odres nuevos:
“Ni echa nadie vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, el vino hará reventar los odres y se arruinarán tanto el vino como los odres. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos” (Marcos 2:22).
Amados, este es nuestro tiempo de cambio, pero requiere abrazar su fuego santo. Dios tiene un propósito para todo. Su fuego es para purificarnos y llenarnos de poder, pero es para mucho más. Siga leyendo, se regocijará por comprender todos los deseos de Dios para hacerlo mientras experimenta su fuego.
¿Alguien se une a mí en el fuego?
Malaquías escribió sobre el fuego refinador. Malaquías significa “mi mensajero”. Tenía un mensaje que compartir sobre el amor de Dios por sus hijos y la promesa de su pacto. Malaquías entró en escena cuando Israel perdió la esperanza por su futuro. Aunque Israel experimentó avivamientos, aún hay muchas profecías que no se cumplieron. Los hijos de Israel perdieron su esperanza, dudaron del pacto de Dios y de su habilidad para cumplir su palabra en ellos. Como resultado de esto, su adoración se degeneró en un estilo de vida que dejó de tomar la ley con seriedad. El mensaje de Malaquías reprendió a Israel por su infidelidad, por dudar del amor de Dios y por el pecado del sacerdocio. Israel se quejó: “¿Dónde está el Dios de justicia?”. La respuesta de Malaquías fue “Él vendrá, pero lo hará como fuego refinador”.
Malaquías les aseguró que viene el día y “arderá como un horno”. En ese día recibirían poder para “pisotear al perverso”. ¡Wow! Amados, esto significa que para tomar dominio, también debemos atravesar su fuego. El dominio y la pureza van de la mano.
Su fuego destruye a nuestros enemigos
“… porque el Señor su Dios es fuego consumidor y Dios celoso” (Deuteronomio 4:24). Considere una vez más que Dios es fuego consumidor, por tanto, su presencia es fuego.
Si lo queremos a Él, también debemos abrazar su fuego. Además, cuando viene, también destruye a nuestros enemigos. Dios es celoso de sus hijos y promete ir delante de nosotros en la batalla para derrotar a nuestros enemigos. ¿Cómo hace esto? Por medio de una visitación divina de su fuego. ¡Sí! Mientras nos visita, ¡su presencia también destruye a nuestros enemigos!
Una consideración cuidadosa de Deuteronomio 9:1-4, explica que cuando Israel cruzara para tomar su tierra, tendría que enfrentar a los gigantes de la tierra. Sin embargo, Dios prometió que su presencia iría delante de ellos “como un fuego consumidor”.
“Escucha, Israel: hoy vas a cruzar el Jordán para entrar y desposeer a naciones más grandes y fuertes que tú, que habitan en grandes ciudades con muros que llegan hasta el cielo. Esa gente es poderosa y de gran estatura; ¡son los anaquitas! Tú ya los conoces y sabes que de ellos se dice: ‘¿Quién puede oponerse a los descendientes de Anac?’. Pero tú, entiende bien hoy que el Señor tu Dios avanzará al frente de ti, y que los destruirá como un fuego consumidor y los someterá a tu poder. Tú los expulsarás y los aniquilarás en seguida, tal como el Señor te lo ha prometido. Cuando el Señor tu Dios los haya arrojado lejos de ti, no vayas a pensar: ‘El Señor me ha traído hasta aquí, por mi propia justicia, para tomar posesión de esta tierra’. ¡No! El Señor expulsará a esas naciones por la maldad que las caracteriza” (Deuteronomio 9:1-4).
Amados, ¡el día de su venida incluye un fuego purificador así como un fuego que devora a sus enemigos! ¡Wow! Pero hay algo más que quiero compartir con usted: ¡en el fuego escuchamos la voz de Dios!
En el fuego oímos la voz de Dios
Moisés comenzó su ministerio con una visitación muy fuerte. Por medio de una zarza ardiente desde donde oyó la voz de Dios. Cuando el Señor se presentó para encontrarse con Moisés, se le apareció como una llama y le habló desde el fuego. Amados, cuando atravesamos pruebas difíciles, Dios sigue hablando. Como Moisés, debemos volvernos para oír. Muchas veces estamos tan enfocados en la dificultad de las pruebas que perdemos nuestro rumbo y nos salimos del camino. Sin embargo, Dios desea hablar. Amados, es tiempo de volver a ver y oír.
Dios le habló a Israel por medio del fuego en el Monte Horeb y aún los sacó de Egipto, guiándolos con una columna de fuego por las noches y una columna de humo durante el día (Éxodo 13:21-22). Aún en tiempos de oscuridad, su presencia consumidora (fuego) sigue hablándonos y guiándonos. Promete que su presencia nunca nos abandonará.
Prefiero tener el fuego
Amados, prefiero experimentar el fuego a perder el poder que viene por oír la voz y la presencia del Señor. Más aún, puedo entrar en el reposo porque sé que cuando su fuego está presente, ¡también está derrotando a los gigantes que tratan de impedir mi avance!
¡Qué Dios asombroso servimos! ¿Se unirá a mí para abrazar el fuego? Dios desea llenarnos de poder para un avivamiento. Aunque haya gigantes en nuestra tierra, Dios promete ir delante de nosotros y derrotar a nuestros enemigos. Pero debemos hacer nuestra parte. Nuestras mentes se deben renovar con la verdad de Dios. Una de las referencias para “tierra” que debemos poseer es la palabra “mente”. El enemigo quiere enredar nuestra mente y distorsionar nuestro sistema de creencias. Por eso cuando atravesamos las pruebas, peleamos en nuestra mente.
Amados, quiero ayudarlo con una cita de mi último libro, “Conquistando el espíritu del anticristo: Discernir y derrotar al Seductor que ata a los cristianos hoy”. Esta sección concierne a los tres hebreos (Sadrac, Mesac y Abednego) que se negaron a inclinarse ante Nabucodonosor y en lugar de ello, enfrentaron un horno ardiente. ¿Puede imaginar la presión que enfrentaron? Tuvieron que tomar control de sus pensamientos y resistir la tentación de no confiar en Dios. Amados, enfrentamos los mismos desafíos cuando atravesamos pruebas difíciles. ¡Pero Dios está con nosotros! Él hará que todas las cosas operan para nuestro bien: “Estos tres judíos se negaron a renunciar su posición espiritual e inclinarse ante la presión de Babilonia. En lugar de enfrentar la derrota, estos tres hombres experimentaron la victoria porque eligieron seguir al Señor”.
Sadrac, Mesac y Abednego eligieron el fuego. Aunque el fuego no venía de Dios, eligieron abrazarlo antes de renunciar a su fe en el Creador. Nabucodonosor aún elevó el calor y no fueron consumidos por la maldad del rey. ¿No es asombroso nuestro Dios? Una vez más, Él opera para que todas las cosas trabajen para nuestro bien.
Estoy segura que el Señor lo está llenando con una gran fe. Estoy muy orgullosa que usted elija permanecer fiel en su camino junto al Líder divino, especialmente mientras lo guía a través de los tiempos de fuego y tinieblas. ¡Usted lo logrará!
En amor,
Sandie Freed
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