Por James W. Goll
Jesús profetizó: “Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre” (Juan 14:12). Esto es lo que llamo “hacer el doble” y creo que usted y yo somos parte de una generación que está llamada a hacer estas “obras mayores”. Oyendo al Espíritu Santo y luego arrojando nuestras redes donde nos diga, ¡seremos capaces de recoger una captura milagrosa!
Esta generación que se levantará y se manifestará fuera de las limitaciones tradicionales tiene una serie de características distintivas:
• Una fe unida a la humildad
• Valoran los equipos de trabajo
• Rinden cuentas bajo un cuidado respetuoso para que los guerreros heridos puedan ser sanados
• Enfatizan la paternidad de Dios (no sólo la revelación de Jesús el Hijo)
• Se mueven en la diversidad de unciones, liberando al Espíritu Santo con creatividad (el profeta y el vidente)
• Manifiestan un aumento del poder, la claridad y precisión
• Desarrollaron la habilidad para ver el objetivo con claridad
La Iglesia es nuestro terreno práctico, pero el mundo es nuestro campo de operaciones. Mientras nos alineamos unos con otros para ayudarnos a oír y obedecer la voz del Espíritu, nos veremos haciendo obras mayores de las que hizo Jesús mientras estuvo en la tierra, haciendo que se multiplique su efectividad mientras se incorporan al Reino mayores territorios. ¡Para que el Reino sea en la tierra así como en el Cielo!
Evangelismo profético
Un término simple para “echar las redes al otro lado de la barca” es el evangelismo profético. Simplemente significa oír al Espíritu y actuar en obediencia para manifestar el Reino en el mundo que nos rodea.
El evangelismo profético se combina con el énfasis en el evangelismo que se introdujo con la Reforma más de seis siglos atrás. Esto comenzó en 1904 con el agregado de cien años de énfasis profético cuando se inició el derramar Pentecostal. Así como el movimiento anterior de santidad derivó en el movimiento Pentecostal, éste se transformó en el movimiento carismático, el fundamento para el mover apostólico actual. El sacerdocio de cada creyente hace posible que la Iglesia pueda acceder hacia nuevas realidad de aventuras con Dios. El evangelismo profético se fortaleció mientras la Iglesia maduró hacia un entendimiento más claro sobre la intimidad del Novio con la Novia, junto con la capacitación del pueblo de Dios para gobernar (la novia que gobierna).
Todos debemos ser evangelistas proféticos, sea que participemos en mega Iglesias, en eventos de estadios masivos, como misioneros en la jungla del Congo o con una taza de café en Starbucks. El mismo Espíritu Santo nos sigue hablando por dondequiera que vamos. Nos unirá con otros, nos equipará, nos enseñará a combinar nuestros dones y hacer señales y maravillas a través de nosotros. La gente no podrá negar que es Dios en acción. El poder, el amor y la unidad manifestarán el poder del Señor al mundo perdido.
Una tormenta de oración profética
La intercesión profética es el fundamento del evangelismo profético y la apertura para su avance. Una iniciativa de mi propio ministerio ha sido lo que llamamos “Tormenta de oración”.
Actualizamos el modelo de oración permanente las 24 horas del día establecido hace dos siglos por los Moravos en Herrnhut, Alemania. Establecimos en Internet una comunidad mundial de intercesores comprometidos con la oración durante una hora por semana por el avivamiento de la Iglesia, el despertar de los jóvenes, Israel y la intervención de Dios en tiempos de crisis. Esta casa de oración virtual está sacudiendo los Cielos aún ahora, alimentado por el respaldo del Espíritu de Dios por la urgencia de los tiempos en los cuales vivimos.
Con actualizaciones y reportes regulares en la web, estos guerreros de oración son pioneros en algo que nunca antes ocurrió, cubriendo el mundo con intercesión profética a toda hora, sin que esté limitada a un lugar geográfico. Estamos restaurando y relanzando a nivel global la Lámpara de los Moravos, fundamentada en esas palabras del libro de la ley de Dios: “El fuego sobre el altar no deberá apagarse nunca; siempre deberá estar encendido” (Levítico 6:13). Sí, puede unirse a la Tormenta de oración, la hora que cambiará al mundo, para que juntos podamos ver la presencia global del evangelismo como en los grandes avivamientos del pasado.
Por medio de la intercesión no sólo en la Tormenta de oración, sino en todo tiempo, debemos oír al Espíritu Santo. Sin su guía comenzaremos a forcejear y vacilar. En acuerdo con Él tenemos la perseverancia, la energía y la precisión para seguir orando hasta ver resultados definitivos.
Oremos para lograr un mayor impacto global en el mover profético. Clamemos para que se suelte una nueva ola profética con una variedad de efectos. Clamemos por el evangelismo e intercesión proféticos para ver la recompensa de Jesús por sus sufrimientos. ¡Que comience la aventura!
¡Únase a mí en oración para un mayor impacto en lo profético!
James W. Goll
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