martes, 27 de marzo de 2012

“¡Paz, aquiétate! No permitas que el enemigo te mueva desde la Roca de tu paz”

Por Kathi Pelton

clip_image002“Ese día al anochecer, les dijo a sus discípulos: Crucemos al otro lado. Dejaron a la multitud y se fueron con él en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas. Se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse. Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron. ¡Maestro!, gritaron, ¿no te importa que nos ahoguemos? Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: ¡Silencio! ¡Cálmate! El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo. ¿Por qué tienen tanto miedo?, dijo a sus discípulos. ¿Todavía no tienen fe? Ellos estaban espantados y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?” (Marcos 4:35-41)

¿Cuántos de ustedes se pueden relacionar con esta historia? Estoy segura que el Señor está oyendo las oraciones de su pueblo cada día que suenan similares a las palabras de los discípulos: “¿No te das cuenta que perecemos?”. Te garantizo que su respuesta hoy sería la misma que hace dos mil años: “¡Paz, aquiétate!”.

¿Por qué hay tantos que son tan temerosos? Si eres uno de ellos, no estás sólo. Vemos días donde nos sentimos como si nuestras vidas fueran blancos de la furia del enemigo y es en esos días donde nos preguntamos, sintiéndonos cansados y probados: “¿Cómo no tenemos fe?”. Estamos en medio de una gran tormenta a nivel mundial, pero te aliento con las palabras que Jesús le habló a la tormenta (y a todos los que estaban con Él en la barca): “Paz, aquiétate”. Sus palabras fueron directo hacia la tormenta y los vientos y las olas obedecieron, pero creo que sólo eran palabras para sus discípulos.

¿Qué es lo que gobierna nuestra vida?

En Mayo del 2008 el Señor me entregó una palabra de advertencia para su pueblo. Siento que esta es una palabra “actual” que ayudará a muchos durante esos tiempos de tormenta. Esta es la palabra que Dios me habló en Mayo del 2008: “Pon atención porque el enemigo viene como un ladrón para robar tu paz. Está desatando asignaciones demoníacas para exagerar las emociones y hacer que surjan las vanas imaginaciones que tratarán de exaltar más a ellos mismos por encima de la verdad, la sabiduría y el conocimiento de Dios. Su meta es hacer que mi pueblo se mueva de la Roca de su paz para que sean vulnerables y débiles durante los tiempos de tormentas y sacudimientos”.

Mientras oraba sobre esta palabra, el Espíritu Santo comenzó a mostrarme que cuando permitimos que el temor gobierne nuestros pensamientos y acciones, creará una “pista de aterrizaje” para que el enemigo exagere y exacerbe las circunstancias difíciles y hacer que se perviertan nuestras perspectivas sobre esas situaciones. La clave es que la paz de Cristo gobierne en nuestros corazones. “Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos” (Colosenses 3:15).

No debemos permitir que el temor nos gobierne de ninguna manera. Somos guiados por la paz, la paz que sobrepasa todo entendimiento. El gobierno de Cristo es vital para la vida del creyente, sin el cual nos abrimos a una cantidad innecesaria de agitación emocional y espiritual. Si permitiste que el espíritu de temor gobierne tu corazón y tu vida, toma un momento para pedirle al Señor que te libere del temor e invita a su paz a gobernar tu vida. También puedes invitarlo a hablar a los “vientos y las olas” que te están golpeando para llenarte de mucho temor. Él también tiene la autoridad para hablarle paz a nuestras circunstancias.

Emociones exageradas y vanas imaginaciones

Cuando el Espíritu Santo me habló sobre las emociones exageradas, comprendí que el enemigo literalmente envió asignaciones que atacarían los puntos débiles en las almas de las personas, tratando de atraparlos para ser guiados por sus sentimientos en lugar de someterse al Espíritu Santo. Esto ocurrirá sobre jóvenes y ancianos. El enemigo está tratando de exagerar situaciones en nuestras vidas para provocar una reacción emocional.

Por otro lado, Dios está en el proceso de fortalecimiento de su pueblo para que puedan vivir por el Espíritu y responder a su voz, en lugar de reaccionar a las asignaciones del enemigo o por sus emociones frágiles. Él está permitiendo muchas de estas pruebas para que nuestros espíritus se levanten, ejerciten y fortalezcan. Recuerda, nuestra carne siempre tratará de tomar el control en nuestra vida haciéndonos reaccionar con temor e incredulidad. Debemos ejercitar nuestros espíritus para someternos al gobierno de Cristo. Esto provocará una respuesta llena de verdad, gracia, sabiduría y paz.

Vivimos en tiempos cargados emocionalmente. El enemigo usará esto para agitar nuestras emociones y crear vanas imaginaciones para mantenernos alejados del conocimiento y la sabiduría de Dios. Este es un tiempo para conocer lo que el Espíritu Santo le está diciendo a la Iglesia para que no nos movamos de nuestra posición de paz y verdad. No permitas que el enemigo te mueva de la Roca de tu paz o serás susceptible a las imaginaciones que no están fundadas en la verdad de Dios. “Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” (2 Corintios 10:5)

Venciendo el desánimo y la derrota

Una de las cosas que estamos viendo en este tiempo es que se está levantando el espíritu vencedor en la tierra. En el tiempo pasado, la Iglesia a menudo fue vulnerable por nuestras respuestas ante los gigantes que enfrentamos. Mientras los gigantes de oposición se enfrentaban al pueblo de Dios, muchos no se apropiaron de su autoridad delegada y se vieron a sí mismos creyendo la mentira que afirmaba que fueron derrotados. Esto trajo un gran desánimo sobre muchos hacia Dios.

Te diré la verdad: Si estás en Dios, ¡No estás derrotado! Nuestro Salvador es el Amo en cada situación, el Victorioso en cada conflicto, por tanto también somos vencedores y victoriosos. Aunque no comprendamos algunas de las circunstancias que enfrentamos o la salida de esas situaciones, no estamos derrotados. ¡Creer eso es creer la mentira!

Necesitamos el espíritu de entendimiento y conocimiento de Dios para discernir muchas de las situaciones de la vida, para que no tratemos de discernir las cosas del Espíritu con nuestro entendimiento humano. Aquí es donde vemos vanas imaginaciones que las exaltan por encima del conocimiento de Dios. “Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; si llamas a la inteligencia y pides discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios. Él reserva su ayuda para la gente íntegra y protege a los de conducta intachable. Él cuida el sendero de los justos y protege el camino de sus fieles. Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la equidad y todo buen camino; la sabiduría vendrá a tu corazón, y el conocimiento te endulzará la vida” (Proverbios 2:1-10).

Personalmente creo que en este tiempo y en este día volvemos a enfrentarnos con los gigantes de la oposición, pero hay un remanente del pueblo de Dios preparado para resistir la gran adversidad y no ser conmovido. No seremos derrotados por sus enemigos. Serán parte de aquellos que quebrantarán el espíritu de derrota y removerán el desánimo del Cuerpo de Cristo. Este espíritu plagó al pueblo de Dios y los acosó hasta el límite. Pero Dios se está levantando en su pueblo, están atrapando la verdad de la gracia y no serán removidos por esos gigantes. Así como el joven David, están recogiendo la piedra de la fe y la honda de la gracia, para pararse con coraje ante Goliat y vencer a este enemigo que habla mentiras.

La oración del acuerdo

“Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo” (Mateo 18:19).

Dios usa las “oraciones de acuerdo” y la unidad de los santos para multiplicar el poder que vencerá todo espíritu de derrota y desánimo. Es muy importante caminar con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Este es un día de unidad y acuerdo corporativo que quebrará las asignaciones que se oponen con fuerza al Cuerpo de Cristo. Mientras muchos se levantan como uno, así como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Uno, habrá un avivamiento espiritual como nunca antes se vio.

Dios está llamando al Cuerpo de Cristo a levantarse bajo la autoridad corporativa para enfrentar a estos gigantes que antes nos hicieron caminar como derrotados. Hay seguridad y victoria en la unidad y el acuerdo. ¡No camine sólo!

“No ruego sólo por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí” (Juan 17:20-23).

Pensamientos finales: Siempre cito estas palabras de Jesús que nos recuerdan que mientras estamos en este mundo enfrentaremos tribulación, pero también dice: “… confíen, Yo vencí al mundo”. Enfrentemos este tiempo confinados. Entreguémosle a Dios un reporte como el de Josué y Caleb, quienes comprendieron que eran gigantes en la tierra, pero sabían que el Señor estaba con ellos para garantizarles la victoria.

Hoy hablo sobre tu vida: “¡Paz, aquiétate!”.

Kathi Pelton

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