Por Ching Co
Historia de Elías (1 Reyes 17-19)
Desde hace algunas semanas el Espíritu Santo me estuvo guiando a meditar en varios eventos que ocurrieron en la vida de Elías y podemos encontrarlos en 1 Reyes 17-19. Mientras los analizaba encontré ciertos puntos significativos que atraparon mi atención:
· Dios le entregó a Elías la tarea de profetizarle al rey Acab y obedeció.
· Luego Dios lo apartó durante tres años en un lugar tranquilo esperando su tiempo.
· Elías siguió la guía de Dios cuando lo llevó al arroyo donde los cuervos lo alimentaron. Más adelante Dios le dijo que se trasladara a la casa de la viuda donde permanecería por un tiempo.
· En todo ese tiempo, Dios escondió a Elías y su ministerio fue muy limitado. En muchas formas el Señor le probó a Elías que era fuerte y real a través de toda clase de milagros.
· Al tercer año Dios llamó a Elías a la vida pública y esta vez tuvo que confrontar a Acab, a los falsos profetas de Baal y Asera y al pueblo de Israel en un desafío abierto.
Eventos paralelos en medio nuestro
Muchos hijos de Dios que recibieron un llamado del Señor y están en el proceso. Aunque dejaron mucho para seguirlo, hoy se encuentran en el lugar correcto. Literal o simbólicamente, abandonaron sus trabajos, familias y oportunidades para estar donde Dios los quería.
Como Elías, tuvieron experiencias con los arroyos, los cuervos y las viudas. También recibieron muchas confirmaciones del Señor sobre la visión que les entregó y Dios tapizó sus caminos con pequeños milagros durante los años que obedecieron su guía, creyendo a sus planes y propósitos para sus vidas, sus familias, sus iglesias y aún sus naciones. Siguen esperando que Dios descubra y cumpla esas visiones.
Hoy en los cielos, Dios reunió una gran multitud de testigos que presenciarán la revelación pública de sus santos escogidos, para testificar la gran obra que está a punto de realizar en medio de ellos. Pero al mismo tiempo, satanás y sus hordas, así como el rey Acab y sus falsos profetas, también están determinados a detener a los hijos de Dios para impedirles entrar en su momento de gloria.
Nuestro enemigo espiritual está lanzando todo lo que puede en contra de nosotros en este momento para desalentarnos, confundirnos y sembrar duda y ansiedad en el corazón del pueblo escogido por Dios. Sus intenciones finales son impedirnos creer en Dios por nuestras promesas, separarnos de nuestro llamado y desviarnos del lugar donde Dios prometió establecernos.
Aquiétense y conozcan que Dios está en control de todo
El ataque de satanás viene de varias formas. Puede llegar como enfermedades incurables o inestabilidad financiera, un gran desorden en la casa y en los negocios o familiares y amigos que atraviesan pruebas. Las palabras son sacudidas y la fe en Dios se exige hasta el límite. Todas estas son las obras de las fuerzas de las tinieblas que se consagraron a tratar de detenernos porque formamos parte del ejército glorioso de Dios que está a punto de manifestarse. Un ejército de santos que espera quieto, confiado, gozoso, consagrado y sacrificado.
El tiempo para que Dios los saque a la luz está a la mano. Así como en los tiempos de Elías, se manifestará un gran poder y unción en todo lo que hagan desde este momento en adelante. El pueblo verá cómo Dios obra por ellos, con ellos y en ellos. Todos conocerán que Dios está en medio de ellos, sus obras y ministerios serán conocidos y reconocidos. Muchas naciones serán atraídas hacia ellos.
Verdaderamente, el tiempo de la reivindicación está a la mano. Por eso no importa si ahora las tormentas se agitan en medio nuestro, no importan las armas que el enemigo arroje sobre nosotros. Debemos estar quietos y conocer que Dios está en completo control. Este es el tiempo para descansar y esperar en Dios porque está peleando esta batalla por nosotros.
¡Que el amor inefable del Señor repose sobre nosotros mientras depositamos nuestra esperanza en Él! A todos los hijos del Señor que reciban este mensaje, esta es nuestra promesa para este tiempo:
“Canten al Señor con alegría, ustedes los justos; es propio de los íntegros alabar al Señor. Alaben al Señor al son del arpa; entonen alabanzas con el decacordio. Cántenle una canción nueva; toquen con destreza, y den voces de alegría. La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras. El Señor ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su amor. Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas. Él recoge en un cántaro el agua de los mares, y junta en vasijas los océanos. Tema toda la tierra al Señor; hónrenlo todos los pueblos del mundo; porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme”.
“El Señor frustra los planes de las naciones; desbarata los designios de los pueblos. Pero los planes del Señor quedan firmes para siempre; los designios de su mente son eternos. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que escogió por su heredad. El Señor observa desde el cielo y ve a toda la humanidad; Él contempla desde su trono a todos los habitantes de la tierra. Él es quien formó el corazón de todos, y quien conoce a fondo todas sus acciones. No se salva el rey por sus muchos soldados, ni por su mucha fuerza se libra el valiente”.
“Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar. Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor; él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida. Esperamos confiados en el Señor; él es nuestro socorro y nuestro escudo. En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre. Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti” (Salmo 33).
Esta es la palabra de Dios para usted en este tiempo. Alabemos el Nombre del Señor.
Ching Co
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