Por Eileen Fisher
La Realeza del Señor está descendiendo sobre nuestras situaciones
Pude oír al Señor diciendo: “Viene una multitud de cambios sobre mis hijos. Mientras estos cambios comienzan a ocurrir, quiero que sean conscientes que es mi Realeza manifestándose sobre sus situaciones”.
Dijo: “Despierta y levántate, mi Esposa dormida, porque estuviste aletargada en la cama del desaliento, el rechazo, el dolor y el abandono. Pero vengo para quitar las sábanas que te cubren. Desataré sobre tu vida el Espíritu de Consuelo que depositará sanidad en tu mente y devolverá la esperanza a tu corazón. Haré que anheles vivir, declarando la gloria del Señor tu Dios en la tierra donde vives”.
“Echa fuera todo lo que te retiene, sea un sueño perdido, una visión perdida o una promesa perdida. Deja que vengan y permite que sean como el humo que surge desde mi santo altar. Porque he visto los sacrificios, las lágrimas, el dolor y la confusión, pero prometí en mi Palabra que haré un camino donde no existe ninguno”.
“Observa cómo abro el mar delante de ti. Debes estar alerta para verme cuando me levante a separar el mar, porque tengo un lugar especial para que puedas cruzar. Será un lugar de seguridad, un lugar de posición, un lugar de autoridad. Se conocerá como ‘la senda bendita de la autopista de la santidad’”.
“Serás llamado un pueblo santo y apartado. Los demás no querrán acercarse hacia mí, porque quieren seguir con ambos pies en el mundo levantando sus manos como una burla, debido a la incongruencia que existe en sus corazones. Pero quiero que todos vengan para que puedan manifestar la verdad”.
“Salgan del mundo. Vengan hacia mi Espíritu. Anhelo hablar contigo, de Espíritu a espíritu, de corazón a corazón, para que puedas aprender a levantarte y avanzar hacia los montes altos, hacia la nueva visión, hacia las nuevas sendas, hacia los nuevos propósitos, bendiciones y provisiones. La provisión está a la mano, pero debes estar lo suficientemente cerca como para recibirla. Acércate a Mí y como te lo prometí, me acercaré a ti”.
Dios te está bendiciendo y abriendo puertas sobre tu vida
“Despiértate. Echa fuera el activismo y el desaliento. No trates de hacer tu propio camino para atravesar las tormentas de la vida, permíteme darte ojos para ver y oídos para oír. Pronto reconocerás qué viene desde mi Espíritu y qué viene de los hombres. Pronto te acercarás a mi Espíritu y entonces la voluntad de los hombres quedará indefectiblemente a un lado”.
“Tendré un pueblo humilde que correrá la carrera de la santidad en el terreno de las bendiciones. Te bendeciré, te bendeciré, te bendeciré. Hoy hablo contra toda maldición que se habló en tu contra, ya sea en lo secreto o por palabras que salieron de tu propia boca. Quiebro esa maldición y decreto que eres bendito en Mi Nombre. Te bendigo hoy, porque viniste en Mi Nombre. Te paraste y adoraste en Mi Nombre. Ahora permite que Mi Nombre se levante sobre tu vida para abrir puertas que parecen cerradas, porque Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, dice el Señor.
Regalos, tras regalos, tras regalos
Tuve una visión donde Jesús caminaba con sus brazos abiertos cargados con regalos, anhelando entregárselos a su Esposa, su pueblo. Así como entregó su vida, el don para la salvación. Además dijo: “Enviaré el don del Espíritu Santo”.
Regalo tras regalo, tras regalo… pero es interesante, porque todos ellos estaban envueltos en pañuelos blancos, representando sus vestiduras de justicia, pero las cintas eran rojas, debido a su sangre. Todos tenían medidas diferentes y las cintas también tenían estilos diferentes.
Pude oír al Señor cantando sobre su Iglesia, como un novio cantaría sobre su novia: “Entrego mis regalos sobre mi Esposa porque me deleito en ella”. Entonces, mientras ella se deleitaba en su Novio, podemos encontrar la dulzura, anhelando de corazón a corazón, más allá de todo entendimiento, más allá de todo dolor, más allá del gozo, era el éxtasis puro de la comunión en su presencia, donde todo lo demás se convertía en algo insignificante.
“Porque así como puse mi rostro como el pedernal y avancé hacia la cruz, pongo mi rostro como el pedernal para atraer a mi Esposa hacia la recámara nupcial de una manera fresca, nueva y fuerte. Allí ella comprenderá el significado del beso dulce de un Novio, la aceptación de su Amado, el amor incondicional y el entendimiento cuando nadie más comprende”.
“Miro al corazón con completo entendimiento. No en juicio ni en condenación, sino con gracia, misericordia y a través de los ojos del amor. Porque hago que los míos sean aceptables ante mis ojos por medio de mi sangre. Cubrí a los míos con mi gloria y con mis vestiduras de justicia. Levantaré a los míos de gloria en gloria, si tan sólo declaran: ‘Ven, ven, Señor Jesús’”.
El Señor continuó diciendo: “Culminé mi Palabra con el Espíritu y la Esposa diciendo: ‘Ven, ven Señor Jesús’. Hoy también anhelo oír este clamor en los corazones de los Míos: ‘Ven, ven Señor Jesús. Pasa por encima de toda circunstancia. Sana mis malos entendidos y mis temores. Tómame así como soy’”.
El Señor dijo: “No sólo te tomaré como estás hoy, te amo demasiado para dejarte así como estás, despertaré en ti el hambre por mi Palabra. Porque removeré la competencia que te rodea, para que tus ojos se fijen en Mí y no en otro”.
“No me deleito cuando tropiezas. Cuando lloras, Yo lloro. Cuando ríes, Yo río, porque no soy un Dios distante. No soy un Dios extraño, no soy un ídolo hecho por manos de hombres. Soy el Señor tu Dios, quien vino a la tierra con un plan antes que fuera formada. Se estableció un plan para la salvación, porque supe que el hombre pecaría. Pero también sabía que el hombre elegiría ser mío para entrar en una dulce comunión”.
Todo lo que tiene que ver contigo es importante para Dios
“Cuánto anhelo responder tus oraciones. Cuánto anhelo llamar a los Míos para que salgan del valle del desaliento y la desesperanza. Cuánto anhelo llevar a mi Novia al monte y refrescarla, posando sobre ella mis labios con los dulces besos de mi presencia, porque no soy un Dios de las cosas insignificantes, Soy el Dios de lo que tiene importancia”.
“Para Mí, todo lo que tiene que ver contigo es importante. Porque fuiste creado para mi placer y fuera del terreno de la gracia no puedes tener entendimiento. Pero cuando entras en el terreno de la gracia, el conocimiento y la aceptación, te transformas en la Novia que posee la fiesta de bodas. Porque eres parte de la familia, la mano de aceptación de mi Padre, el Espíritu sellándote para salvación eterna, soy Yo mismo habitando en ti, no a la distancia sino corazón a corazón, oído a oído, susurro a susurro”.
“No busco un pueblo que se quede sólo y se sienta abandonado. Porque vi a los Míos en el aposento alto temblando de temor. Luego mi Espíritu descendió sobre ellos y todo cambió, porque cumplo mi Promesa. Luego les dije que no los dejaría como si fueran huérfanos. Les dije que enviaría mi Espíritu para que los guíe, los dirija y los instruya, para guardarlos en toda verdad”.
“Les dije que no los abandonaría en el lugar donde se sentirían huérfanos, porque sería el sello sobre sus corazones. Porque donde existe comunión, la dulzura en la presencia del Señor, la Novia y el Espíritu claman rendidos en alabanza y adoración: ‘Ven Señor Jesús’”.
“Levanta mi Nombre. Levanta tu corazón. Permíteme quitar de ti el pesar de la depresión y el temor. Acércate y te prometo que me acercaré a ti. Acércate en quietud. Oye mi voz. Entrénate para oír. Debes disponerte a oír, a hablar, a reírte, a llorar, a correr y a estar en quietud. Debes disponerte a consagrar todas las cosas en Mí para que pueda llevarte a través de todas las cosas, porque te fortaleceré. ¿No te prometí en mi Palabra que podías hacer todas las cosas a través de Cristo Jesús que te fortalecía? Yo Soy tu Fortalecedor”, dice el Señor tu Dios.
“Debes saber que muchas cosas cambiarán…”
El Señor dijo: “Aprende a quedarte conmigo. Porque el enemigo establecerá una trampa tras otra para cautivar tu alma en dolor y aprisionarte para que puedas buscar mi rostro. Pero debes saber que oigo. Debes saber que conozco. Debes saber que no vine para lastimarte, para mover mi mano en tu contra o para establecer mi rostro contra ti. Vine para extender mi bondad, mi amor y mi misericordia, porque mis brazos están abiertos para ti”.
“Permíteme abrazar tus lágrimas. Permíteme abrazar tu templo. Permíteme ser conocido como el ‘Salvador que puedes abrazar’. Te voy a abrazar una y otra vez. Borraré las huellas de los hombres, porque los hombres fueron enviados para destruir una y otra vez. No ha sido mi mano de destrucción”.
Entonces en ese momento dirías: ‘Detén toda la guerra en mi contra’. Aprende a descansar y a dormir sobre la Palabra. Permite que la Palabra se active. Mientras lo haces, deja que el Espíritu cautive tu mente, tu corazón, tu cuerpo y tu alma, hasta que seas devorado en el conocimiento de la bondad y el amor del Señor.
“Los bautizo en la frescura y la fuerza del fuego de mi amor. Tomaré los corazones que se enfriaron por el dolor y el rechazo para ordenarles que resuciten y vuelvan a latir. Sigue el ritmo del Espíritu Santo. Echa fuera la muerte y el dolor y comienza a saltar. Comienza a aplaudir. Comienza a liberar tu espíritu y persevera para que pueda sacar de ti el reporte del Señor. Debes saber que muchas cosas cambiarán, porque estoy a tu favor y no en tu contra”, dice el Señor tu Dios.
Eileen Fisher
(www.elijahlist.com)
1 comentario:
Recibo cada palabra para mí vida en el nombre poderoso de Cristo Jesús
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