Por Jamie Rohrbaugh
Muchos de los soldados de Dios
estuvieron escondidos. Ustedes saben que fueron creados para más, pero parece
que no pueden salir de detrás de las cortinas que los ocultan. ¡Este es el
tiempo para que los escondidos se levanten en el mandato de Isaías 49!
El mandato de Isaías
49 es un set de 11 cargas y garantías que originalmente recibió Cristo. Sin
embargo, en este tiempo también aplican para el Cuerpo de Cristo. Si estuvimos
anhelando cumplir el gran impacto que sabemos que Dios nos llamó a manifestar,
aquí hay 11 cargas y garantías que Dios nos habla en este tiempo.
El mandato de Isaías 49
1. Isaías 49:1: El
Señor quiere garantizarnos que nos llamó desde el vientre.
El Padre quiere
recordarnos que siempre nos conoció y también tuvo presente nuestro nombre. Nos
conoció desde la eternidad y no fuimos olvidados o pasados por alto. Fuimos sembrados en el vientre de nuestra
madre para un tiempo como este. Nuestra vida tiene un propósito. El tiempo de
nuestra vida es clave. Ahora mismo, Dios sabe exactamente dónde nos
encontramos, quienes somos y todo lo que ocurre en nuestra vida.
2. Isaías 49:2: Aunque
nos hemos sentido escondidos y olvidados, sintiendo que nadie nos ve o nos
valora.
En la mayoría de los
casos, no está todo “en nuestra cabeza”.
La gente no nos ha visto verdaderamente con los ojos del espíritu o nos
valoró como deberían. Sin embargo, es crucial darnos cuenta que no somos los
únicos que nos sentimos de esa manera. Jesús mismo, el que inspiró
originalmente este pasaje, se sintió escondido… porque estaba escondido. Jesús estuvo escondido como una flecha en la
aljaba de Dios. El Padre escondió a su hijo en su aljaba y lo mantuvo allí
fuera de la vista de los hombres, hasta que llegó el tiempo correcto. En
ese tiempo señalado, el Padre tomó a Jesús de su aljaba y lo lanzó como una flecha
hacia su destino.
Nosotros también estuvimos escondidos
Estar escondido es
frustrante y sentimos que este ocultamiento fue injusto. Sin embargo, el Padre
quiere que sepamos que Él cocina los mejores manjares por más tiempo. Qué es mejor, ¿comer de una olla de
ajíes que se estuvieron cocinando durante una hora o comerlos de una olla donde
se estuvieron hirviendo durante tres días? Por supuesto que los ajíes que
hirvieron tres días serán mejores. Se cocinaron el tiempo suficiente como para
que los sabores se marinaran juntos como un todo unido. Asimismo, Dios nos estuvo
cocinando a fuego lento durante años.
Demasiadas veces
quisimos salir del lugar oculto. Sabemos que podríamos funcionar en el exterior
así como otros que nos rodean. Sin embargo, el Padre quiere que sepamos que no
fuimos hechos para ser como la gente que nos rodea. Él nos necesita para un
lugar más elevado donde incrementar su gobierno en la tierra. Las mejores cosas
requieren un tiempo de cocción más prolongado. Dios es un Chef experto y estuvo
cocinándonos durante un tiempo largo. Pero ahora está listo para lanzarnos
fuera de su aljaba y dispararnos hacia nuestro destino.
3. Isaías 49:3-4: El
Padre quiere que sepamos que nos declaró como sus siervos. Ahora mismo nos está
garantizando que se glorificará en nosotros.
Con frecuencia
sentimos que nuestro trabajo fue para nada. Nuestro corazón se llenó de
angustia porque invertimos nuestras fuerzas en Dios, pero no podemos mostrar
nada. Sin embargo, permanecimos colgados firmemente del Señor. Confiamos y
creímos en Él por la cosecha, aun cuando no hemos visto los resultados con
nuestros ojos naturales.
Amados, el Padre
honra nuestra firmeza y ve nuestra fidelidad. Hoy quiere garantizarnos que
nuestro trabajo no fue en vano. Él se glorificará en nosotros porque nos cuida.
Somos sus hijos amados y sus siervos valiosos y productivos. El Padre nos honra
y aprecia por nuestro servicio.
Dios está actualizando nuestra asignación
4. Isaías 49:5-6: Debido
a nuestra fidelidad, Dios está actualizando nuestra asignación.
Nuestro Padre siempre
quiso usarnos para que la gente regrese hacia Él. Su mano siempre estuvo sobre
nosotros. Sin embargo, antes pensábamos que solo podríamos alcanzar a un grupo
de personas. Pero ahora, el Padre dice que nuestra asignación inicial era
demasiado pequeña. No lo sabíamos, pero Él tiene cosas mejores reservadas para
todos nosotros y nos está habilitando en una asignación mayor. ¡Nuestra
actualización divina ahora se extiende a toda la tierra!
En los días por
venir, encontraremos ampliado nuestro horizonte. Este aumento en la visión
espiritual viene del Señor. Encontraremos que nuestros límites iniciales
fueron removidos y las fronteras del pasado fueron borradas. Nuestro testimonio
y nuestro mensaje ahora se extenderán por toda la tierra y demostraremos la
salvación de Dios, Jesús, por todo el
globo.
El Salmo 2:8 dice: “Pídeme, y como herencia
te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!”.
5. Isaías 49:7: Se terminaron los
días donde fuimos despreciados y aborrecidos.
La gente falló en
vernos desde la perspectiva del Espíritu Santo. Solo nos vieron en lo natural,
fallando al no ver con los ojos de Dios. Sin embargo, continuamos sirviendo a
aquellos que están en autoridad sobre nosotros. Servimos con fidelidad a
alguien más con una visión mayor, como si encajara en el Reino.
Hoy el Padre quiere
que sepamos que ese es su camino para honrarnos. En nuestra nueva asignación,
aquellos que están en autoridad nos prestarán atención porque la unción y la gloria
del Padre en nosotros serán demasiado obvias. El Padre nos honrará con
influencia por causa de Cristo. Su sello de aprobación será obvio para todos
los que nos vean.
Nos estamos transformando en padres y madres
espirituales
6. Isaías 49:8-9a: Ahora
Dios nos está enviando como un don para su pueblo. Seremos padres y madres
espirituales.
El Padre oyó nuestro
clamor y ahora nos está entregando personalmente como un don para el pueblo.
Podemos pensar que es algo orgulloso de imaginar, pero no. Abba Padre nos formó
en sus manos todo este tiempo específicamente como un don para su pueblo.
Como don de Dios para su pueblo, su Pacto, tenemos cuatro asignaciones:
• Traer restauración
sobre toda la tierra.
• Distribuir
herencias espirituales que estuvieron desoladas y en desuso, recuperando esas
herencias para que vuelvan a ser útiles.
• Ordenarles a
aquellos que están atados en tinieblas que entren en la luz, la libertad y la
abundancia que Cristo conquistó para nosotros.
• Ayudar a otros que
están escondidos a levantarse y poner sus manos en el arado, involucrándose por
completo con el llamado de Dios.
Todas estas cosas son
las que hacen los padres y las madres espirituales. Isaías 49:8-9 es una
descripción de hacer discípulos como lo hizo Jesús, ejerciendo paternidad (y
maternidad). Ahora somos padres y madres espirituales. Levantaremos a cada persona que podamos en su herencia espiritual. Alentaremos,
equiparemos y edificaremos al pueblo de Dios para que caminen en la luz. Esta
es nuestra asignación.
7. Isaías 49:9b-12: Mientras
avanzamos hacia el cumplimiento de nuestra asignación, tendremos asegurada la
provisión de Dios.
Mientras avanzamos en
la obra de levantar personas en sus herencias, el Padre proveerá buenos pastos
para nosotros y los nuestros. Nos alimentará en lugares altos. Tendremos toda
la seguridad y la provisión que necesitamos porque Jesús mismo, el Pastor de
pastores, nos guiará y nos liderará. Mientras el Padre nos guía por sus caminos
más elevados, encontraremos a otros que nos seguirán desde lugares que nunca
esperamos.
Misericordia y pacto de Dios
8. Isaías 49:13-16: Estamos
por ver la manifestación de la misericordia y el pacto de Dios en nuestra vida.
Amados, hemos visto
muchas tribulaciones y momentos difíciles en años pasados. Ahora nos estamos
moviendo hacia una temporada donde debido al pacto que Dios hizo con su pueblo,
aun veremos manifestaciones y demostraciones de su misericordia.
Salmo 106:44-46 dice: “Al
verlos Dios angustiados, y al escuchar su clamor, se acordó del pacto que había
hecho con ellos y por su gran amor les tuvo compasión. Hizo que todos sus
opresores también se apiadaran de ellos”.
Como lo enseñó el
apóstol Dutch Sheets, en el Cuerpo ese pacto y la misericordia van juntos. Como
pueblo de Dios no somos como los demás pueblos que no tienen un pacto. Fuimos
injertados por Cristo en el pacto que Dios hizo con Abraham y tenemos acceso a
todo el poder, la provisión, la protección y la misericordia que conlleva ese
pacto. ¡Debemos llenarnos de gozo! Permitamos que el gozo y el canto broten de
nuestro corazón y desde nuestra vida y nuestro llamado en la misericordia de
Dios, por la virtud de su pacto.
9. El Señor nunca nos abandonará, deberíamos hacer lo mismo con otros.
Mientras caminamos a
través de este proceso de ser padres y madres espirituales, hubo momentos donde
nos preguntamos si debíamos abandonar todo con ciertas personas o ante algunas
situaciones. La respuesta es no.
La Palabra de Dios
dice que Él nunca nos olvidará, porque somos sus hijos. Estamos escritos en la
palma de la mano de Dios. Asimismo, como debemos ser iguales a Cristo en todas
las cosas, nunca debemos abandonar a nadie. No nos olvidaremos siquiera del más
pequeño. La gente bien intencionada puede tratar de convencernos de caminar
lejos de ciertas personas, pero no debemos oírlos. Necesitamos creer en
nuestros hijos e hijas de una manera inquebrantable, amarlos de una manera
incondicional y perseverante. Así es el corazón de Dios para nosotros y este
también debería ser nuestro corazón amoroso para los demás.
¡Nuestros hijos vuelven a casa!
10. Isaías 49:17-23: Muchos
de nosotros tuvimos hijos pródigos (naturales o espirituales), y nos estuvimos
preguntando si nunca regresarían.
No es que dudemos de
la habilidad de Dios para hacerlos volver. En lugar de ello, nos estuvimos
preguntando: “¿Nuestros
hijos volverán a elegir alinearse con Dios? ¿Cosecharemos el amor y la relación
que estuvimos cultivando todos estos años?”.
La respuesta a todas estas preguntas es “sí”.
Isaías 49 dice que todas las fuerzas que nos hacían pensar que perdimos el
tiempo, se van ahora mismo. ¡Veamos a nuestros hijos volviendo a casa! Sí, volveremos a recuperar a nuestros hijos. La destrucción se está
alejando de nosotros y nuestros hijos volverán para honrarnos. Nos llevará un
tiempo, pero Dios está trabajando un proceso en nuestros hijos. Isaías 49:20 nos
garantiza que volverán a nosotros los hijos que pensábamos perdidos. En realidad
nos están pidiendo que les volvamos a hacer espacio en nuestra vida.
Cuando lo hagan,
debemos asegurarnos de responder con amor y gracia. Necesitamos ponerles un
anillo en el dedo a esos hijos. Vistámoslos con nuestras mejores ropas.
Organicemos una fiesta en su honor. Nuestros hijos perdidos ahora volvieron. Los
hijos que pensábamos que nos dejaron afligidos, volverán a ser los hijos de
nuestra herencia. Amados, nuestros hijos volverán.
11. Isaías 49:24-26: Estaremos seguros
en esta nueva asignación.
Los hombres poderosos
pueden ser derrotados, pero el Dios de los cielos no. En este tiempo debemos
saber que Dios mismo peleará con los que peleen en contra nuestra. Él no solo
salvará a nuestros hijos, está perfeccionando todas las demás cosas
concernientes a nuestra vida. El Dios de los ejércitos de ángeles está de
nuestro lado y tiene algo que probar.
No estamos solos
El Padre mismo
prometió que nos protegerá y nos defenderá de una manera tan poderosa que toda
carne conocerá que Él es nuestro Salvador personal que se manifiesta poderoso a
nuestro favor.
Amados, si estuvimos
ocultos tenemos una asignación nueva muy poderosa. Seremos padres y madres
espirituales levantando gente en sus herencias perdidas. Nuestra influencia se extenderá por toda la
tierra si pedimos naciones. La perfecta voluntad del Padre se cumple en todas
las cosas que conciernen a nuestra vida mientras realizamos su obra y no
debemos temer a su mandato para nuestra vida.
¿Aceptaremos el
desafío?
Jamie Rohrbaugh
(www.elijahlist.com)