Por Faith Marie Baczko
En esta hora de momentum de la historia en la que nos encontramos, el
pueblo de Dios está decidido ante una encrucijada. Estamos siendo llamados a
tomar y hacer decisiones significativas y difíciles que tienen el potencial
para darle forma a nuestro futuro. Fuimos posicionados a las puertas del
destino, la puerta de los comienzos y los finales. Las cosas están siendo
envueltas en nuestras vidas, las puertas se están cerrando y los finales libres
están siendo atados, se está completando un tiempo. Mientras se cierra la
puerta detrás de nosotros, nos paramos con anticipación ante una era de
fortaleza que ahora se está abriendo ante nosotros. Este es un tiempo donde se
está liberando el propósito y el destino está siendo llamado a fructificar. Este
es el tiempo para afirmarnos en nuestro terreno y determinarnos con resolución
a edificar y terminar bien. En esta hora de grandes posibilidades y madurez
alcanzada, Dios nos ungió con sabiduría y entendimiento. ¡Está ocurriendo un
aumento!
Últimamente estuve
oyendo ciertas palabras resonando en mi espíritu, dos de las cuales son “ascender”
y “elevar”. Cuando reviso las definiciones de las palabras,
usualmente recibiré más revelación del Señor. “Ascender” significa: “Ir hacia arriba, aumento, elevarse, avanzar hacia la
madurez, gran reconocimiento, acercarse a un nivel o un grado superior.
Aumentar, levantarse de una posición horizontal, ser restaurado a la vida,
moverse hacia una posición más elevada”.
Todas estas definiciones representan esta hora notable y la obra del Señor en
un pueblo completado para la gloria.
Viene un aumento para
el Cuerpo de Cristo, un crecimiento dentro de Él, en sus caminos y en su amor
para ser libre en Cristo. Nos estamos levantando en la gloria del Hijo. Un “aumento” también puede significar una revolución o
revolver. ¡Es
tiempo para levantarse y hacer retroceder los poderes de las tinieblas que
tratan de invadir y violar nuestras vidas!
Jueces 5:31 dice: “¡Así perezcan todos
tus enemigos, oh Señor! Pero los que te aman sean como el sol cuando sale en
todo su esplendor. Entonces el país tuvo paz durante cuarenta años”.
Estamos siendo
llamados a levantarnos como Débora y tomar nuestros lugares en la historia.
Levantarnos como Jael y estar a la altura de las circunstancias. Estamos siendo
llamados a levantarnos para la ocasión para la cual fuimos creados. Levantarnos
para creer que podemos vencer, porque mayor es El que vive en nosotros y venció
al mundo, que aquel que está debajo de nuestros pies. La fuerza que sostiene al
mundo vive dentro de nosotros. Atrapando esta verdad viene la revelación que
nada es o puede ser imposible para los que creen en Él.
Un impulso apostólico
Otra palabra que
quedó atrapada en mi mente es “impulso”. Esta
palabra significa: “Empujar algo o alguien de manera repentina o violenta en
la dirección especificada: moverse o avanzar, la fuerza propulsiva de un jet o
un cohete”. Recientemente pude
oír que el Señor decía: “Estoy llamando a un levantamiento apostólico y un
impulso apostólico”. La
trompeta de plata que llama a los líderes a ocupar sus lugares y estar listos,
está resonando con un sonido fuerte y claro. Los días de preparación están
siendo envueltos mientras llega nuestra cosecha. Hay un aumento apostólico que
está ocurriendo en el poder del Espíritu Santo. Después de la muerte viene la
resurrección. Hay un pueblo que está oyendo
el sonido y se está levantando, saliendo de las tumbas donde las fortalezas y
las circunstancias los mantuvieron atados. El clamor del Señor
se puede oír: “Sé
libre y levántate para vivir en el llamado supremo en Cristo”. La gente está saliendo del crisol de fuego,
preparados como agentes de transformación.
Dios está diciendo: “Este es un
tiempo para que tu voz sea escuchada”. Ester 4:14 es
un pasaje en las Escrituras con el que estoy muy familiarizada, porque lo
prediqué y escribí varias veces. Pero me sentí muy sorprendida cuando lo leí
recientemente y como si fuera la primera vez, pude ver las palabras: “Porque si te
quedas callada…”. Sentí como
si el Señor me estuviera diciendo que este no era el tiempo para mantenerme
callada. En esta hora debemos hacer oír nuestra voz, con mucho coraje y osadía
(con sabiduría). Dios está oyendo. El Señor desea oír nuestras voces valientes
proclamando su Palabra, para que seamos testimonios vivientes de su verdad: “Tú, que reinas en los jardines, pendientes de tu voz están nuestros
amigos; ¡déjanos escucharla! La amada” (Cantares 8:13).
Es tiempo de hablar y
gritar fuerte para que se puedan oír nuestras voces. Es tiempo para vivir, pero
vivir como quienes perecieron, quienes no aman sus vidas tanto como para
temerle a la muerte (ver Apocalipsis 12). Los hombres muertos no tienen miedo
ni se ofenden. ¡Los hombres muertos están completamente vivos en Cristo! ¡Jesús
dijo que si estamos dispuestos a perder nuestras vidas, las ganaríamos!
¡Tenga listos sus contenedores de gloria!
Tenemos un nuevo
tiempo para correr una carrera de fuerza. Este es el tiempo para correr con
todas nuestras fuerzas, tiempo para vivir, tiempo para hablar, tiempo para
escribir si tiene este llamado, tiempo para comenzar negocios, tiempo para
cantar una canción nueva. Es tiempo para vivir
verdaderamente como nunca antes habíamos vivido. Este es el
tiempo para que se manifieste el contenedor de gloria ordenado por Dios,
nuestra visión y nuestro llamado. Existen múltiples contenedores únicos,
diseñados específicamente para guardar nuestra porción de la cosecha.
Pregúntele a Dios: “¿Cuál es mi
contenedor? ¿Cuál es su estructura, su dinámica y su propósito en la cosecha?”. Dios está tratando de abrir nuestras antiguas
mentalidades para conformarnos y transformarnos para ver y comprender de nuevas
maneras. El Señor quiere que tengamos la
mente renovada de Cristo para enfrentar los desafíos de la cosecha con
contenedores de gloria innovadores y creativos. El Señor está sacudiendo todas las cosas que
están estancadas y viejas que no le sirven en esta hora distintiva.
Un contenedor es un
vaso creado para transportar bienes, nuestros bienes particulares reflejando
nuestra luz que ha venido (ver Isaías 60:1). Un contenedor puede ser un vaso
estacionario o puede estar adaptado para ser transportado por las rutas, el
mar, el aire o el ciberespacio. Su contenedor es tanto usted como el marco o el
modo a través del cual se entregan nuestros bienes. Usted es un contenedor de
la gloria de Dios, cargando tesoros, bienes y suministros del Reino para una
tierra reseca. Usted es un vaso excepcional, con un llamado especializado y un
contenedor inigualable que Dios diseñó solo para usted. Que su luz brille, que
su contenedor cumpla su llamado para preparar la autopista para nuestro Dios.
Isaías 40:3 dice: “Una voz proclama: Preparen
en el desierto un camino para el Señor; enderecen en la estepa un sendero para
nuestro Dios”.
Faith Marie Baczko
(www.elijahlist.com)