Por Dr. Sandie Freed
Pude oír al Señor que decía: “Dile a mis
hijos que no los pasé por alto. Muchos creen que perdieron Mis bendiciones.
Estuvieron orando y esperando una apertura, pero se desalentaron. Diles que se
mantengan pacientes, porque no me olvidé de ellos”.
Amados, yo sé lo que
se siente cuando debemos esperar en Dios. A veces nos sentimos tan débiles
esperando en Dios que la incredulidad intenta nublar nuestra visión y
secuestrar nuestra fe. Yo he sido una de estas cristianas a quienes Dios le
tuvo que recordar todas las bendiciones que venían en mi camino… solo para
orar, ayunar y mantenerme fuerte, pero no pasó nada. Sí, ¡a veces sentí que
Dios se había olvidado de mí o simplemente me había pasado por alto! Muchas
veces pensé que de alguna manera había perdido mi bendición.
“Cuando parece que no pude
encontrar su bendición por ninguna parte o que Dios lo pasó por alto… ¡persevere!”
También había días
que salía de la cama con altas expectativas para ese día, creyendo por milagros
y aperturas, solo para experimentar el desengaño al final de la jornada. Aunque
seguía amando a Dios y sabía que Él me amaba, aun así permanecía este
sentimiento de desilusión que no me podía sacudir de encima. ¿Qué hace cuando
su corazón está quebrado y parece haber perdido toda esperanza?
Cómo pelear contra el susurro del
enemigo que le dice:
· A Dios no le importan tus necesidades.
· No eres lo suficientemente bueno.
· Arruinaste todo y Dios no te va a sanar.
· No das la medida.
·
No oras lo suficiente.
· Dios te dio la espalda por tus pecados.
· Eres un perdedor.
¡Miles de dardos
encendidos son lanzados hacia usted y pronto estará completamente convencido
que Dios lo pasó por alto!
Satanás es un mentiroso
¡Para nada! Dios no
lo pasó por alto y no se olvidó de usted. Conclusión:
¿A quién elige oír ahora mismo? Debemos oír solo a Dios e ignorar los susurros
del enemigo. El diablo es un mentiroso y le encanta hacernos
darle la espalda a Dios para que lo acusemos falsamente. Creer que a Dios no le
importan nuestras necesidades es una de las maneras de ponernos de acuerdo con
el acusador. Cuando nos ponemos de acuerdo con las mentiras de satanás, le
damos más poder. ¡Si queremos una vida de poder piadoso, entonces debemos alinearnos
con Dios y su Palabra!
Conozco de primera
mano cómo el enemigo ama sacudir nuestra fe. Satanás nos atacará para intentar
sacudirnos, descarrilarnos y frustrarnos hasta el punto de hacernos perder la
esperanza. Cuando el enemigo nos miente, ¿cuál debería ser nuestra respuesta o cómo
deberíamos responder? Afortunadamente, ¡nuestra confesión estará de acuerdo con
lo que dice Dios! Mientras esperamos nuestra apertura, debemos inundar el aire
con confesiones positivas y declarar que Dios es nuestro sanador, nuestro
proveedor y nuestro libertador. Mientras esperamos nuestra sanidad, deberíamos
mantener nuestras mentes fijas en el hecho que Dios nos ama y desea sanarnos.
Yo sé que a veces es
difícil regocijarse con otros cuando reciben una apertura, mientras nosotros
seguimos esperando la nuestra. Sí, es desalentador y si no tenemos cuidado nos
oiremos diciendo: “Dios me pasó por alto”. Hermano, por favor escúcheme. ¡Dios no lo pasó por alto! Dios
recompensará su fidelidad, ¡manténgase firme!
Si usted recuerda, el
salmista habló sobre perseverar y dijo: “Porque sólo un instante dura su enojo, pero toda una
vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de
alegría” (Salmo
30:5). Una noche puede ser
solo una noche aislada, seis noches seguidas o varios meses, pero Dios promete
que el gozo vendrá. ¿Recuerda a Job? Los historiadores afirman que sus tiempos
más duros no duraron más que un año, pero por otro lado fue bendecido con el
doble por todas las pruebas que atravesó.
Permítame asegurarle:
Dios jamás
se olvidará de usted. Él conoce
nuestras necesidades y nuestras preocupaciones. Amado creyente, Dios no lo pasó
por alto. Es tiempo para levantarnos y declarar lo que el Padre nos habló. ¡Dígale al diablo que retroceda! Recuérdele al enemigo
que es un mentiroso y que sus dardos fieros no vencerán sobre su vida. Recuérdele
a satanás que usted es un hijo del Dios Altísimo.
Su Padre celestial se
ocupa de usted y nunca lo dejará ni lo abandonará. Haga una confesión positiva y
declare que está caminando en poder y ejercitará su autoridad piadosa sobre
cada mentira del enemigo.
“Dile a mis hijos que no los pasé por alto…”
¡Viene su
bendición!
Para vivir plenamente en victoria no debemos
vacilar o permitir que las mentiras del enemigo secuestren nuestra fe. Cuando parece que nuestra bendición no aparece por ninguna parte o Dios nos
pasó por alto… ¡Persista y fortalézcase!
Piense en los
patriarcas de la Biblia que se mantuvieron firmes cuando la adversidad los
rodeaba. Uno de mis personajes bíblicos favoritos es Elías. Las Escrituras nos
dicen que era un hombre como nosotros. Esto significa que era humano pero
también era muy poderoso en Dios. Fue tentado con temores y emociones así como
nosotros hoy. Aun así, estuvo cara a cara contra Acab y Jezabel. ¡Se mantuvo
fuerte contra la hechicería, la idolatría y el asesinato! Además derribó con
osadía los altares falsos de Baal y reedificó el altar de Dios.
Elías destruyó a los
falsos profetas en la tierra y oró para que terminara una larga sequía. De
hecho, ¡fue el que profetizó la sequía y Dios honró su decreto! ¡Wow! Cuando no
se veía ninguna nube de lluvia, Elías continuó orando y creyendo que iba a
llover. Podría haberse descorazonado y creer que “Dios lo había pasado por alto”. ¡Pero no vaciló! Elías se negó a abandonar. Se
mantuvo orando y creyendo lo que Dios había dicho. El Señor le dijo a Elías que
iba a llover. ¿Sabe qué ocurrió? ¡Elías creyó lo que dijo Dios!
Amado, no baje los
brazos y siga creyendo. Crea lo que Dios dijo sobre su vida. Crea que usted es
bendecido. ¡Crea
esto hoy… porque puedo oír el sonido de una lluvia abundante que se dirige
hacia usted! Es su tiempo de poder, demostración y apertura. No
permita que lo que ve en lo natural lo desanime… ¡mantenga sus ojos en Jesús! Con toda seguridad, Dios cumplirá lo que le prometió.
Oremos juntos: Padre, decreto que soy bendecido, porque tú Señor dices que soy
bendecido. Aunque estoy esperando tu respuesta, sé que mis fuerzas son
renovadas. Espero pacientemente por la manifestación plena de todas mis
bendiciones. Señor, te pido que me vistas con favor divino. Te pido que el
fruto del Espíritu (amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fidelidad,
mansedumbre y dominio propio), se manifiesten en mi vida. Decreto que no seré
conmovido y permaneceré fuerte en mi fe. En el nombre de Jesús, Amén.
Sandie Freed
(www.elijahlist.com)
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