martes, 10 de julio de 2018

“Aliéntese: ¡Dios no lo pasó por alto!”



Por Dr. Sandie Freed

Pude oír al Señor que decía: “Dile a mis hijos que no los pasé por alto. Muchos creen que perdieron Mis bendiciones. Estuvieron orando y esperando una apertura, pero se desalentaron. Diles que se mantengan pacientes, porque no me olvidé de ellos”.

Amados, yo sé lo que se siente cuando debemos esperar en Dios. A veces nos sentimos tan débiles esperando en Dios que la incredulidad intenta nublar nuestra visión y secuestrar nuestra fe. Yo he sido una de estas cristianas a quienes Dios le tuvo que recordar todas las bendiciones que venían en mi camino… solo para orar, ayunar y mantenerme fuerte, pero no pasó nada. Sí, ¡a veces sentí que Dios se había olvidado de mí o simplemente me había pasado por alto! Muchas veces pensé que de alguna manera había perdido mi bendición.

“Cuando parece que no pude encontrar su bendición por ninguna parte o que Dios lo pasó por alto… ¡persevere!”

También había días que salía de la cama con altas expectativas para ese día, creyendo por milagros y aperturas, solo para experimentar el desengaño al final de la jornada. Aunque seguía amando a Dios y sabía que Él me amaba, aun así permanecía este sentimiento de desilusión que no me podía sacudir de encima. ¿Qué hace cuando su corazón está quebrado y parece haber perdido toda esperanza?

Cómo pelear contra el susurro del enemigo que le dice:
·       A Dios no le importan tus necesidades.
·       No eres lo suficientemente bueno.
·       Arruinaste todo y Dios no te va a sanar.
·       No das la medida.
·       No oras lo suficiente.
·       Dios te dio la espalda por tus pecados.
·       Eres un perdedor.

¡Miles de dardos encendidos son lanzados hacia usted y pronto estará completamente convencido que Dios lo pasó por alto!

Satanás es un mentiroso
¡Para nada! Dios no lo pasó por alto y no se olvidó de usted. Conclusión: ¿A quién elige oír ahora mismo? Debemos oír solo a Dios e ignorar los susurros del enemigo. El diablo es un mentiroso y le encanta hacernos darle la espalda a Dios para que lo acusemos falsamente. Creer que a Dios no le importan nuestras necesidades es una de las maneras de ponernos de acuerdo con el acusador. Cuando nos ponemos de acuerdo con las mentiras de satanás, le damos más poder. ¡Si queremos una vida de poder piadoso, entonces debemos alinearnos con Dios y su Palabra! 

Conozco de primera mano cómo el enemigo ama sacudir nuestra fe. Satanás nos atacará para intentar sacudirnos, descarrilarnos y frustrarnos hasta el punto de hacernos perder la esperanza. Cuando el enemigo nos miente, ¿cuál debería ser nuestra respuesta o cómo deberíamos responder? Afortunadamente, ¡nuestra confesión estará de acuerdo con lo que dice Dios! Mientras esperamos nuestra apertura, debemos inundar el aire con confesiones positivas y declarar que Dios es nuestro sanador, nuestro proveedor y nuestro libertador. Mientras esperamos nuestra sanidad, deberíamos mantener nuestras mentes fijas en el hecho que Dios nos ama y desea sanarnos.

Yo sé que a veces es difícil regocijarse con otros cuando reciben una apertura, mientras nosotros seguimos esperando la nuestra. Sí, es desalentador y si no tenemos cuidado nos oiremos diciendo: “Dios me pasó por alto”. Hermano, por favor escúcheme. ¡Dios no lo pasó por alto! Dios recompensará su fidelidad, ¡manténgase firme!

Si usted recuerda, el salmista habló sobre perseverar y dijo: “Porque sólo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría” (Salmo 30:5). Una noche puede ser solo una noche aislada, seis noches seguidas o varios meses, pero Dios promete que el gozo vendrá. ¿Recuerda a Job? Los historiadores afirman que sus tiempos más duros no duraron más que un año, pero por otro lado fue bendecido con el doble por todas las pruebas que atravesó.

Permítame asegurarle: Dios jamás se olvidará de usted. Él conoce nuestras necesidades y nuestras preocupaciones. Amado creyente, Dios no lo pasó por alto. Es tiempo para levantarnos y declarar lo que el Padre nos habló. ¡Dígale al diablo que retroceda! Recuérdele al enemigo que es un mentiroso y que sus dardos fieros no vencerán sobre su vida. Recuérdele a satanás que usted es un hijo del Dios Altísimo.

Su Padre celestial se ocupa de usted y nunca lo dejará ni lo abandonará. Haga una confesión positiva y declare que está caminando en poder y ejercitará su autoridad piadosa sobre cada mentira del enemigo.
“Dile a mis hijos que no los pasé por alto…”

¡Viene  su bendición!
Para vivir plenamente en victoria no debemos vacilar o permitir que las mentiras del enemigo secuestren nuestra fe. Cuando parece que nuestra bendición no aparece por ninguna parte o Dios nos pasó por alto… ¡Persista y fortalézcase!

Piense en los patriarcas de la Biblia que se mantuvieron firmes cuando la adversidad los rodeaba. Uno de mis personajes bíblicos favoritos es Elías. Las Escrituras nos dicen que era un hombre como nosotros. Esto significa que era humano pero también era muy poderoso en Dios. Fue tentado con temores y emociones así como nosotros hoy. Aun así, estuvo cara a cara contra Acab y Jezabel. ¡Se mantuvo fuerte contra la hechicería, la idolatría y el asesinato! Además derribó con osadía los altares falsos de Baal y reedificó el altar de Dios.

Elías destruyó a los falsos profetas en la tierra y oró para que terminara una larga sequía. De hecho, ¡fue el que profetizó la sequía y Dios honró su decreto! ¡Wow! Cuando no se veía ninguna nube de lluvia, Elías continuó orando y creyendo que iba a llover. Podría haberse descorazonado y creer que “Dios lo había pasado por alto”. ¡Pero no vaciló! Elías se negó a abandonar. Se mantuvo orando y creyendo lo que Dios había dicho. El Señor le dijo a Elías que iba a llover. ¿Sabe qué ocurrió? ¡Elías creyó lo que dijo Dios!

Amado, no baje los brazos y siga creyendo. Crea lo que Dios dijo sobre su vida. Crea que usted es bendecido. ¡Crea esto hoy… porque puedo oír el sonido de una lluvia abundante que se dirige hacia usted! Es su tiempo de poder, demostración y apertura. No permita que lo que ve en lo natural lo desanime… ¡mantenga sus ojos en Jesús! Con toda seguridad, Dios cumplirá lo que le prometió.

Oremos juntos: Padre, decreto que soy bendecido, porque tú Señor dices que soy bendecido. Aunque estoy esperando tu respuesta, sé que mis fuerzas son renovadas. Espero pacientemente por la manifestación plena de todas mis bendiciones. Señor, te pido que me vistas con favor divino. Te pido que el fruto del Espíritu (amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio), se manifiesten en mi vida. Decreto que no seré conmovido y permaneceré fuerte en mi fe. En el nombre de Jesús, Amén. 

Sandie Freed
(www.elijahlist.com)


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