martes, 10 de julio de 2018

“Dios está ungiendo un pueblo transicional”





Por Jennifer Eivaz

Donde sea que tenga que ministrar, siempre hago el esfuerzo por prepararme bien para los diferentes escenarios en los que voy a estar. Después de orar, me preparo con una palabra y recibo la cobertura de mi equipo de intercesores. En un viaje reciente al Bronx, estaba preparada y lista con una palabra para este grupo ecléctico de ministros y otros asistentes. Sin embargo, en el vuelo sentí la presencia distintiva del Espíritu Santo y escuché su voz. Me habló una frase a mi corazón “gente transicional” y de inmediato supe el mensaje.

Voy a definir a la gente transicional como aquellos que son cristianos por primera vez en sus familias. La Biblia muestra muchos como Juan el Bautista, todos los primeros apóstoles, así como los integrantes de la primera Iglesia. Ser primero significa que ahora tiene un rol transicional. Para la mayoría, ese rol transicional está centrado en su familia, porque usted caminará con su familia para salir de lo viejo y entrar en un nuevo camino.

Reclamará bendiciones generacionales y espirituales. Como usted es el primero, enfrentará desafíos únicos y distintivos. También tendrá una guerra espiritual agravada, mientras derriba fortalezas demoníacas generacionales para que Jesús pueda surgir como el hombre fuerte de su familia.

El Señor le entrega la fortaleza para el cambio
Ezequiel 3:9 dice: “¡Te haré inquebrantable como el diamante, inconmovible como la roca! No les tengas miedo ni te asustes, por más que sean un pueblo rebelde”.

...debes ser violento en la oración, negándose a ser ofendido y amando intencionalmente”

En realidad este verso fue una directiva de Dios para el profeta Ezequiel, mientras Él trataba con la rebelde Israel a través de su profeta escogido. Quizá usted no sea un profeta de oficio, pero en algún sentido es un profeta para su propia familia. Como una persona transicional, comunicará su Palabra y sus preceptos a su propia familia y señalarles el mejor camino. Tendrá una voz para instruir correctamente a los hijos, los nietos y los bisnietos que vengan después de usted.

El Señor le está entregando una obstinación ordenada por Dios para pararse firme contra la presión de volver a los caminos antiguos y familiares de destrucción. En la medida que hace un camino para Él en su familia, una tarea que insumirá el resto de su vida, la presión de este giro figurativamente lo terminará transformando en un diamante. Será ese faro de luz y la voz radiante de esperanza. El Espíritu Santo está diciendo: “Las generaciones futuras en tu linaje familiar señalarán tu luz y dirán ‘solo quiero ser como tú’”.

Cuando Dios lo ve, contempla a toda su familia, tanto el pasado como el futuro
¿Alguna vez notó esas listas genealógicas largas y tediosas que aparecen en la Biblia? Por ejemplo: “Adán, Set, Enós, Cainán, Malalel, Jared… Hijos de Cam: Cus, Misrayin, Fut y Canaán” (1 Crónicas 1:1-2, 8). Existen varias listas como esas a lo largo de las Escrituras. Sin embargo, estas genealogías nos gritan un mensaje que Dios no solo nos mira como individuos, sino como toda una familia, tanto en el pasado como el futuro. 

Creo que este es el principio detrás de la promesa, porque si un miembro de la casa es salvo, luego toda la casa queda sujeta a una cita divina para su salvación. Hechos 16:31 dice: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos, le contestaron”. Dios puso dones únicos y llamados sobre las familias. Estas son las bendiciones generacionales ordenadas por Dios.

1 Crónicas 12:32 dice: “De Isacar: doscientos jefes y todos sus parientes bajo sus órdenes. Eran hombres expertos en el conocimiento de los tiempos, que sabían lo que Israel tenía que hacer”.

Aquí vemos una familia que tuvo sabiduría, entendimiento y un don de liderazgo. ¿Sabía que las familias, no solo los individuos, tienen una asignación en la tierra? Algunas familias son músicos o artistas, algunas son jefes y están llamadas a liderar en el gobierno, algunas a involucrarse en el ministerio, otros son educadores y otras a ser líderes en los negocios. Las familias tienen asignaciones familiares y fueron bendecidas y ungidas por Dios para cumplir los propósitos de su Reino. Cuando se afirman en su asignación, la unción fluye y es la unción que quiebra todo yugo.

El Señor está llamando y restaurando las bendiciones generacionales. Está reubicando a las familias en sus asignaciones. Muchas de esas asignaciones estuvieron sepultadas bajo la maldición. Las maldiciones familiares vienen cuando la familia se aparta del Señor. La rebelión contra Dios siempre tiene consecuencias y esas consecuencias caen sobre los hijos y los hijos de sus hijos. Sin embargo, regresar a una familia a su asignación requiere una persona transicional. Esto es más fácil decirlo que hacerlo.

La gente transicional con frecuencia es muy guerrera, porque tuvieron que batallar personalmente contra cada maldición familiar, cada demonio familiar y cada debilidad familiar, para afirmarse contra todas las contrariedades para un nuevo legado.

Gente de arrepentimiento: Firmes en la brecha
La gente transicional está involucrada con el arrepentimiento. Están firmes en la brecha y quiebran cada maldición en el nombre de Jesús. 2 Crónicas 7:14 dice: “… si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra”.

Si usted aún no hizo esto, tome un tiempo con su Padre celestial hoy y arrepiéntase por cada pecado que conoce que cometió su familia en contra de Él. Quizá no sepa todo lo que está ocurriendo, pero conocerá lo suficiente como para comenzar el proceso de arrepentimiento a favor de su familia. Quizá se esté preguntando: “¿Por qué debo arrepentirme por los pecados de cometió alguien más? ¿Eso qué tiene que ver conmigo?”. Encontramos varias veces en la Biblia donde alguno se arrepiente por los pecados corporativos de la familia, la ciudad y la región, tanto los pasados como los presentes, para liberarlos espiritualmente de los ciclos de pecado, falsas creencias y acuerdos que los ataron a otros dioses.

“Quizá hoy usted no sea un profeta, pero en un sentido es un profeta para su propia familia”

Por ejemplo, Moisés se presentó para arrepentirse corporativamente por los pecados de Israel cuando adoraron al becerro de oro. El arrepentimiento de Daniel por su pueblo los liberó de los principados demoníacos de Persia y Grecia. En el Nuevo Testamento, Esteban, el primer mártir cristiano, se arrepintió con su último aliento a favor de sus perseguidores, un acto que muchos creen que marcó a Saulo para tener un encuentro divino con Jesús.

Cuando usted toma la responsabilidad por los pecados presentes y pasados de su familia, primero en oración y luego por medio de acciones activas con la ayuda del Espíritu Santo, eso crea un Cielo abierto sobre sus familiares que no son salvos para que reciban la convicción del Espíritu Santo. Verá la mayor resistencia de los miembros de su familia en este punto porque comenzarán a sentir la convicción. Sólo debe mantenerse orando con violencia, negándose a ser ofendido y amando intencionalmente.

En caso que no esté seguro sobre cómo se ve una maldición, aquí le presento una lista bíblica de las cosas de las cuales fue redimido en Cristo. Ya no le pertenecen (ver Gálatas 3:13 y Deuteronomio 28): “Enfermedades frecuentes y prolongadas, plagas, muerte prematura, desamparo, destrucción, locura, confusión, ceguera, pobreza, ser consumido, deudas, sequías, derrotas, debilidad, posiciones inferiores, falta de seguridad, ser dispersados, familias quebradas, infertilidad, ser ignorados”.

Decrete algo
Como una persona transicional, decrete lo mayor. Job 22:28 dice: “Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz”. La palabra hebrea para decretar o determinar es una orden que no solo establece algo, también lo divide y lo corta al mismo tiempo. La promesa poderosa por hacer un decreto es que la luz de Dios brillará sobre todos nuestros caminos. En otras palabras, el decreto corta todo y destruye cualquier obra de las tinieblas que se tramó en contra de nosotros. 

Decretemos esto en voz alta:
• Yo y para mi casa serviremos al Señor (Josué 24:15).
• Amo a Dios y guardo sus mandamientos. Por tanto, la bendición de Dios está sobre mi familia durante 1000 generaciones (Deuteronomio 7:9).
• Mis hijos e hijas profetizarán. Soñarán sueños y tendrán visiones del Señor (Hechos 2:17).
• Mi familia está creciendo en sabiduría, en estatura y en favor con Dios y con los hombres (Lucas 2:52).
• Cada bendición generacional será revelada y administrada por mi línea familiar. No se perderá ninguna bendición, don, talento o habilidad divina.
• Decreto que cada miembro de mi familia en esta generación y en las generaciones futuras serán salvos, llenos con el Espíritu Santo y servirán al Señor con todo su corazón.
• Decreto sobre los hombres de mi familia: Servirán al Señor. Decreto sobre las mujeres de mi familia: Servirán al Señor. Decreto sobre cada niño, nieto, bisnieto y más allá: Servirán al Señor
• Decreto que el Espíritu Santo gobernará mi familia y el nombre de Jesús será nuestra fortaleza.

Como líder transicional, está recibiendo una unción del Espíritu Santo para la apertura y para revertir todo. ¡Hay mucha gracia sobre su vida! 

Jennifer Eivaz, Executive Pastor
(www.elijahlist.com)

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