Por Katherine Ruonala
Manténgase enfocado
En este tiempo de aceleración sobrenatural,
pude oír al Señor que decía: “Escoge tus peleas
con inteligencia”. Nos encontramos en un tiempo de aceleración sin precedentes y las
oportunidades para la cosecha son grandes. Por tanto, debe prestar atención a
las tácticas diversas del enemigo, mientras trata de arrastrarlo a defender,
explicar y comprometerse en peleas diseñadas para distraerlo y robarle sus oportunidades
para las victorias importantes.
Cuando David fue a
ver a sus hermanos, pudo ver la situación con Goliat y comenzó a hablar en fe. 1 Samuel 17:26 dice: “Entonces
habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que
venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este
filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?”.
Pero nadie estuvo
contento con su exuberancia juvenil. Eliab, el hermano de David, comenzó a
acosarlo y acusarlo, tratando de avergonzarlo y ridiculizarlo. Felizmente, en
lugar de defenderse y comenzar a pelear con su hermano, David eligió mantenerse
enfocado en la pelea que realmente importaba, porque eso determinó la victoria
para toda la nación.
“¿Qué he hecho yo ahora?”
David se volvió a Eliab
y dijo: “… ¿Qué he hecho yo ahora? ...” (1 Sam.17:29). Su hermano lo
acusó de tener un corazón insolente y las motivaciones equivocadas, y trató de
humillar públicamente a David. Pero en lugar de justificarse a sí mismo y
tratar de explicar sus motivaciones y cómo había llegado hasta ahí, David se
negó a ser arrastrado hacia una batalla de sangre y carne con su hermano,
sabiendo que había una batalla mucho más significativa que ganar. Como mi
mentor siempre me dijo: “Nunca te expliques. Tus
amigos no necesitan una explicación y tus enemigos nunca aceptarán una”. No permita que el orgullo lo arrastre hacia
discusiones con sus hermanos y hermanas cristianas que le harán perder el
tiempo. Debe cuidarse de los argumentos mentales contra ellos que lo harán perder
el tiempo. Perdónelos y limpie sus pensamientos por causa de Cristo.
¡Viene la ola!
Hay una ola de
favor e impartición sobre nosotros y Dios está listo para desatar señales,
maravillas y milagros, más allá de lo que hemos visto. Entonces no debemos distraernos. Tengo un sentido de urgencia en mi espíritu sobre una ventana de
oportunidad para la cosecha que Dios respaldará con su poder. Debemos trabajar
mientras es de día porque viene la noche, cuando nadie puede trabajar (Juan
9:4).
En Australia la
mayoría de los niños crecen aprendiendo cómo surfear y atrapar una ola. Cuando
usted reconoce que viene la ola, no se queda parado y mirándola, esperando que
lo golpee. Debe darse vuelta y comenzar a nadar, enfocado y enfrentando la
dirección en la que quiere ir. Luego el momentum de la ola lo llevará a un
ritmo acelerado hacia la costa. Debe estar alerta y despierto, reconociendo el
tiempo y permitiendo que el Espíritu Santo refine su enfoque. ¡La ola viene! El Espíritu Santo está
revelando las misiones asignadas por Dios y debemos mantenernos enfocados para
no perderlas. Las estrategias que cambiarán al mundo están siendo
impartidas para ser enviados, entonces debemos mantenernos firmes en el consejo
del Señor y oír los deseos de su corazón.
Recordar los triunfos del pasado fortalecerán las victorias futuras
Salmo 37:3 dice: “Confía en
Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad”. Mientras usted se
prepara para tomar el nuevo territorio y comenzar nuevas iniciativas, es
importante alimentarnos en la fidelidad de Dios recordando las victorias del
pasado. David se recordaba las victorias que Dios le había dado sobre el león y
el oso, animándolo a confiar en Dios para obtener la victoria sobre el gigante.
Háblele a la montaña
Finalmente, es
importante que comencemos a llamar a las cosas que no son como si fueran (Rom.4:17). Declarar
la voluntad del Cielo como si ya hubiera ocurrido, nos llevará hacia un lugar
de victoria. Dios llama a las cosas que no son como si fueran, y es tiempo que
también hagamos lo mismo. Háblele a la montaña y dígale que se mueva. David declaró qué le iba a hacer a Goliat antes de hacerlo, confiando en
lo que Dios haría y pudo ver el fruto de sus palabras.
Proverbios 18:20-21 dice: “Del
fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto de
sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama
comerá de sus frutos”.
Katherine Ruonala
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