martes, 19 de mayo de 2020

“¡Observe el horizonte! Cinco estrategias para cabalgar sobre las olas del despertar”





Por Christy Johnston

Quiero compartir una visión que tuve hace poco y sentí que no debía compartirla hasta ahora. Habla de cinco eventos específicos: Dos en los cuales ya nos encontramos y tres que vendrán. También quiero compartir algunas estrategias de oración para usted, así que lo animo a leer hasta el final.

El Tsunami
En la visión estaba de pie en la costa de un gran océano. Las olas eran calmadas y relativamente quietas, mientras me encontraba en la línea del agua, los susurros tranquilos del viento y las olas suaves rompían sobre la arena a mis pies. Pude oír al Señor que decía: “Continúa mirando al horizonte”. Mis ojos siguieron fijos en el horizonte, que se mantuvo sin cambios durante un tiempo. Repentinamente, comencé a sentir un sacudón violento debajo del terreno sobre el que estaba de pie y las aguas comenzaron a retroceder rápidamente ante mis pies. Fui sacudida, pero no perdí el pie por causa de esto. Mientras las aguas retrocedían, sentí como una succión poderosa, como un vacío que chupaba las aguas y la arena que me rodeaba. Sorpresivamente, miré hacia abajo y reconocí que esta era una señal del tsunami que se acercaba.

Volví a oír la voz del Señor: “Quédate quieta. Sigue mirando al horizonte”. No sentí temor o una sensación de malestar, en lugar de ello me sentí excitada por la expectativa. Volví a mirar a mis pies, mientras no podía hacer otra cosa que sentir que las aguas se retiraban de una manera tan drástica que no quedaban residuos de humedad y ya no podía sentir la arena. En lugar de ello, sentía un lecho de roca debajo de mí, donde estaba parada. Luego noté algunos cangrejos de arena y otros moradores de las profundidades comenzaron a surgir de sus madrigueras y se escabullían, alejándose en un movimiento rápido y aterrador.

Luego pude oír al Señor una tercera vez: “Quédate quieta. Sigue mirando al horizonte”. Mis ojos se volvieron a ajustar en el horizonte, pero seguía sin ver nada. Sin embargo, pude oír algo… un sonido nuevo con el cual no estaba familiarizado, un rugido atronador tan fuerte que la arena que me rodeaba comenzó a sacudirse, pero permanecí firme sobre el lecho de roca. Luego pude verlo… un tremendo barril de agua que surgía sobre el horizonte y alcanzaba la playa. No solo podía ver un barril sino muchos que siguieron al primero.

Luego volví a oír la voz del Señor una cuarta vez: “Quédate quieta. Prepárate para el impacto”. Comencé a prepararme para este arribo, pero no con la respuesta típica para la llegada de un tsunami, encogiéndome o escapando. En lugar de ello, acomodé mis pies con firmeza sobre el lecho de roca y extendí mis brazos. Mientras profundizaba mis pies, podía volver a sentir el agua que comenzaba a brotar desde el terreno debajo de mis pies. Brotaba rápidamente del lecho de rocas como una fuente subterránea que surgía salvajemente. El agua me rodeó como una piscina.

Mientras las olas poderosas se acercaban a la tierra, me alcanzó una ráfaga de viento repentina. Fue un viento feroz, pero extrañamente no me derribó ni me rodeó, agitando un remolino en la piscina de agua en la cual ahora estaba inmersa.

Aunque parecía lo increíblemente fuerte que era, era una sensación de gozo, me sentía como un niño en un paseo. Justo un momento después del viento golpeó el tsunami de agua, pero la piscina de agua donde me encontraba fue como un escudo que me rodeó, como si estuviera viva. Me rodeó y me cargó hacia la cima de la ola, haciéndome estar de pie y cabalgando por encima de la gran ola de agua, mientras se aceleraba tierra adentro. Mientras irrumpía en la tierra, pude ver que se tragaba montañas sin esfuerzo y las engullía por completo. Miré hacia abajo y noté incontables miles de personas que fueron arrastrados en estas olas. No se habían ahogado, solo fueron arrastrados por estas aguas grandes y poderosas.

Primero quiero decir que mientras los tsunamis hablan de destrucción, en esta visión sentí que no había una sensación de “catástrofe cercana” o “destrucción” sobre la gente que estaba en la tierra. En lugar de ello, sentí que la destrucción se concentraba contra el enemigo y compartiré acerca de esto. Separé esta visión y estudié los versos que aplicaban a ella, encontrando que hay cinco eventos que el Señor me mostró, con cinco estrategias de dirección que nos verá a lo largo de las próximas semanas, meses e incluso años (digo esto con una expectativa esperanzadora y no como una catástrofe cercana).

1. El sacudón y la Roca
Creo que el sacudón implica a los tiempos en los que nos encontramos. Este virus no viene del Señor. Sin embargo, creo que el sacudón viene de Él. El Señor está usando este tiempo para sacudir a los ídolos y las cosas sobre las que una vez depositamos nuestra confianza, hasta el último de nosotros. Todo lo que pudo ser sacudido, ha sido sacudido, pero Él es fiel para protegernos a través del proceso.

En la visión, quedó claro que no perdía el apoyo de mis pies. Entonces anímese, porque el sacudón es necesario. Aunque las cosas a su alrededor se puedan sacudir, usted sigue parado en la Roca y no perderá el apoyo para sus pies. Aunque la arena que lo rodea está siendo arrastrada, usted se encontrará parado sobre la roca inconmovible de nuestro fiel Señor, Jesucristo. El Señor está usando esto para remover la paja y está provocando que su remanente se levante en medio de todo esto. Esta es una parte del sacudimiento que hará que el temor del Señor sea magnificado en esta hora de una manera santa. No estoy hablando del “temor del corazón” sino del “asombro y la maravilla” del Señor que están siendo restauradas en este momento sin precedentes de la historia. 

Amós 9:9 dice: “Daré la orden de zarandear al pueblo de Israel entre todas las naciones, como se zarandea la arena en una criba, sin que caiga a tierra ni una sola piedra”.

Estrategia divina para este momento de sacudimiento:
Mantenga sus pies plantados en Jesús, la Roca. Así como sentí el lecho de rocas debajo de mis pies. Anímese, usted es parte del remanente fiel y el Señor no permitirá que se pierda de su vista o caiga por tierra. Guarde la palabra del Señor todos los días.

2. El retroceso de las aguas y el atalaya
Creo que también estamos parados en este momento donde observamos las aguas retrocediendo. Está ocurriendo una gran exposición de los planes ocultos, planes que estuvieron escondidos en la oscuridad. Donde hubo una succión poderosa que hizo retroceder todas las aguas que una vez cubrieron a los “habitantes de las profundidades”, creo que vamos a ver una “exposición” de las agendas demoníacas reveladas, para que todo el mundo las pueda ver. Estas agendas demoníacas no tendrán lugar donde esconderse y serán forzadas a huir despavoridas.

Creo que esto está hablando de los planes políticos perversos contra el presidente de los EEUU, los que están involucrados en agendas ocultas de tráfico sexual, agendas ocultas contra los nonatos e incluso agendas contra la Iglesia. En este sentido, supe que los cangrejos representaban algo negativo y hablando proféticamente, los cangrejos representan fortalezas, cosas inmundas y cánceres ocultos.

Salmo 48:5 dice: “… pero al verla quedaron pasmados, y asustados emprendieron la retirada”.

Estrategia divina para el retroceso:
Cuando pude ver el retroceso de las aguas, oí que el Señor me decía: “Quédate quieta. Sigue mirando el horizonte”. Creo que esto les está hablando específicamente a los atalayas en esta hora, los que Dios posicionó como vigilantes y guardianes sobre las tierras. El Señor le está hablando para declarar el final desde el principio. Ordéneles a los habitantes de las profundidades que sean expuestos en el nombre poderoso de Jesús. Háblele a todo lo inmundo, comunicándole que se terminó su tiempo de ocultamiento. Ordéneles a las fortalezas que sean desarraigadas, desalojadas, forzadas a salir a la luz y quedar expuestas por la Luz del Hijo, en el nombre de Jesús. Quédese quieto y vea la liberación del Señor.

3. El sonido y el viento: Un nuevo sonido de adoración
Primero oí un sonido inusual con el cual no estaba familiarizada. Creo que esto habla de un nuevo sonido de adoración que precede al derramar poderoso. La adoración está comenzando a manifestarse, incluso ahora, por toda la tierra. Una vez más, volví a estudiar la historia de Pentecostés y encontré que un sonido precedió al fuego del Espíritu Santo.

En la visión, afirmaba mis pies con determinación sobre la roca y abría ampliamente mis brazos, como rendida. Creo que esta es una ilustración del Señor, impartiendo en esta hora un nuevo sonido a través de la adoración. Mientras el Cuerpo de Cristo se posiciona con firmeza en la Roca y se rinde por completo a Él, se manifestará un nuevo sonido que se oirá y se sentirá por toda la tierra, como un sonido explosivo que rompe la barrera del sonido. Nos introducirá en el viento del Espíritu Santo que provocará olas de avivamiento que golpearán la tierra, una tras otra.

Estrategia divina para este nuevo sonido:
Para cada hijo e hija: Este es un momento para asumir una posición y contemplar el rostro del Amado. También siento que esta es una estrategia y una directiva para los adoradores y los salmistas en esta hora. Antes que llegara el sonido, pude oír al Señor que me decía: “Quédate quieta. Sigue mirando el horizonte”. Creo que Él lo está dirigiendo a “seguir observando” y oyendo este nuevo sonido que nunca se oyó antes en la tierra, un sonido que solo se escuchó en el Cielo hasta este punto y surgirá a través de usted en este momento. Preste atención a las letras y las melodías que comenzará a oír, y prepárese a impartir estas canciones y sonidos rápidamente. Estos son los sonidos que anunciarán el derramar poderoso del Espíritu Santo.

4. El pozo de agua: Los pozos antiguos
Continué oyendo en mi espíritu estas palabras de Números 21:17: “En esa ocasión Israel entonó este cántico: ¡Que brote el agua! ¡Que cante el pozo!”. También venía a mi mente la canción de Jesus Culture, “En el Río”. Sentí como si fueran pozos antiguos de renovación que el Señor estaba haciendo brotar a través de su pueblo en esta hora de despertar. También siento que estos “pozos antiguos” tienen la estrategia y la revelación divina para esta hora en la que vivimos.

Mientras usted se posiciona con firmeza en la Roca, el pozo mismo, las aguas del Espíritu Santo, brotarán en y desde su vida, y será como un muro y una guarnición a su alrededor. Los ríos de agua viva del Señor lo cargarán y lo harán cabalgar sobre las olas de avivamiento que están en los horizontes de la tierra y están a punto de estallar en nuestra dimensión natural. Cabalgará sobre estas olas con autoridad, estrategia y dirección. En este momento de la visión surgieron de mí las palabras del Señor: “cíñete para el impacto”. Nuestra adoración nos está fortaleciendo como un todo, haciéndonos más fuertes y preparados para las próximas olas que vienen.

Estrategia divina para los pozos antiguos:
“Aquiétate” y “cíñete para el impacto”. Esta es la dirección de plantarnos firmemente en la Palabra que el Señor habló sobre este momento. Traen un adelanto de lo que Él le habló y le prometió. Su rendición y adoración por medio del sacudimiento (los brazos abiertos y extendidos) harán que estos pozos antiguos de agua viva se eleven desde su interior, surjan a través de usted y lo rodeen. El Señor lo está posicionando, protegiendo y preparando para los días asombrosos que vienen por delante.

5. Las olas de tsunami y los montes allanados
Cuando cabalgaba por la cresta de las olas y observaba cómo aplanaban y engullían los montes debajo de mí sin esfuerzo, creo que esto habla de un nuevo nivel de autoridad más elevado que viene sobre el Cuerpo de Cristo. Las fortalezas contra las que pasamos años orando para que cayeran, serán aplanadas en un momento en esta próxima hora.

Volverá a cabalgar por la cresta de las olas del despertar y el avivamiento, y no tendrá que temer a las olas que vendrán. Será una cabalgata de excitación, por eso debe quedarse quieto, observar el horizonte y ceñirse para lo que está por venir. El número incontable de personas que había visto, creo que representan a los pródigos que volverán al Padre en estas horas de despertar. Serán atrapados por este mover poderoso y serán cargados sobre los ríos de agua viva del Señor. Dios se está moviendo poderosamente, el terreno está listo y preparado. La cosecha está madura.

Isaías 41:15-16 dice: “Te convertiré en una trilladora nueva y afilada, de doble filo. Trillarás las montañas y las harás polvo; convertirás en paja las colinas. Las aventarás y se las llevará el viento; ¡un vendaval las dispersará! Pero tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel”.

Estrategias divinas para las próximas olas:
Será un movimiento sin esfuerzo, mientras lo empujan hacia la cresta de las olas, pero eso requerirá su rendición. Continúe sosteniendo la guardia, continúe afirmándose en la Palabra y continúe adorando. Luego, observe mientras el Señor vuelve a hacer brotar los pozos antiguos dentro de usted y expone a los perversos que deben huir despavoridos. Impartirá un derramar poderoso del Espíritu Santo que será limpiador y renovador, derramándose sobre toda la tierra cansada y fatigada.

Comience a llamar a las olas, comience a llamar a los perdidos en su familia que serán arrastrados por esta ola (no se ahogarán, serán arrastrados por ella). Siga hablándole a las montañas de imposibilidad, están por allanarse delante de usted. El Abridor de caminos está en movimiento. Debe posicionarse para estar listo.

¡Mire hacia el horizonte, porque ahí viene!

Christy Johnston


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