Por Lyn Packer
Revelando las cosas secretas
Dios tiene secretos, misterios que esperan ser revelados sobre los que tienen oídos para oír y ojos para ver (Deuteronomio 29:29; Proverbios 25:2). Las cosas que Él nos está revelando conllevan una exigencia y una invitación a dar un paso adelante, hacia un nuevo nivel de responsabilidad, para ser un pueblo digno de la revelación que camina en la sabiduría.
Estamos en una época donde, más que nunca, Dios está incitando a la gente a clamar por el espíritu de sabiduría y revelación, para que se libere en sus vidas (Efesios 1:17). Y, como sabemos, cuando Dios entrega revelación, tiene el potencial de cambiar literalmente la vida, si le permitimos hacer una obra en nosotros a través de esa revelación.
Estamos en una temporada donde Dios está haciendo una obra profunda de revelación de cosas secretas (cosas ocultas en Él y cosas ocultas en nosotros como personas). A lo largo de los años, hemos visto revelaciones que fueron recibidas y abrazadas por uno aquí y otro allá, y esos pioneros las llevaron a cabo para que todos podamos ver la realidad de las mismas y caminar en ellas. Un ejemplo de esto son los evangelistas de sanidad de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Ahora nos dimos cuenta de que esta revelación es para que todos caminemos en ella. Podemos imponer las manos sobre los enfermos, hacer una oración de fe y ver a los enfermos sanarse.
Nuevas
creaciones
Una de las cosas que Él está revelando en este momento, de manera profunda, es nuestra verdadera identidad. Mientras que antes, a lo largo de los años, uno de aquí y otro de allá lo conseguían, descubriendo quiénes eran en Cristo y caminando de una manera que manifestaba el Reino de los Cielos en la Tierra de manera significativa; ahora Dios está haciendo una obra donde eso se está convirtiendo en una revelación y una realidad generalizada.
Mientras oré y procesé las cosas este año con el Señor, fue más y más evidente para mí que Dios está haciendo y diciendo lo siguiente:
“En este tiempo estoy llamando a la gente hacia un nuevo nivel de responsabilidad, un nuevo nivel de madurez. Quiero que el mundo vea cómo es tener una relación conmigo (cómo es un hijo o una hija de Dios completamente sano y completo). Quiero que vean como se ven Mi amor y Mi poder cuando trabajan dentro de una persona para cambiarla (trayéndola de vuelta hacia Mi plan original para la humanidad)”.
“Es hora de que se generalice la revelación de los hijos e hijas de Dios y no sólo se limite a uno aquí y otro allá. Es hora de que el mundo vea a aquellos que conocen su verdadera identidad revelada en Cristo y caminan en ella. Es hora de que todos Mis hijos me conozcan y hagan hazañas”.
“¡Ahora es Mi tiempo para que des un paso nuevo y audaz al caminar en tu identidad de nueva creación! Pero para caminar en tu verdadera identidad (la que te revelé a través de Cristo), debes saber primero cuál es y debes enfrentar las falsas identidades de las que viviste. Reconócelas, deséchalas y aprende a caminar como una persona diferente (la manifestación física y mental de esa nueva creación que te hice en Cristo)”.
“Caminar en las realidades de tu nueva creación va a requerir coraje. Uno de los principales lugares donde se necesita ese coraje, es cuando enfrentas a quien le permitiste moldear tu vida (la personalidad y el carácter que creaste, debido a cómo respondiste a las cosas que atravesaste). Esas respuestas continuas crearon la identidad que viviste hasta ahora. Es hora de tu metamorfosis (despojarte de esa vieja piel y ese viejo hombre), permitiendo que ocurra la transformación, para emerger en la plenitud de todo lo que te creé para ser”.
“Caminar como una nueva creación en Cristo significa una dedicación continua hacia la verdad y enfrentar la realidad a toda costa. Es permitirme mostrarte las falsas identidades que creaste y de las que viviste, permitiéndome liberarte del espíritu de engaño bajo el cual viviste (derribando las fortalezas de mentalidad que el espíritu engañoso creó en tu vida y reemplazarlas con fortalezas de verdad y verdadera identidad). Al hacer esto, traeré sanidad y plenitud sobre tus heridas, para que puedas vivir desde tu verdadera identidad impartida por Dios, como alguien que fue creado a Mi imagen y semejanza (no a la imagen y semejanza del mundo)”.
“Mis planes y mis propósitos para tu vida son para bien y no para mal, para
darte un futuro lleno de esperanza (no una esperanza no realizada o no
manifestada, sino una esperanza y una plenitud plenamente realizadas y manifiestas
en Mí). Es hora de que Mis hijos e hijas sean sanos, sean completos y me
conozcan, y al conocerme y confiar en Mí, me permitan hacer cosas grandes y
poderosas a través de ellos”.
“¿Me permitirás hacer el trabajo que deseo hacer en ti y que pueda trabajar a través de ti? Porque sólo al permitirme hacer ese trabajo interno en ti, puedo confiar completamente en ti para llevar Mi poder y mi amor, sin distorsionarlos o abusar de ellos. El mundo vio demasiados abusos de poder a lo largo de los siglos, Mi deseo es que vean a personas amorosas, amables, dignas de confianza... personas que no abusarán de ellas ni usarán el poder que les doy para dañar o atrapar a otros, sino que liberarán a las personas gloriosamente (sin ataduras y sin motivaciones ocultas)”.
“Cristo te liberó solo por causa de la libertad (Gálatas 5:1); y el trabajo que estoy haciendo en ti, a medida que me permites hacerlo, te convertirás en alguien que, como Cristo, liberas a la gente, porque es ahí donde fueron creados para vivir: ¡en libertad!”.
Cómo caminar en la verdadera identidad
Podemos clamar por la revelación de nuestra verdadera identidad, pero sólo si nos enfrentamos a nosotros mismos y reconocemos las falsas identidades bajo las que hemos vivido, podremos caminar en nuestra verdadera identidad.
No podemos funcionar en la revelación sin la sabiduría, porque en las Escrituras van juntas (Efesios 1:17). Caminar en la sabiduría es costoso, requiere una dedicación continua a la realidad y a la verdad a toda costa. Uno de esos costos se encuentra en mirarnos a la cara, ver quiénes somos y permitir que Dios nos cambie.
Caminar en la sabiduría requiere cambios de carácter y comportamiento. Para que esos cambios se produzcan, cada uno de nosotros debe asumir la responsabilidad de su comportamiento, procesar sus heridas y buscar la sabiduría, la comprensión y la sanidad de Dios. Debemos enfrentarnos a la verdad y reconocer cómo nos hirieron, cómo respondimos como resultado de esa herida y cómo estamos viviendo actualmente, en respuesta a las situaciones que hemos vivido.
Cuando elegimos enfrentarnos a las cosas, evitamos ser prisioneros de los engaños, adoptando identidades falsas y viviendo a partir de ellas. Las identidades falsas se forman cuando creemos y nos vemos a nosotros mismos a través de cosas como las palabras que se pronuncian sobre nosotros y forman un falso sentido de quiénes somos. Son las circunstancias y abusos continuos que moldean nuestra personalidad, las decisiones que tomamos y que forman nuestro carácter.
Aunque otros hayan hecho cosas malas y nos dañaron en el camino, tenemos la capacidad para elegir si vamos a vivir o no a partir de nuestras respuestas y creencias sobre esas situaciones, creencias y comportamientos que nos atan y nos aprisionan.
La sabiduría, la comprensión y la sanidad que Cristo quiere traer, pueden venir directamente de Él o traerla a través de una combinación de Él mismo y otras personas (a través de un pastor, un consejero, un amigo, un libro, etc). Dios no está limitado en las formas como trabaja.
Puntos de oración y reflexión:
· Pídele al Señor que te muestre cualquier área de falsa identidad de la que hayas estado viviendo. Habla con Él sobre ellas, pídele que te revele la verdad y te libere de las mentiras que creíste y en las que viviste.
· Pídele al Señor que te traiga a la memoria las cosas que necesitas enfrentar, para que Él pueda sanarlas. Pídele al Señor encuentros con Él, que te revele la verdad que trae sanidad y elimine el dolor y el trauma de tu mente y de las células de tu cuerpo donde se almacenó. (Ten en cuenta que Él también puede dirigirte a buscar a otros que puedan ayudarte a avanzar en este proceso, como pastores, consejeros, etc).
· Pídele al Señor que te revele las Escrituras que se convertirán en verdades fundacionales de la identidad para ti y en el marco sobre el que construirás desde ahora en adelante. (A medida que estas verdades se convierten en baluartes justos de creencia en nuestras vidas, se transforman en el marco de una casa al que se une todo lo demás. Se convierten en cosas no negociables que no dejaremos que la vida nos robe).
· Pídele al Señor que el espíritu de sabiduría y revelación se libere globalmente en el Cuerpo de Cristo, en tus familias y en tus iglesias. Ora para que se rompan las mentalidades huérfanas de las que la gente vivió, para que conozcan la verdad de quiénes son en Cristo y sean liberados.
· Agradece a Dios por el trabajo que está haciendo en ti y el que hará a través de ti. Hay un dicho: “La gente herida le hace daño a la gente”. Aunque es cierto, también hay una verdad mayor: “Las personas sanas y libres, llevan en ellas la sanidad y la libertad, entregándolas dondequiera que vayan”.
Lyn Packer
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