Por Chantie Holland
Creo que este es un momento donde muchos volverán al principio, hacia donde todo comenzó. Son las cosas que el Señor te dijo, cómo te sentiste y lo que Él dio a luz en ti en ese momento. Eras joven y ardiente, lleno de fe y de celo. Dios podía hacer cualquier cosa. Había cosas depositadas en ti que la mayoría no podía entender o manejar. Tampoco podías articularlo, así que mirabas a los que vinieron antes que tú, a los que tenían madurez y experiencia, a los que pensabas que tendrían la sabiduría que tú no tenías.
Escuchaste, honraste y obedeciste. A veces sentías en tu espíritu: “Esto no se parece a lo que estoy viendo y experimentando, pero como lo estuvieron haciendo durante mucho tiempo, confiaré en ellos”. A medida que pasaba el tiempo, te alejabas más y más de la visión que Dios puso en ti. Entonces, un día casi olvidaste cuál era la visión original.
Salmos 18:18-19: “Me asaltaron en el día de mi quebranto, más Jehová fue mi apoyo. Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí”.
Entrar en el espacio abierto
Hoy Dios te dice: “No me olvidé y lo que puse en ti no cambió, porque Yo estoy en ti y no cambio”. Hoy Dios te traerá de vuelta hacia donde una vez comenzó. Sin embargo, hoy regresas con tu propia madurez, tu propia sabiduría y tu propia capacidad para articular lo que Dios está diciendo y haciendo, y serás capaz de discernir. Sabrás cuándo fuiste demasiado lejos o no lo suficiente. Pasarás por los espacios estrechos que limitaron la visión en el pasado y entrarás en el amplio espacio abierto.
Romanos 5:1-2: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”.
Hoy experimentarás lo que Dios quiso decir cuando dijo: “Más de lo que puedes soñar...” (Efesios 3:20, parafraseado). Dios te traerá de vuelta los sueños que te dijeron que eran imposibles y los verás cumplirse casi tan rápido como los recuerdas.
Efesios 3:18-20: “… seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”.
Redimir el tiempo
Experimentarás una redención del tiempo. Ni siquiera dirás: “Ojalá hubiera conocido esto cuando lo soñé la primera vez”, para a “un tiempo como este” (ver Ester 4:14). Este es el momento cuando se cumple todo lo que Él puso dentro de ti.
Daniel 4:26: “Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna”.
Efesios 3:9-12: “y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la Iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él”.
Dios nunca dejó de obrar en un segundo plano, incluso cuando tú te detuviste, así que será como si nunca hubieras perdido el ritmo. Será mejor de lo que imaginabas.
Hechos 17:26-28: “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos”.
Cede el paso y vigila
No lo intentes. No tienes que intentarlo. Siéntate, cede el paso y observa. Dios lo va a hacer. Dios te va a mostrar cuán fiel es. Él te va a mostrar que no te necesitaba a ti ni a tus obras.
Efesios 5:27 dice: “a fin de presentársela a
sí mismo, una Iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuese santa y sin mancha”.
Dios lo puso en ti porque te desea. Tú le traes gozo. El cumplimiento de la Palabra de Dios “en y a través” de ti, le trae gozo a Él. ¿Qué importará lo que hayas hecho o dejado de hacer, cuando estés caminando en su plenitud? Mantén tus ojos en Él, el Autor y Consumador de tu fe, y observa cómo Dios lo hace.
Colosenses 3:4: “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria”.
Efesios 5:8-10: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, más ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor”.
Deuteronomio 7:6: “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra”.
Chantie
Holland
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