Por Robert Ricciardelli
Apocalipsis 2:4 dice: “Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor”
En los meses pasados, nos encontramos con varios líderes clave de todo el país para discutir acerca del Reino de Dios en relación al Cuerpo de Cristo. El consenso es que a menudo perdemos un ingrediente clave en nuestros ministerios. El ingrediente clave es el amor ágape de Dios. Parece que el amor está ausente en nuestro trato diario con la gente. Hablamos de amor y luego parece que nos alejamos de cualquier cosa que nos recuerda el amor. Hablamos de amar a Dios y a los demás, pero ¿cómo lo expresamos? Cuando nos reunimos en nuestras iglesias, ¿el amor es el tópico principal? Jesús dijo que toda la Palabra y los profetas se resumen en dos cosas: ama a Dios y a tu prójimo como a ti mismo.
Bob Mumford dijo recientemente que “el ágape es la espina dorsal del Cuerpo de Cristo”, resaltando que la Iglesia no es una institución, está viva y es una persona con pies y manos. Se conduce. Es una acción. Hemos descuidado el mandamiento de amar, reemplazándolo por la religión y el legalismo. Estas dos cosas no cambian corazones, pero alientan las actividades y la competencia. Recuerdo la canción que dice: “¿Qué haremos con el amor?” ¡Todo!
Primero lo primero… amar a Dios
En Isaías 29:13 dice: “Este pueblo me alaba con la boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración no es más que un mandato enseñado por hombres”.
Mucho se discutió en años anteriores sobre la forma y la estructura de la congregación. Puede encontrar opiniones y estrategias sobre el crecimiento de la Iglesia, la Iglesia en los hogares, grupos pequeños, etc. Quizá no tenga nada que ver con la forma, pero tiene todo que ver con amar al Señor con todo lo que somos. Quizá estamos demasiado enfocados en experimentar a Dios o enseñar sobre la sanidad y las riquezas que nos olvidamos el punto principal, amarlo a Él con nuestras vidas. ¿Podrían estas distracciones, reglas, estructuras y fundamentos desarrollados por los hombres mantenernos alejados de amarlo a Él y vivir una vida consagrada que lo glorifique? Esperamos los beneficios de Su amor, pero debido a las doctrinas y los enfoques de los hombres, nos olvidamos la condición de amarlo a Él y hacerlo nuestro Señor. Puedo oír al Padre diciendo: “Si no hiciera nada que esperas o deseas, ¿me seguirías amando?”
Tenemos un Padre amante que envió a Su Hijo Jesús para hacer una senda por la cual podamos caminar con Él a diario. Jesús entregó su vida por nosotros, así que, Dios mismo vive en nosotros y nos da la habilidad sobrenatural de amarlo a Él en la comunión de nuestro espíritu con Su Espíritu y hacer grandes cosas en la tierra. Nos entregó las llaves del Reino de Dios para que podamos vivir como Sus reyes y sacerdotes, impartiendo Su Reino en la tierra. Lo más grande que podemos hacer es amar. La Palabra de Dios dice que nada tiene valor si no está motivado por el amor y todas estas cosas, incluyendo la fe y la esperanza, se inclinan ante el amor. ¿Podemos abrazar Su amor y amarlo a Él con toda nuestra vida? Es lo más importante al amar, seguir al Señor y los caminos de Su Reino.
Una agenda despreocupada por amar a otros
Veamos algunos versos importantes:
1 Corintios 13:4-5 dice: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor”. ¿Somos culpables por mantener un registro de errores entre nosotros?
1 Pedro 1:22 dice: “Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros”.
Juan 13:34-35 dice: “Dios lo resucitó para que no volviera jamás a la corrupción. Así se cumplieron estas palabras: Yo les daré las bendiciones santas y seguras prometidas a David. Por eso dice en otro pasaje: No permitirás que el fin de tu santo sea la corrupción”.
Amados de Dios, nacidos de Él, para Él y por Sus propósitos, ¿estamos viendo este tipo de amor entre nosotros? ¿Es tan sobrenatural que el mundo conocerá que somos Sus discípulos? Anhelo que Su amor se derrame sobre mi vida y la vida de los demás. Estoy hambriento y sediento de Su justicia en el Cuerpo de Cristo. ¿Podemos alcanzar el amor real? ¿Podemos realmente amarnos unos a otros? Creo que podemos, pero comienza con el “Quién” en nuestras vidas. Primero Él y luego aquellos que fueron llamados a caminar con Él y servirlo.
El viaje
Mi esposa Joyce y yo nos fuimos de viaje los últimos años y estos viajes se intensificaron los últimos nueve meses. Realmente fue el proceso durante este viaje lo que marcó la diferencia. Aquí presento algunas impresiones que aprendí durante el camino y me continúan desafiando a diario:
• Ámelo con todo lo que tiene. Él está dentro de usted, así que tiene la habilidad de amar como Él ama. Afírmese en Su amor en todo tiempo y mire cómo Su amor se derrama sobre quienes lo rodean, aún los que no le agradan.
• Entréguele todo a Él. Nos pide nuestra vida y nuestras posesiones. Así que, entréguele todo a Él. Le dirá cómo administrar su vida, relaciones y posesiones.
• Confíe completamente en Él. Aún cuando no comprende por qué tiene que sufrir o atravesar algo. Anteriormente, Dios nos envió a Texas. No podemos explicar todo, pero sabemos que nos envió allí por una razón y nos utilizó para Sus propósitos. Fue una lección extrema de un Dios extremo. Todavía está esperando nuestra respuesta y ciertamente no la pasamos en colores.
• Manténgase expectante. Observe lo que hace Dios cuando usted ama, confía y le entrega todo a Él. En este viaje nos encontramos con amigos de toda la vida y con gente muy próspera en Dios. Somos muy ricos por las amistades que edificamos a través de Él. El oro o las posesiones no podrían reemplazarla.
• Sea capaz de renunciar a las cosas de este mundo. Deje de esforzarse y haga lo mejor para vivir en fe y sin temor. Su Espíritu vencedor dentro de nosotros nos prepara para hacer esto en los buenos tiempos, así como en los malos.
• Arrepiéntase rápido. Recibí muchas palabras incisivas del Señor durante este viaje, pero su bondad me cubrió y clamé por Su perdón. Él es muy paciente y bondadoso con nosotros. Siempre está esperando con los brazos abiertos para abrazarnos, aún cuando fuimos nosotros quienes lo abandonamos.
• “Todo lo que necesitas es amor”. Los Beatles tenían razón con esta canción, puede que no sea sencillo, pero es la verdad. Todo lo que necesita en realidad es amor. Necesitamos primero Su amor, amarlo a Él, amarnos entre nosotros y luego al mundo por el Espíritu de amor que habita en nosotros.
Cuando amamos, la compasión de Dios nos da Su poder. Sin amor no hay poder. Mucho amor genera mucho poder. La clave para ser un vencedor en este mundo es el amor. Es el mayor de todos los dones. Nuestra salvación es por amor y nuestra habilidad para vivir en la realidad de Su Reino debe provenir del fundamento de Su amor. Permita que el amor de Dios abunde en su vida. Permita que Su amor cubra sus heridas. Permita que Su amor cubra todas las ofensas en su contra.
“Padre, ¡oramos para que nos sanes y nos metas en Tu amor hoy, mañana y con cada respiración que tomamos para tu Gloria!”
Robert Ricciardelli
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