Por Jeremy Caris
Las últimas dos semanas, el Señor me habló repetidamente diciéndome que simplificara mi vida. Es muy fácil ser atrapado por el activismo en la vida diaria, aún con las cosas buenas. También es posible ser extremadamente productivo y no avanzar en nada que nos guíe hacia la concreción de nuestro destino en Dios. Nada importa más en la vida que agradar a Dios. Pero lo que más le agrada, es cuando alguien se rinde por completo ante Él y su diseño de vida.
Con urgencia busca a aquellos cuyos corazones se consagran a Él hasta el punto de ordenar todas las cosas para perseguir la vida que quiere para ellos. Cuando tiene ese único enfoque en su corazón, las decisiones que tome y las acciones que emprenda, son simples y determinadas. ¿Está invirtiendo su tiempo y su energía en agradarlo a Él, haciendo las cosas que lo mantienen en el camino de Dios para su vida? Lo segundo cumple lo primero cuando fluye desde su corazón. Es tiempo de simplificar su vida.
Su único propósito
Si le da un vistazo al plan de Dios para su futuro, sabe que incluye sus más profundas pasiones. Esto es porque lo creó con un propósito y quiere que cumpla el propósito único por el cual fue creado. El único camino por el cual cumplirá esto es ser la expresión absoluta de todo lo que Dios quiere para su vida. La Biblia confirma que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Jeremías 29:11 dice: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.
En adición, si usted es un cristiano, es parte del Cuerpo de Jesús en la tierra hoy y tiene un futuro ilimitado por su herencia en Él. Esa herencia es su potencial. Como Cristo, usted ya tiene el potencial para vivir la plenitud de la vida que Él diseñó, pero su responsabilidad es rendirse a su camino para desarrollar ese potencial. Debe enfocar su tiempo en hacer todo lo que lo ayude en este proceso para ser lo mejor que Dios quiere que sea.
Tome unos minutos para imaginar quién es usted desde la perspectiva de Dios. 1 Corintios 6:17 dice: “Pero el que se une al Señor se hace uno con él en espíritu”. Esto significa que usted y Él son inseparables. A través de Jesús, Él se invirtió a sí mismo por completo en usted. Hizo esto para asegurarse que irá todo el camino con y a través de usted. Aún antes de rendirse a Él, ya lo había escogido como una persona especial y única, porque así le agradó. Eso no sólo significa que lo ama, también tiene un plan deliberado para su vida.
¿Cree que Él puede ser tan intencional sobre su vida sin haber diseñado un futuro especialmente para usted? Quizá le robaron esa vida o simplemente se alejó de ella. Pero si quiere la felicidad y la realización que cualquier otra persona en el planeta desea, no permita que la vida se vaya de sus manos y nadie más determine sus pasos, salvo Dios.
El plan de Dios es el suyo
Quizá se encuentre en medio de la nada cercano a lo que será, pero eso está bien. Dios le dará la gracia y la fuerza para llegar a ser quien es mientras sigue avanzando. Todos quisiéramos llegar a ser la persona al final del camino de un proceso exitoso, pero ese camino es parte del proceso de llegar a ser exitoso. Elegir ese camino requerirá voluntad y obediencia. Conforme a Isaías 1:19, el obediente y diligente comerá del bien de la tierra. En otras palabras, tomarán lo mejor de esta vida y recibirán sus beneficios. La diligencia es un corazón motivado cuando la obediencia nos motiva a la acción.
Como puede ver, el primer secreto para vivir una vida de éxito y plenitud, es encontrar lo que Dios quiere y luego ponerse de acuerdo con Él. Atravesará muchas estaciones en el camino. Pero sólo debe enfocar sus esfuerzos en alinearse con el propósito de Dios, pero también debe trabajar en la estación de la vida donde se encuentra hoy. Esas estaciones están definidas por Dios, pero su diligencia y obediencia en ese tiempo las decide usted. Dios no lo forzará a alinearse con su plan, le dirá que simplifique su vida hasta que el plan de Él llegue a ser su propio plan.
¿Qué es definir su vida? ¿Está enfocado en aquello para lo cual fue creado? ¿Está posicionado para alcanzar su mayor propósito? ¡Existe una razón por la cual está aquí! Entregarle su vida a Cristo no es una oración, sino una acción. Es todo para Él y por Él, agradándolo con toda su vida. Esto es lo que significa ministrar a Dios. Es entregarle a Él lo que quiere: toda su persona. Es entregarle toda su vida y su atención. Es escoger el camino y el futuro de Dios para usted. Decida ahora mismo entregarle el resto de su vida como una ofrenda de adoración para agradar a Dios.
Jeremy Caris
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