Por Jeff Jansen
En este momento estamos en el año hebreo 5774. Para muchos el año 5773 ha sido un tiempo donde comenzó la transición desde un ciclo o tiempo antiguo con Dios hacia lo nuevo. El tiempo antiguo, aunque fue desafiante para muchos, fue bueno porque nos preparó para avanzar hacia dónde vamos y para lo que viene.
Chuck Pierce llamó al 5773 el “año del camello”. Los camellos están diseñados para poder cargar con gran facilidad a alguien con todas sus pertenencias por el desierto. El año pasado estuvimos en el comienzo de un tiempo de transición que preparó al Cuerpo de Cristo para lo que creo será un tiempo de gran provisión, visitación y avivamiento personal, corporativo y nacional.
Vemos una representación de este tiempo en Génesis 31, con Jacob habiendo trabajado para Labán, su suegro perverso en una tierra lejana. Trabajó siete años por Raquel y siete años por Lea, un total de catorce años. Labán fue traicionero en todos sus tratos con Jacob y le cambió su salario diez veces. Muchos de nosotros atravesamos un tiempo de muchas pruebas y dificultades, como si estuviéramos en una tierra lejana, pero el Señor nos está llamando a levantarnos de ese sitio y salir hacia lo nuevo.
El Señor le habló a Jacob y le dijo: “Vuélvete a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo” (Génesis 31:3). Una vez más el ángel del Señor le dijo a Jacob en un sueño: “Yo soy el Dios de Betel, donde ungiste una estela y me hiciste una promesa. Vete ahora de esta tierra, y vuelve a la tierra de tu origen” (Génesis 31:13). ¿Puede ver cómo el Señor le dijo a Jacob que se levantara? ¡Es tiempo de levantarse!
El primer encuentro de Jacob con la Puerta abierta
Prepárese para cooperar con esta transición mientras el Señor está abriendo la puerta para llevarlo hacia lugares nuevos con Él. El Señor bendijo grandemente a Jacob en este tiempo, pero tuvo que levantarse y regresar a Betel, el lugar donde tuvo el primer encuentro con Dios. Génesis 28:11-19 nos relata su experiencia de Betel.
Luego en Génesis 31, el Señor le dijo a Jacob que era el tiempo de regresar a Betel. Jacob hizo los preparativos para mudarse hacia la nueva estación, conforme a la palabra del Señor: “Entonces Jacob se preparó y montó a sus hijos y a sus esposas en los camellos…” (Génesis 31:17). Jacob huyó hacia Betel sobre camellos con sus esposas, sus hijos y sus pertenencias. Su suegro Labán no lo había notado sino hasta tres días más tarde. Labán se llenó de ira porque Jacob se había ido y lo persiguió con la intención de hacerle daño. Sin embargo, el Ángel del Señor se le apareció en un sueño y le advirtió que no le hablara o actuara en su contra.
Levántese y muévase
Mientras transicionamos para regresar al lugar de la Puerta abierta, el tiempo pasado no querrá dejarnos ir, ¡pero debemos levantarnos y movernos porque Dios está con nosotros! El Ángel del Señor nos protegerá y cuidará de nosotros y nuestra familia mientras continuamos avanzando en este nuevo tiempo.
Se manifestaron muchas cosas entre Jacob y Labán en Génesis 31, pero el punto que quiero hacer es este: Jacob simboliza el nuevo orden y Labán lo antiguo. Casi siempre el viejo orden atentará contra lo nuevo y hará todo lo posible para detenerlo. Labán no quiso que Jacob se fuera, pero finalmente tuvo que pronunciar una bendición sobre él y dejarlo ir en paz.
Mahanaim, la danza entre dos ejércitos
Jacob se fue en paz porque su suegro Labán lo bendijo a él, a sus hijas y a sus nietos, antes de regresar a su casa. Inmediatamente in Génesis 32 vemos una imagen del lugar hacia donde nos dirigimos en este nuevo tiempo del año 5774.
Génesis 32:1-2 dice: “Jacob también siguió su camino, pero unos ángeles de Dios salieron a su encuentro. Al verlos, exclamó: ¡Éste es el campamento de Dios! Por eso llamó a ese lugar Mahanaim”.
Mientras Jacob se dirigía hacia Betel, los ángeles de Dios salieron a su encuentro. Jacob llamó ese lugar “Mahanaim” que significa dos ejércitos. Cantares 6 también lo describe como la “mujer sulamita”. Cantares 6:13 dice: “Vuelve, Sulamita, vuelve; vuélvete a nosotros, ¡queremos contemplarte! El amado ¿Y por qué han de contemplar a la Sulamita, como en las danzas de los campamentos?”.
Mahanaim es una danza entre dos ejércitos. Mientras Jacob volvía su corazón hacia Betel, el lugar de su encuentro original con el Señor, donde vio a los ángeles en el sueño, inmediatamente dice que “los ángeles de Dios salieron a su encuentro y llamó a ese lugar Mahanaim (dos ejércitos)”. Jacob llamó ese lugar así porque el ejército de los cielos (los ángeles), encontraron al ejército de Jacob (familia en trancisión) y danzaron la danza de Mahanaim. ¡Jacob danzó con los ángeles en ese nuevo tiempo!
Es tiempo de regocijarnos por todo aquello de lo que Dios nos liberó y por lo que está soltando sobre nosotros. Estamos transicionando desde un tiempo antiguo con todo lo que Dios nos bendijo, hacia un nuevo tiempo de visitación, revelación y renovación.
En Génesis 28, Jacob vio los ángeles en un sueño. Después de su experiencia en el desierto, ¡14 años después estaba danzando con ellos en otra dimensión! Prepárese para otra dimensión en Dios. Prepárese para recibir una revelación mayor de la gloria. ¡Prepárese para el nuevo tiempo de Puertas abiertas!
Jeff Jansen
(www.elijahlist.com)
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