Por Tiffany Ann Lewis
Nota personal: Se cumplieron exactamente cinco años desde que entregué esta palabra del Señor bajo el título de “… y se acordó Dios”. No sabía que también me estaba profetizando a mí misma. Bien, Dios se manifestó más allá de mis expectativas. Pensé que estaba en un arca que navegaba hacia un ministerio musical, pero Dios dirigió el barco de una manera diferente. Me llevó a abrir una congregación llamada “Encrucijada”, un lugar donde los niños pueden encontrar esperanza para seguir sus caminos.
Oro para que esta palabra traiga aliento a su vida hoy.
Shalom,
Tiffany Ann Lewis
Génesis 8:1: “Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar”.
¿Siente como que sus promesas siempre están cerca, pero nunca en sus manos?
Recibió palabra sobre palabra y promesa sobre promesa del Señor. Está seguro que el cumplimiento está a la vuelta de la esquina, pero parece que la esquina nunca llega. Si es así, oro para que esta palabra del Señor sea una bendición para su vida.
La primera vez que vi en las Escrituras la frase “luego Dios recordó”, está en Génesis 8:1, mientras Noé y su tripulación estuvieron encerrados en el arca durante el tiempo de la inundación. Mientras las aguas prevalecieron sobre la tierra, el arca se sacudía hacia adelante y hacia atrás en medio de la tormenta. Día tras día esperaban volver a ver tierra seca. Hablando de algo que sólo está a la vuelta de la esquina.
Esto no significa que Dios se olvidó, es el anuncio que indica que el cumplimiento de su promesa finalmente está al alcance de la mano. En Hebreo la palabra para recordar es zakar (Strong AT 2142). Es un verbo o una acción que significa: recordar algo, acordarse, traerlo a la memoria. Dios recordó el pacto previo que le había entregado a Noé. Ahora había llegado el momento para que Dios activara la promesa que le había hecho. Dios estaba a punto de actuar sobre su palabra.
Note la Escritura de referencia “8:1”. Ocho es el número de los nuevos comienzos. Noé y su tripulación estaban en el umbral de un nuevo comienzo. Las lluvias cesaron y la tormenta había terminado. El arca entró en reposo y las aguas comenzaron a bajar, se podía comenzar a ver la esquina y el cumplimiento de la promesa al alcance de la mano. Espere, aún debe seguir esperando.
Dios nos alienta y nos ayuda a esperar en Él
Cuando se cumplieron los cuarenta días, Noé abrió la ventana y soltó un cuervo y una paloma (versos 6-8). El cuervo voló hacia un lado y otro, siguiendo su propio rumbo, pero la paloma retornó al arca porque no había otro lugar donde descansar sus pies. Esto le mostró a Noé que no era el momento de abandonar la seguridad del arca. Amado, a menudo cuando nos sentimos “atascados dentro de nuestra arca”, Dios realmente nos está guardando para protegernos de algo. Sabiamente, Noé esperó siete días más antes de soltar otra paloma (verso 10).
Esta vez la paloma regresó con una rama de olivo en su pico, dándole a Noé un chispazo de esperanza que le decía que la esquina estaba realmente cerca. Aún así, Noé esperó otros siete días antes de soltar una paloma por tercera vez (verso 12). Esta vez la paloma no regresó, así y todo Noé esperó hasta oír la voz del Señor que le habló y le ordenó abandonar el arca (verso 15).
Aquí la paloma y el cuervo tienen un gran significado simbólico. Si seguimos el ejemplo del cuervo, volaremos en círculos sin hallar reposo para nuestra alma cansada. Sin embargo la paloma, un símbolo del Espíritu Santo, nos guiará y nos llevará hacia toda verdad mientras esperamos en Él (vea Juan 16:13).
El problema que se levanta durante el proceso de espera es que nuestras mentes comienzan a vagar y podemos alejarnos por la puerta de la duda. Aún si usted es un cristiano que se mueve en el tiempo de Dios, esto no significa que sea inmune a las estrategias de las tinieblas. Podemos no darnos cuenta de ello, pero en esos momentos de vulnerabilidad, el diablo se presentará para decirnos: “¿Así que Dios dijo…?” (Génesis 3:1b). Complete esa pregunta usted mismo. ¿Qué le dijo Dios? Podemos sentirnos decepcionados mientras esperamos una y otra vez, como si Dios no se fuera a manifestar. Incluso podemos comenzar a preguntarnos si realmente oímos a Dios sobre este asunto.
Los desengaños son dolorosos y pueden disparar emociones negativas como la duda, las preocupaciones y el temor:
Duda: “A mí no me pasa nada bueno”.
Preocupación: “¿Qué pasaría si mi esquina nunca llega?”.
Temor: “¿Se habrá olvidado Dios de mí?”.
Estos sentimientos solo se magnificarán cuando vemos a otros entrando en sus promesas, mientras nosotros seguimos esperando. En nuestra mente sabemos que Dios es fiel, pero en algún lugar de nuestro subconsciente se puede agitar una ola de duda. Estos pensamientos actúan como una resaca que nos arrastrará hacia el mar de la incertidumbre, mientras nos preguntamos si alguna vez volveremos a pisar tierra seca.
La Biblia no nos dice que Noé experimentó estos sentimientos, pero la realidad es que la mayoría de nosotros sí los sentimos. Si se está sintiendo un poco descorazonado por la espera, oro para que al ver la vida de Noé pueda recibir aliento. Sí, Noé tuvo que seguir esperando mucho, como nosotros, pero en cada paso Dios le envió aliento para seguir. Las lluvias cesaron, las aguas bajaron y luego la paloma regresó con una rama de olivo en su pico. ¡Dios nos alienta y nos ayuda a esperar en Él!
En medio de la espera veremos el cumplimiento de las promesas de Dios
Se requiere una fe tremenda para “estar quieto y reconocer que Jehová es Dios” (Salmo 46:10). Se requiere una fe que no poseemos para estar quietos en medio de la tormenta y mantener la convicción que Él no se olvidó de nosotros o la promesa que nos hizo. Estas tormentas vienen de diferentes maneras, como tiempos de crisis financiera, enfermedades, pesar, fallas y aún la muerte. Sí, hay vida después de la muerte, pero mientras tanto hay una vida que vivir y el desgaste por el desaliento nos puede dejar fuera de curso.
No hay problemas si nos sentimos heridos o desalentados. Sin embargo, no podemos permitir que estos sentimientos nos hagan volar en círculos como el cuervo o terminaremos agotados física y espiritualmente. Si no permanecemos en quietud y reconociendo que Jehová es Dios, seguiremos desalentados, con dudas y, peor aún, nos quedaremos espiritualmente justo donde nos encontramos hoy, sin avanzar hacia nuestro destino.
Creo que el Señor está tratando de llevarnos al lugar donde podemos esperar sin preocuparnos, una especie de lugar de fe donde no pelearemos contra nuestros pensamientos y emociones todo el tiempo. Un lugar de paz donde podremos volar como la paloma sobre las inundaciones que haya en nuestra vida y hallar el descanso mientras esperamos en Él, nuestra Arca. Esta espera es lo que nos llevará hacia el umbral de nuestro “8:1”: El nuevo comienzo donde veremos el cumplimiento manifestado de las promesas de Dios.
Quizá usted está esperando en la promesa de restauración de una relación, salud, felicidad, paz, amor, gozo o prosperidad financiera. Estos no son cuentos de hadas cristianos, son parte de la vida abundante que Jesús vino a entregarnos. Dios es fiel. Quizá Él le dijo que escribiera un libro, cante una canción, plante una congregación, alimente a los hambrientos o visite a los que están solos. Sin embargo, cada paso que damos hacia adelante, el enemigo tratará de empujarnos hacia atrás con la misma pregunta: “¿Así que Dios dijo?”.
No podemos permitir que nos distraiga una vez más de quienes somos y quienes estamos llamados a ser en Dios. No podemos rendirnos. Cuando esperamos podremos ver el cumplimiento de las promesas de Dios.
Estamos en el umbral, la esquina está realmente cerca. Amado, nunca se olvide que Dios siempre recuerda y completará nuestro su destino en nuestras vidas. Amén y Amén.
Tiffany Ann Lewis
(www.elijahlist.com)