jueves, 1 de mayo de 2014

Apagando los dardos ardientes del enemigo

Por Sandie Freed

clip_image002Amados creyentes

Le estoy escribiendo hoy para alentarlo una vez más acerca de su identidad en Cristo. Unas noches atrás tuve un sueño donde el enemigo tenía una aljaba llena de flechas. Mientras satanás arrojaba flechas contra la Iglesia y hablaba palabras contra el Cuerpo, declarando lo opuesto a lo que dijo Dios acerca de nosotros, las flechas se encendían en fuego. Sí, sus palabras negativas acerca de nosotros eran el combustible que iniciaba el fuego. En otras palabras, mientras satanás hablaba lo opuesto a nuestra verdadera identidad en Cristo, las flechas, también conocidas como dardos ardientes, se encendían en fuego. Luego satanás apuntaba con cuidado y lanzaba verbalmente (disparaba hacia adelante) estas palabras negativas por medio de este arco. Estas siempre eran contradictorias a lo que Dios habló acerca de nosotros.

El en sueño, algunos de los hijos de Dios sufrían el ataque. Cuando las flechas se lanzaban sobre otros, la llama se apagaba. Desperté del sueño con una carga tremenda para alertar el Cuerpo de Cristo. Amados, debemos fortificar nuestros escudos de fe. Mientras lo hacemos, nos fortaleceremos en el Señor y nuestra identidad en Cristo prevalecerá contra cualquier dardo ardiente que el enemigo planificó para nuestro futuro.

Durante el sueño quedó muy claro que satanás tenía planes para alcanzarnos con sus dardos ardientes y flechas en llamas. Esto no es nada nuevo para la mayoría de los creyentes, pero este es un ataque estratégico de satanás en un tiempo kairos sobre el Cuerpo. Por eso le pido que pueda discernir la diferencia.

clip_image004Ahora, antes de seguir avanzando, necesito volver a decir que mi intención es que cada uno de nosotros cobre aliento. Note el peso de la palabra “coraje”. Bien, santo de Dios, es nuestro tiempo para levantarnos en fe y alentarnos. Dios desea que podamos darnos cuenta de nuestra identidad. No somos guerreros temerosos. ¡De ninguna manera! Somos el ejército de Dios, sus guerreros poderosos, llenos del poder del Espíritu Santo. Somos guiados por el Espíritu para cambiar de una mentalidad guiada por el temor y fundamentada en la “insignificancia” hacia un fundamento firme edificado sobre la Roca.

Comprendiendo nuestra identidad

Es tiempo que nosotros, como creyentes, nos demos cuenta de la plenitud de quienes somos en Cristo. El enemigo busca desafiar nuestra identidad, pero Dios nos está hablando en este tiempo acerca de reconocer nuestra verdadera identidad. Somos como David que fue desafiado por las palabras negativas de Goliat. Si recordamos, Goliat era un campeón filisteo que desafió a David en batalla. En el campo de batalla, David fue inmediatamente desafiado por las palabras negativas de Goliat.

clip_image006El gigante se enfocó en lo que podríamos considerar las “debilidades” de David. Goliat se acercó a David y lanzó acusaciones indicando que David era demasiado joven, demasiado inútil y se burló de las apariencias físicas de David. Goliat hizo esto intencionalmente. De hecho, creo que es seguro afirmar que Goliat primero usó dardos encendidos en contra de David (sus palabras de negatividad), creyendo que esto haría que se acobardara. La negatividad de las palabras de Goliat fue el “primer soplo” en contra de David para debilitarlo, entonces podría moverse rápidamente para matarlo. Amados, quizá usted se puede identificar con lo que estoy diciendo.

Para nosotros hoy, un espíritu filisteo podría sonar así:

• Eres demasiado joven para ser usado por Dios.
• No fuiste a un colegio bíblico y no estás calificado para imponer manos sobre los enfermos para que se sanen.
• No sabes hablar bien.
• Tu familia era pobre. ¿Cómo puedes considerarte un bendito de Dios?
• No eres atractivo, eres gordo o demasiado bajo.
• Eres débil. Mírate a ti mismo. ¿Hay algo en tu vida de lo que puedas estar orgulloso?
• Fallaste y pecaste. Dios nunca te usará. Dios te abandonó.
• ¡Avergüénzate!

¿Notó que este espíritu busca golpear nuestro significado? Satanás desea que cada uno de nosotros quede atrapado en ciclos donde nos sentimos “insignificantes”. El diccionario describe la insignificancia como sentirse poco importante y no tener propósito en la vida. Por otro lado, Dios trata con sus hijos siempre como personas con gran significado, porque somos importante para Él y porque nuestras vidas están llenas de sentido y propósito. Sin embargo, cuando no conocemos nuestra identidad plena en Cristo, permanecemos en una búsqueda continua por encontrar nuestro significado. Esta búsqueda nos mantendrá en nuestro desierto, vagando sin un mapa hasta que comencemos a reprender las palabras (dardos y flechas encendidos) y nos pongamos de acuerdo con lo que Dios dice acerca de nosotros.

¡Satanás habla religiosamente!

¡Surge otra cabeza! Satanás ama hablar “religiosamente”. Aún citará las Escrituras para enredarnos. Recuerde esta clave: las palabras de satanás traen duda, temor e incredulidad. Cuando Dios habla, su Palabra desata coraje, fe y vida. David fue capaz de triunfar contra su enemigo porque conocía a Dios y Él le entregaría la victoria. David no tenía una identidad de crisis porque tenía una relación íntima con Dios. David era un adorador y en este tiempo también debemos ser adoradores como él. La adoración es la plataforma para una vida victoriosa. La adoración nos catapulta hacia la victoria. Sí, estuvimos en una crisis de identidad por demasiado tiempo. Nuestro destino es ser victoriosos. Si estamos alertas hoy sobre los dardos ardientes del enemigo, podemos estar prevenidos a través de la adoración y preparados por medio de la Palabra. ¡La Palabra apagará cualquier dardo ardiente!

El blanco del espíritu del anticristo es nuestro sistema de creencias

Daniel 7:25 nos alerta sobre el espíritu del anticristo que trata de debilitar a los santos. Muchas veces el enemigo nos debilita simplemente por lanzar palabras de negatividad. El pesimismo siempre nos debilita. Algunos psicólogos afirman que se requieren cerca de 100 palabras de afirmación para vencer una sola palabra negativa. ¿No resulta extraño que satanás hable negativamente en contra de nuestra identidad?

Escribí todo un libro sobre el espíritu del anticristo (Conquistando el espíritu del anticristo: Cómo discernir y derrotar al seductor que hoy ciega a los creyentes). Permítame explicarle que creo que este espíritu es satanás mismo y estuvo activamente seduciendo a la humanidad, hablándoles mentiras acerca de su identidad desde el Edén. Este espíritu estuvo rondando por un tiempo y está operando ahora mismo, buscando alcanzar su identidad. Aún más, como lo expliqué en mi libro, el espíritu del anticristo es todo lo contrario a Cristo.

Este espíritu opera junto a la fortaleza filistea. ¿Cómo? Bien, si lo nota, Goliat (un campeón filisteo) lanzó su ataque contra la identidad de David, así como lo hace el espíritu del anticristo contra todo lo concerniente a Cristo en nuestra vida. En otras palabras, busca alcanzar nuestra identidad como cristianos: un cristiano comprado por la sangre, un hijo del Rey, un hijo o hija de Dios. Ambos espíritus disparan dardos ardientes tratando de destruir nuestra relación con Dios, nuestra identidad en Cristo y nuestro significado.

Estas fortalezas niegan nuestra justicia exclusivamente debido a la Cruz y a la sangre derramada de Jesús, enfatizando las obras y las manifestaciones religiosas. También nos confrontan para operar con el perfeccionismo religioso, enfocándonos en las obras en lugar de hacerlo en la relación con Dios. Esto es exactamente lo que Goliat trató de hacer con David... ¡infiltrar su sistema de creencias concerniente a su identidad y su relación con Dios!

Santos de Dios, permítanme citar algo de uno de mis libros sobre completar nuestro destino divino: “¿Sabía que tiene un destino? ¿Sabía que tiene un ‘final esperado’ planeado por Dios? ¿Tiene montes en su vida que parecen imposibles de superar? ¿Sabía que puede poseer el coraje, las fuerzas y la determinación de Caleb para poseer su monte? La Biblia está llena de palabras proféticas concernientes a nuestra identidad... La Biblia habla de la Palabra de Dios y su deseo por buenas cosas en nuestra vida. Sus planes para nosotros son los mismos para mí: ¡Buenos y no de mal! Todo a través de la Palabra de Dios son profecías de vida, sanidad, restauración y plenitud”.

Comencemos a fortificarnos para que podamos gobernar y reinar como fuimos destinados. No necesitamos temer los planes del enemigo. 1 Juan 4:4 nos recuerda: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. Por tanto, no necesitamos atemorizarnos, porque cuando nuestras vidas están escondidas en Cristo, somos mayores que cualquier arma forjada en contra de nosotros. Aunque sabemos esto en nuestros corazones, no siempre detenemos esos ataques del enemigo. Si permitimos que los desafíos que prueban nuestra fe se transformen en testimonios de victoria, ¡podemos mantener una actitud que vencerá toda la oposición de nuestro enemigo!

Fortifique su escudo de fe

Mencioné que derrotamos estos ataques por medio de la adoración y la Palabra. Veamos esto con un poco más de profundidad. Es necesario que nosotros, como creyentes del Pacto, recordemos que Jesús es nuestro escudo. Como cristianos nacimos en un campo de batalla contra la perversión. No deberíamos elegir este conflicto, pero debemos recordar que satanás nos declaró la guerra. Es mejor estar preparado, ¿cierto? Podemos quedar entrampados por nuestros enemigos o ser victoriosos. Por esta razón lo aliento hoy. Usted ya es victorioso debido a la Cruz. Debemos poseer nuestra tierra prometida como ocurrió con el Israel natural.

clip_image008Una vez más, Jesús es nuestro escudo. En la Cruz, tomó nuestras enfermedades, nuestras culpas, nuestra pobreza y nuestras maldiciones (Isaías 53:6, 53:4-5; 2 Corintios 8:9; y Gálatas 3:13-14). Jesús murió para protegernos y ser nuestro escudo contra todos los dardos encendidos del enemigo. Efesios 6:16 dice: “Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno”.

El apóstol Pablo dejó en claro que cuando estamos en guerra y nos arrojan flechas encendidas, debemos levantar el escudo de nuestra fe. La manera para activar este escudo es hablar la Palabra de Dios. ¡Si! Cuando el enemigo desafía nuestra verdadera identidad, ¡recordémosle lo que dice Dios! Si usted hace esto, ¡su escudo apagará todos esos dardos encendidos! Debemos recordar que Jesús es suficiente como nuestro escudo. Cuando hablamos la Palabra, activa nuestro escudo de fe. No somos responsables de protegernos de los peligros. ¡Jesús hizo esta obra en la Cruz! Aunque satanás ataque nuestra fe y la verdad de la obra terminada de Cristo.

Amados, es tiempo para una apertura. Jesús pagó el precio por ella, ¡creamos y entremos en ella!

Es tiempo de apertura

Nuestra verdadera identidad está en la línea, ¿qué cree acerca de usted mismo? ¿Qué cree acerca de Dios? Para que ocurra una apertura necesitamos establecer la verdad. Yo sé que estoy martillando en esto, pero creo que vale la pena repetirlo: los dardos encendidos apuntan contra nuestra identidad. El ladrón de la identidad tiene un plan: robar, matar y destruir nuestro futuro.

Exaltemos al Señor y declaremos su identidad como “El que rompe”. Sí, Él es el que rompe, el que abre caminos a nuestro favor (Miqueas 2:13). Dios está abriendo caminos para nosotros. Jesús abrió y nos dio vida cuando derramó su sangre preciosa. Es tiempo que la fe se vuelva a levantar una vez más. ¡Levante su escudo de fe hoy! Levante el nombre de Jesús, ¡su escudo!

Dr. Sandie Freed

(www.elijahlist.com)

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