Por John Belt
En este tiempo Dios quiere ayudar a las Iglesias que tienen un corazón que busque su rostro. Está haciendo grandes esfuerzos para ayudar a su pueblo. Se deben hacer los ajustes, renovaciones y cambios que Él desea en las congregaciones para que pueda enviar la ayuda a través de sus profetas que tienen ojos para ver y oídos para oír. A veces se necesita a alguien de fuera para tener una mejor perspectiva sobre lo que está ocurriendo en la congregación.
Apocalipsis 2:1-2 y 4: “Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y se pasea en medio de los siete candelabros de oro: Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero no lo son; y has descubierto que son falsos… Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor”.
Si analizamos las Iglesias citadas en el libro de Apocalipsis, vemos el asunto con el que debe tratar cada Iglesia. Amo la manera como Dios trata las cosas porque nunca comienza por enumerar lo que está mal, sino alentándolos con las cosas que están bien. Recién al final trata los asuntos graves que debían corregir las iglesias. También podemos ver esto en las cartas de Pablo. Comienza saludando, agradeciendo y alentándolos por la obra que están realizando en diversas áreas. Luego les habla la verdad cruda que necesitan oír y los ajustes que deben hacer para seguir en la senda estrecha que representa apropiadamente las Buenas Nuevas de Jesucristo.
Abrace la voz profética
Esto mismo ocurre en esta hora. Los líderes de las congregaciones locales deben abrirse con sabiduría y en oración para discernir las voces proféticas que tienen ojos para ver y oídos para oír en sus congregaciones. Todo lo que pueda ser sacudido, así lo será. En la medida que nos movemos en esta nueva hora de la Iglesia, aquellos que abracen los cinco ministerios de una manera amplia y absoluta, se regocijarán con el fruto de vivir por los estándares y la medida de Dios. Todos los oficios (apóstol, profeta, pastor, maestro y evangelista), manifiestan la plenitud del estándar de Dios en una congregación, para que la gente pueda crecer a la plenitud de la estatura de Cristo (vea Efesios 4:11-13).
Dios ama a su Iglesia. En consecuencia, proveerá toda la ayuda necesaria desde afuera para sostener lo que debe seguir creciendo, en lugar de ser removido. La voz profética a tiempo traerá un desafío claro para los pastores, porque demasiadas veces van en contra de lo que son o cómo verían típicamente las cosas.
Así como Jesús viene de maneras que pueden ofender nuestra mente natural, debemos humillarnos para reconocer la forma que escoja para revelarse ante nosotros. Lo que debemos saber con seguridad es que siempre será para nuestro bien, para ayudarnos a crecer, para podarnos si es necesario, con la finalidad que podamos florecer en los campos de su presencia. Como dijo Pablo, la poda no es un tiempo agradable, pero luego determinará una abundancia del fruto de justicia en nuestras vidas. Un hombre sabio ama la corrección que se realiza a tiempo. Debemos aprender a amar esta poda, porque sabemos que nos ayudará dramáticamente.
Hebreos 12:11 dice: “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella”.
Si usted es pastor, lo aliento a abrir su corazón para orar que Dios le entregue ojos para ver y oídos para oír lo que Él quiere mostrarle y decirle. ¿Qué ajustes debe realizar? Quizá le revelará las cosas directamente o vendrá hacia usted de una manera que no lo espera porque es contraria a sus costumbres. Dios sabe cómo sacudirnos y sacudir las cosas para que no pongamos nuestra confianza en nada fuera de Él.
Prosperando por medio de la impartición profética
En el libro de Esdras prosperaron por medio de las profecías de Hageo y Zacarías. Aquí vemos el poder de la voz profética en acción. El pueblo consideró a los profetas y prosperó edificando.
Esdras 6:14 dice: “Así los dirigentes judíos pudieron continuar y terminar la obra de reconstrucción, conforme a la palabra de los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó. Terminaron, pues, la obra de reconstrucción, según el mandato del Dios de Israel y por decreto de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia”.
Las congregaciones locales representan al pueblo, las piedras vivas, que Dios está edificando como una habitación para su presencia. Dios está buscando congregaciones locales que se comprometan con la preparación profética necesaria para ser santuarios de su presencia.
El Espíritu Santo no puede ser un asunto secundario porque es el centro de la vida de la Iglesia, por medio del cual Dios se manifiesta en la tierra. Él es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. En la medida que le demos la bienvenida en nuestros corazones y congregaciones, recibiremos la naturaleza de Dios en su santidad en medio nuestro, porque Él es el Espíritu Santo. El test que demuestra si recibimos al Espíritu Santo es si rechazamos lo que no le agrada a Dios porque es profano y perverso. Jesús lo hizo. El temor del Señor es el odio al mal y al pecado (vea Proverbios 8:13). Dios quiere un pueblo puro y comprometido con su corazón en pureza. No podemos establecer nada menos que lo mejor que Dios tiene para nosotros.
Debemos darle la bienvenida al Espíritu Santo, pedirle al Señor su gracia, su sabiduría, su discernimiento y su revelación profética en nuestra vida y en nuestra congregación. Sea honesto y vea lo que Dios ve desde afuera que usted no puede ver desde adentro. En la medida que rendimos nuestros corazones ante su presencia, Él es fiel para guiarnos en sus caminos, ayudarnos en nuestro viaje y edificar su Cuerpo para su gloria.
¡Su amor nunca falla!
John y Brandi Belt
(www.elijahlist.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario