Por Munday Martin
Estamos en una intersección estratégica
Llegamos a un tiempo estratégico de intersección en el Cuerpo de Cristo. Es un tiempo donde muchos de nosotros estamos por ver que se cruzan las promesas con el cumplimiento. Las oportunidades para las asignaciones divinas están aumentando mucho más mientras entramos en tiempos de gran oscuridad y sacudones en la tierra. Los tiempos en los que nos encontramos están provocando a muchos con oportunidades para dar el salto de salida para quienes vivieron en escapismo y esperaron al costado del camino demasiado tiempo. Ahora serán trasladados hacia la acción para la gran cosecha de almas en esta década. Este también es un tiempo para que se derrame una unción fresca sobre nuestra imaginación. ¿Sabía que nuestro Padre Dios es capaz de hacer más de lo que podemos imaginar?
Efesios 3:20 dice: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros”.
¡No bajen los brazos, no se retiren! ¡Somos embajadores y tenemos una asignación que no queremos perder!
Muchos de los que están leyendo esto ahora, estuvieron en un modo de preparación en medio de las pruebas y los desafíos para llegar a ser un ejército de resistencia en la tierra. Como resultado, Dios nos permitió a muchos de nosotros edificar una espalda más fuerte y usar nuestra imaginación para las ventajas del Cielo. Ahora se están soltando asignaciones divinas. Este es un tiempo para contemplar la gloria de Dios cubriendo a su Esposa y esto sorprenderá a los cínicos en el mundo actual.
Este remanente en la Iglesia del cual estoy hablando será el catalizador para el mayor derramar que la tierra haya conocido alguna vez. Comprenderemos corporativamente quienes somos en realidad como Iglesia. En griego Iglesia se dice ecclesia y significa “los llamados o apartados”. También significa embajadores, senadores y jueces. Ahora somos embajadores del mayor Reino que haya existido y existirá alguna vez si creemos en Jesús.
Recordemos una parábola dinámica que enseñó Jesús e investiguemos un poco sobre ella:
Mateo 13:44 dice: “El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo”.
Escuche, no solo lo compramos y nos detuvimos allí para retirarnos. El Señor está por destrozar en su pueblo lo que llamo una “tendencia espiritual suicida”. Para aclarar, no significa necesariamente que quieran cometer suicidio, sino que creen que sería mejor ir al Cielo que tratar con los sufrimientos presentes en este mundo.
La ciencia aún prueba que la gente que dice que está “retirada”, puede abrir puertas de fatiga y aún enfermedades sobre sí mismos, sin darse cuenta que sus cuerpos comienzan a cerrarse por escuchar la palabra retirado, una y otra vez. En lugar de desear arrojarnos la toalla, Dios nos está por meter en una nueva pelea de fe. Es el tiempo para alinearnos con este misterio y enfrentar esta realidad asombrosa. Muchos cristianos hoy siguen pensando que vendieron todo lo que tenían y compraron este campo invaluable mencionado en Mateo 13:44, luego se retiraron esperando algo mejor luego de su muerte.
Aun muchos de los que están leyendo esto quieren abandonar, porque estuvieron enfermos, en dolores o con afecciones mentales. Mientras está leyendo esto, quiero que comience a pedirle al Señor para que su poder sanador venga sobre su vida. Algunos de ustedes están comenzando a sentir un calor, un fuego o una electricidad que viene sobre sus cuerpos ahora mismo. ¡Como un hijo de Dios, le ordeno al que está leyendo esto que sea lleno! Ahora, comience a chequear esa parte de su cuerpo y corrobore que se siente mejor. Póngase de pie y haga lo que no podía hacer antes, luego envíe su testimonio sobre cómo experimentó el toque creativo de Dios por este artículo.
Es asombroso ver cuántas personas vemos con mi esposa Jennifer que se sanaron a través de las redes sociales y aún con llamadas telefónicas mientras ministramos. ¡Creo que ocurrirá aún en esta palabra! Recientemente en una transmisión en vivo por Periscope, una nueva aplicación que muchos ministerios usan para predicar el Evangelio, pude ver un milagro. Llamé a una mujer por su nombre que padecía las consecuencias de un accidente de tránsito que había ocurrido en 1980 y le produjo un aplastamiento en su cuello. En ese mismo momento le estaba doliendo, todo por medio de una palabra de conocimiento.
Solté el poder de Dios sobre ella por medio de la transmisión. Ella estaba viendo el servicio y dijo que sintió un fuego que la tocaba, entonces fue completamente sana de un dolor que la aquejó durante 30 años. Una vez estaba ministrando en Brasil y simplemente apoyé mi mano sobre la foto de un hombre que llevaba 8 meses en coma y se despertó en ese mismo momento. ¡Imagínese eso!
Cuando imaginamos con Dios, nos puede catapultar hacia un lugar donde ya no buscamos su presencia, nos convertimos en una morada de su presencia. Encontramos una dimensión donde nada es imposible. Por eso en las reuniones vemos a Dios haciendo milagros creativos en la gloria sin siquiera tocar a la gente.
La gente recibió nuevos ojos, nuevos tímpanos, dientes nuevos sin que nadie los tocara, mientras estaban bajo una atmósfera de alabanza, adoración y decretos. Vimos a Dios disolviendo metal del cuerpo de la gente, algunos los tuvieron allí por 25 años. Fuimos testigos de piernas que crecían, cicatrices que se desvanecían, tumores que desaparecían, etc. Todos estos milagros fueron corroborados por doctores donde aparecían partes nuevas del cuerpo que faltaban y fueron creadas. Cuando estas cosas ocurren en medio nuestro, vemos a muchas personas recibir a Cristo como su Salvador, incluyendo gente de otras religiones y cultos. La sanidad es mi asignación. ¡Usted puede operar también en esta cosecha de gloria con su asignación para las salvaciones!
Elija lo mejor
Es su tiempo para las asignaciones divinas y Dios le está dando un nuevo deseo para vivir. Pablo dijo en Filipenses 1:23-24: “Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo”. Debemos escoger lo mejor como hizo Pablo. Es mucho mejor quedarse, porque hemos hecho un intercambio inminente y poderoso en el terreno de los negocios del Reino. Intercambiamos lo temporal por lo eterno. Intercambiamos la mortalidad por la inmortalidad.
Negociamos la depresión por el gozo ilimitado y el odio por el amor ilimitado, mientras nos rendimos a la Palabra de Dios y a su Espíritu. Ahora compartamos esto con otros. Es mejor estar aquí en la tierra como el apóstol Pablo, levantarse y ver la mayor cosecha que viene sobre la faz de la tierra en medio de tiempos de tinieblas. Usted es parte de esto.
2 Pedro 1:4 proclama: “Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina”.
¿Quiere más buenas noticias? Todos tenemos que llegar a compartirlas y participar de ellas. Participar significa ser socios. Ahora somos socios con Dios y podemos operar en plenitud y abundancia… peleando la buena batalla de la fe, ¡no la batalla depresiva de la fe!
Vivir la vida eterna y aceptar sus asignaciones divinas
Por demasiado tiempo, los conceptos errados de la escatología cristiana tentaron a muchos a creer que debíamos ser rescatados porque las cosas se ponían demasiado mal. Sin embargo, la Biblia dice: “Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al Reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). Eso no significa que ocurrirá cuando lleguemos al Cielo, ¡quiere decir ahora! Ahora rescatemos a otros.
Mateo 6:10 dice: “… venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.
Es tiempo de extendernos más allá de esta realidad limitada hacia la dimensión eterna, donde el espacio y el tiempo no tienen lugar. La vida eterna no es un endoso maravilloso solo para regocijarnos alguna vez; debemos regocijarnos furiosamente en este tiempo. Jesús estableció exactamente con claridad en los Evangelios qué es la vida eterna: “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado” (Juan 17:3).
¡Ahora somos seres eternos! Somos amados y anhelados por un Dios eterno que es Amor en sí mismo. Fuera del tiempo existe una dimensión donde todas las cosas son posibles. Fluye desde el Cielo, fluye desde nuestro interior y nos rodea en nuestra alabanza. El hombre no puede constituir esta dimensión, las tinieblas no pueden ganar en contra de ella y la luz siempre prevalecerá en esta dimensión, cuando la probamos y practicamos en nuestra vida diaria.
Muchos están por volver a recibir una marca en sus corazones de la voz ardiente del amor de Jesús. La Biblia dice: “Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos. ¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos! Si me propusiera contarlos, sumarían más que los granos de arena. Y si terminara de hacerlo, aún estaría a tu lado” (Salmo 139:15-18).
Este amor no tiene límites. Quebrará los sistemas falsos de creencias que nos retienen en el ayer y nos hacen ver pasados de moda. Es tiempo de tomar un nuevo guardarropa y esta es la dimensión de nuestra nueva creación. Cuando nos encontramos en un tiempo de reflexión, todo lo que vemos se magnificará mucho más, entonces debemos ser cuidadosos con lo que oímos y con lo que vemos. Debemos mirar en la Palabra y manifestar nuestra luz en la tierra como hijos de luz. Jesús está diciendo: “Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió, les respondió Jesús” (Juan 6:29).
Solo debemos creer y veremos la gloria de Dios (ver Juan 11:40). Permítame terminar alentándolo con este pensamiento: La gente en el Cuerpo de Cristo necesita dejar de estar tan frustrada por no concretar un destino y disfrutar del camino de conocer a Dios y caminar con Él como hizo Enoc.
Mientras caminamos con Él, comencemos a pedirle que se manifiesten sus asignaciones divinas en nuestra vida hoy. ¡Amén!
Munday Martin
(www.elijahlist.com)