lunes, 27 de marzo de 2017

“¿Se encuentra en tribulaciones? ¡Marzo es un mes para vencer!”



Por Jennifer Eivaz

Como cristianos somos maravillosamente privilegiados por tener una doble nacionalidad. Somos ciudadanos de la tierra y ciudadanos del Cielo al mismo tiempo (ver Filipenses 3:20). Muchos creen que recibimos nuestra naturaleza celestial solo después de morir. Sin embargo, la Biblia ilustra la realidad de nuestra conexión con el Cielo mientras vivimos en la tierra. Por ejemplo:

• Cuando oramos en la tierra, nuestro espíritu se manifiesta en el Cielo ante el trono de Dios. En Hebreos 4:16 leemos: “Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos”. Entonces, ¿cómo podemos acercarnos al trono de Dios en el Cielo mientras nos encontramos en la tierra? Esto ocurre en el lugar de oración, el lugar donde el Cielo y la tierra están unidos.

• Cuando el rey David oró al Señor, “que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso” (Salmo 141:2), vemos la respuesta a esa oración en Apocalipsis 5. Esta escena poderosa del trono describe a las cuatro criaturas vivientes y a los 24 ancianos, cada uno con un harpa y una copa de oro con incienso. Estas copas de oro con incienso representaban las oraciones del pueblo de Dios (v.8).

• Jesús nos enseñó específicamente a orar para que venga el Reino de Dios y se haga su voluntad en la tierra como en el Cielo (Mateo 6:8-10). Aunque el Cielo es una realidad futura, como resultado de nuestras oraciones vemos y experimentamos un aumento en el depósito del Cielo en la tierra hoy como señales, maravillas, milagros y actividad sobrenatural.

Como ciudadanos del Cielo entramos en conflicto espiritual directo en la tierra. El rey Jesús está liderando una invasión del Reino a través de nosotros y desplazando lo que le pertenecía a satanás. El diablo perdió su autoridad sobre la tierra en la Cruz, pero no perdió su poder. Continúa usando su poder en contra nuestra, pero tenemos el Nombre y la autoridad de Jesús para vencerlo.

Estos conflictos aparecen en formas y dimensiones diferentes, y si no estamos atentos, fallaremos en conectarnos con las que están en la dimensión espiritual. Creemos erróneamente que tratamos simplemente con un problema natural, pero no somos capaces de resolver nuestro problema porque requiere un remedio espiritual. Necesitamos considerar el espíritu del asunto.

Cuidado con el espíritu inmundo de la ofensa
Habiendo dicho eso, comencé a experimentar la guerra espiritual directa durante dos meses, comenzando a finales de Diciembre hasta finales de Febrero. Sucedió que me despertaba sin previo aviso a medianoche con una sensación de tormento y ofensa profunda, algo que no es típico en mí. Con frecuencia conectamos la emoción de la ofensa con una actitud y un estado del corazón, pero ¿qué sucedería si es más espiritual que eso?

Pude darme cuenta de esta situación porque el Espíritu Santo abrió mis ojos. Detrás de lo que estaba experimentando pude discernir un demonio y detecté que cada ofensa que quería tomar mi mente no era real, sino una percepción falsa o distorsionada. Aunque podía ver y discernir esto con claridad, seguía atravesando por todos los sentimientos que vinieron con ello y tuve que resistirlo igual. Mi batalla terminó y luego el Espíritu Santo me entregó un mensaje claro.

¡El Señor me dijo que le advirtiera la urgencia de prestarle atención al espíritu inmundo de ofensa! Este espíritu trata de fascinar y hechizar nuestros pensamientos. Opera creando sentimientos de injusticia para tomar control de todo nuestro capital emocional. Nos tentará con acusaciones falsas y luego atormentará nuestras emociones con falsas percepciones sobre otra persona o grupos de personas. La mayor parte del tiempo la razón de la ofensa no es real, sino un diagnóstico errado o una percepción equivocada. Necesitamos darnos cuenta que no solo tenemos emociones negativas, hay un espíritu detrás de eso.

Luego me recordó las palabras proféticas de varios profetas para el 2017. Específicamente que el 2017 es un año de victoria, un año de reinicios, un año de restitución y quisiera agregar “un año para recibir todo lo que necesitamos, queremos y deseamos”. Luego me dejó con una pregunta que quiero trasladarle a usted: “¿Cómo tener un 2017 victorioso si nuestros ojos están llenos de ofensas y no de Jesucristo?”Como puede ver, la ofensa es una desviación distorsionada de la visión profética.

¿Está pasando por esto?
¿Está luchando contra un espíritu inmundo de ofensa? Si es así, ¿qué debe hacer? La Biblia dice: “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes” (Santiago 4:7). La palabra griega para huir es pheugo (Strong NT:5343) y significa volar, retroceder, estar temeroso a la distancia y escapar. Aquí debe demostrar una clase de resistencia que provoca la retirada del enemigo. Es una clase de resistencia que va contra nuestras emociones y nuestro razonamiento en el momento, las dos puertas trampa para este engaño.

Debemos negarle una voz a la ofensa. Le estamos negando su derecho a hablar. Necesitamos bendecir a todos los que parecen habernos ofendido, orar por ellos y hacerles el bien. Esta es la resistencia que hace huir al enemigo. Cuando lo hace, nuestros sentimientos y procesos de pensamientos tendrán el orden correcto y nos preguntaremos cuál fue la causa de todo ese alboroto.

Marzo es un mes para vencer
Luego de vencer esta extraña batalla profética y como ahora estamos en el mes de Marzo, pude oír en mi propio corazón una frase vez tras vez. El Espíritu Santo me dijo: “¡Marzo es un mes para vencer!”. Vencimos las batallas espirituales de Enero y Febrero y estamos por ver el pasaje de Hebreos 12:1: “… despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia…”.

También tuve un sueño intercesor. Ese tipo de sueño donde somos alertados de algo que podría ocurrir y necesitamos ser advertidos en oración. En el sueño y sin ser muy específica, estaba en una batalla y repentinamente se apareció un hombre llamado Marcos. Aprendí a prestarle atención al significado de los nombres en los sueños y descubrí que Marcos significa “dios de guerra”, el mismo significado de lo que ocurre en el mes de Marzo.

Luego tuve esta impresión en mi corazón
“Seguimos en guerra con los dioses de la tierra, pero los venceremos en el Nombre del Señor” (1 Reyes 20:23). No solo debemos vencer las ofensas personales, sino las ofensas masivas que tratan de barrer a nuestra nación. Marzo es un mes para vencer los patrones de pensamientos que nos acosaron. Es un mes para salir de las ofensas y elevar nuestros pensamientos. Es un mes para volver a soñar.

Al mismo tiempo, Dios está ubicando una cubierta protectora sobre nuestro corazón. Eso significa que las cosas que normalmente nos abrumarían, las cosas que típicamente nos harían descarriar, ahora no nos afectarán. Estamos siendo guiados a la Roca que está sobre nosotros (Salmo 61:2).

Finalmente lo superaremos y marcharemos a través de Marzo como vencedores hacia los sueños que están por delante. 

Jennifer Eivaz

(www.elijahlist.com)

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