Por Lana Vawser
El Señor realmente está
iluminando el trono ahora mismo. Hay un aumento significativo que está
ocurriendo ahora mismo en el Cuerpo de Cristo, donde el Señor está provocando
grandes encuentros en la sala del trono. Estos encuentros del trono con
Jesús están trayendo una gran renovación a los debilitados y desalentados.
Visión de la sala del trono
Mientras observaba,
muchos hijos de Dios entraban en adoración en estos encuentros con Él en la
sala del trono por medio de visiones, sueños proféticos y visitaciones. Pude
ver que mientras “entraban”, caminaban por y a través de
la cascada de cristal más hermosa y clara. Miré alrededor y pude ver las
paredes como cascadas de agua con joyas de cada color del arco iris y se
extendían hasta donde podía ver. Había muchas cosas hechas de oro, el más puro
que jamás haya visto. Había una alfombra roja que iba hasta el trono y estaba
demarcada por pétalos de rosa, representando a la Rosa de Sarón y el nivel más
profundo del romance divino de su amor por el pueblo de Dios.
Mientras veía al
pueblo de Dios acercándose al trono, algunos lo hacían osadamente, otros con
corazones pesados, otros con temor, otros con las cabezas inclinadas y otros
corrían hacia Él. Pero sin importar la categoría, pude ver a Jesús corriendo
hacia ellos para encontrarlos. Semejante amor, aceptación, gozo, adoración y excitación
llenaron sus ojos. No hay palabras para describir adecuadamente el gozo en sus
ojos y el deleite absoluto en su pueblo. Jesús les tomaba las manos a cada uno
y les decía: “¡Es
tiempo! ¡Es tiempo! Es tiempo para entrar en la sala del destino, ¡es tiempo!”.
Es tiempo de entrar en la sala del trono
Cuando les tomaba las
manos uno por uno los empujaba con excitación, corriendo juntos hacia la sala
del destino. Mientras corrían con Él, uno tras otro, podía ver que las paredes
de esta sala eran cuadros con imágenes y en cada una estaban representados
nuestros sueños y deseos. Algunos en el pueblo de Dios estaban muy excitados al
ver sus sueños y deseos en las paredes, otros gritaban con dolor y quebranto de
corazón por las cosas que no ocurrieron. La atmósfera estaba llena del amor del
Señor y cómo les prestaba atención a cada sueño y deseo. El Señor caminaba
junto a cada cuadro y soplaba sobre ellos. Entonces dejaban de ser una imagen y
cobraban vida, moviéndose y respirando. Los deseos y los sueños volvían a la
vida, soltándose el poder de su resurrección.
Jesús está soplando nueva vida en
nuestros sueños
Noté que mientras el
Señor soplaba sobre estos sueños y deseos, apareció un rollo dorado sobre una
mesa en medio de la sala. Jesús se aceró a estos rollos dorados y rompió los
sellos rojos uno a uno, revelando el contenido de estos rollos. Se veían como
sellos pero cuando mire con mayor detenimiento los rollos, pude ver que el título
de los rollos eran modelos de destino. Instantáneamente supe que Jesús me
estaba dando unos “vistazos divinos”
sobre el destino de su pueblo. Me llamó la atención que los sueños
y deseos que tenían los creyentes que deleitaban al Señor, estaban en el mismo
fondo del registro del destino. Supo que yo lo había visto y se volvió
hacia mí riéndose. Entonces me dijo: “Aquí es donde comienzo. ¡Soy más fiel de lo que mi
pueblo supone!”.
Me rodeó la sensación
que la decepción, el desaliento, la debilidad, las experiencias del pasado, las
esperanzas diferidas y las heridas, limitaron a muchos en el pueblo de Dios y
les impidieron soñar en grande y tener fe por cosas mayores.
El Señor se volvió
hacia mí y me habló: “La expectación es una gran clave, ¡es tiempo para venir
conmigo y ver!”. Jesús comenzó a
impartir vistazos de estos modelos de destino sobre su pueblo. ¡Les estaba
mostrando algo que era mucho más grande de lo que alguna vez imaginaron! Eran
planes para su vida y su destino imposibles de cumplir por su cuenta, solo podrían
lograrlo por medio de Jesús. En la medida que comenzó a mostrarles estos
vistazos de lo que iba a venir, la vida, la esperanza y la sanidad inundaban
sus corazones y sus almas. Su gozo explotaba dentro de ellos, encendiendo el
fuego para volver a soñar.
El Señor estaba
buscando alineamiento y expectación. Sus planes osados, radicales y asombrosos
para su pueblo, estos vistazos elevaban al pueblo de Dios hacia otro nivel de
expectación, fe y habilidad para volver a soñar.
Los planes de Dios son más grandes y más
elevados
Volvió a hablar con
autoridad: “Es
tiempo para que soplen los vientos del destino”. Instantáneamente pude ver cuatro vientos fuertes
que venían desde cada dirección y los ángeles declaraban juntos: “Momentum de
apertura de destino. Favor, aumento, abundancia y provisión a lo largo y ancho.
Es tiempo para que lleguen los vientos de destino”.
Observé cómo ocurría
esta activación. La activación de lo que el Señor estableció estratégicamente
como piezas de ajedrez sobre un tablero, porque el tiempo había llegado. Se dio
vuelta y sonrió: “Este es el tiempo, porque los vientos de destino y el momentum de
apertura se cruzaron, trasladando a mi pueblo hacia la siguiente fase de su
destino y apertura. ¡Para un tiempo como este! ¡Para un tiempo como este! Es
tiempo para que mi pueblo se mueva hacia el nuevo nivel de su posición de
destino. Habrá una gran provisión como nunca antes se experimentó, habrá un
favor radical, habrá puertas que se abren por mi mano que serán más grandes que
los mayores sueños y deseos de mi pueblo. ¡Soy así de bueno!”.
La sala del destino
Pude ver en la sala
del destino que todo era activado y se reunía. El pueblo de Dios revivía con
pasión, claridad, visión y revelación la mayor dimensión de destino que Él
estaba abriendo para ellos y el gozo por las cosas que los llamó a hacer. Incluso
aquellos que no lo sabían, los que estaban confundidos, los que perdieron sus
pasos, los que estaban desorientados, los que no estaban seguros de lo que el
Señor les pedía que hicieran, su llamado o lo que Él estaba haciendo. Esas
barreras comenzaron a caer y fueron abrazados por el gozo de los vistazos del
destino que el Señor les estaba revelando.
Este es el tiempo de
los encuentros en la sala del trono para el Cuerpo de Cristo. Veremos la bondad
y la gloria del Señor como nunca antes. Despertaremos por su amor y su fuego de
maneras diferentes. Nuestros deseos y sueños están recibiendo su aliento, pero
así es donde comienza el Señor. Él excederá nuestros sueños más grandes y
nuestra imaginación más salvaje acerca de los sueños que tuvimos con Él y nos
deleitamos en Él. ¡El Señor nos está restaurando!
¡El Señor está
desafiando nuestras expectativas! ¿Cuáles son nuestras expectativas en este
tiempo? ¿Estamos soñando en grande? El Señor está sanando las cosas que nos
impidieron soñar en grande y nos está llamando a un nivel superior. Debemos
prestarles atención a nuestros sueños, visiones, encuentros y visitaciones.
Porque el Señor está soltando gran claridad y revelación sobre los modelos de
destino en nuestra vida. Esto nos alineará con su estrategia y sus decretos,
para vernos moviéndonos en el próximo nivel de destino. ¡El tiempo llegó!
¿Por qué? Porque el
Señor quiere impartirnos ampliamente su gloria, su bondad y su amor. El escenario está armado para el mayor
mover del Espíritu Santo y su fuego por toda la tierra como nunca antes se vio.
Llegó el tiempo para que se vea, se manifieste y se encuentre la gloria de Dios
de una manera amplia. Estamos cruzando otro umbral de destino. Las cosas
que veremos hacer al Señor en nosotros y a través de nosotros nos dejarán
postrados clamando: “¡Eres Santo, Santo, Santo! ¡Eres realmente bueno!”.
¡Se está restaurando la maravilla y el
asombro por “quién es el Señor”!
Lana Vawser
(www.elijahlist.com)
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