Por Jamie Rohrbaugh
¿Está excitado por las grandes
cosas que el Padre tiene reservadas para usted? Si es así, este es el tiempo
kairos (oportuno) en el cual podrá ver respuestas más y más asombrosas, pero
están a punto de alcanzarlo. El Señor impresionó mi corazón recientemente para decirme
que entre los meses de Marzo y Mayo derramará las copas de oración que
ascendieron ante su presencia durante mucho tiempo. Para
muchos, estos meses serán el pujo final para dar a luz las bendiciones
reservadas durante tanto tiempo para ellos. Por
tanto, en los meses de Marzo, Abril y Mayo, el Señor me dijo que apartara
tiempo extra para hacer negocios con Él en el cuarto de oración.
Entre en su cuarto de oración en Marzo, Abril y Mayo
Abracé esta palabra
en mi corazón y estoy lista para ver la manifestación de las cosas por las que
estuve orando los últimos 15 años. Pero creo que
esta es una palabra para todos nosotros. Necesitamos hacer un esfuerzo extra para hacer negocios con Dios en los
próximos tres meses. Este es un tiempo particularmente fértil para
recibir respuestas a las oraciones, porque el Padre restableció las cosas en su
lugar correcto y preparó el terreno que ahora está listo para la cosecha. ¿Por
qué el Padre necesita que hagamos negocios con Él? Por estas tres razones:
1. Dios le entregó al hombre el dominio sobre la tierra. Por tanto, tenemos la autoridad para autorizar su intervención por medio
de la oración. Dios nunca violó el libre albedrío que le entregó a la
humanidad. Les delegó el dominio sobre la tierra a los hombres, las mujeres,
los niños y las niñas.
El Salmo 8:4-8 dice: “‘¿Qué es el
hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en
cuenta?’. Pues lo hiciste poco menos que un dios, y lo coronaste de gloria y de
honra: lo entronizaste sobre la obra de tus manos, todo lo sometiste a su dominio;
todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo, las aves del
cielo, los peces del mar, y todo lo que surca los senderos del mar”.
Dios nunca viola la autoridad. Se sienta sobre ella y juzga a los hombres cuando abusan de la autoridad que les impartió, y su jerarquía de autoridad no es la
misma como solemos pensar. (Por
ejemplo, las oraciones cargan una mayor autoridad que las decisiones de los
líderes y Dios puede volcar el corazón de los líderes como respuesta a la oración).
Sin embargo, no viola la autoridad que nos entregó. Hacerlo sería una
violación a nuestro libre albedrío. Comprender cómo opera la autoridad del
Reino es absolutamente esencial si queremos caminar en lo sobrenatural.
2. La autoridad y el dominio importan en nuestra sala de oración porque
Dios les entregó el dominio de la tierra a los hombres. Por tanto, si queremos que Él se
mueva en la tierra debemos clamar. La historia está llena de relatos de Dios
moviéndose cuando el pueblo oraba. Si
queremos que Dios se mueva, debemos orar.
La oración abre las puertas y provee un camino donde
parece que no lo hay. El Padre es tan serio sobre
nuestras asignaciones de oración que nos entregó al Ayudador para que nos ayude
a orar. El Espíritu Santo de gracia y súplica tiene varios trabajos
específicos, pero uno de ellos es moverse a través de nosotros en oración.
Romanos 8:26-27 dice: “Así mismo, en
nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con
palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del
Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad
de Dios”.
Incluso Jesús vino
como un bebé como respuesta a la oración y la intercesión. Dios nos dijo que
fue su voluntad enviar al Mesías. Una cantidad de amados de Dios se dedicaron a
la oración miles de años para que enviara un Libertador. Tenemos el dominio
sobre la tierra. Debemos orar si deseamos ver a Dios moviéndose en la tierra.
3. Dios siempre anheló conversar y entrar en razón con la humanidad. Dios desea lo mejor para
nosotros. Incluso si algunas cosas están reservadas para el futuro, creo que pueden
manifestarse en el presente por la oración de fe. Además, aun si merecemos la disciplina de
nuestro Padre, su intención se puede cambiar. Si usted no lo cree, piense en
María, la madre de Jesús. Ella le hizo una demanda a Jesús con fe durante las
bodas de Caná. Sus anfitriones no tenían vino y Jesús le respondió que su hora
no había llegado. Sin embargo, cuando les dijo a sus siervos que oyeran a Jesús
e hicieran todo lo que decía, demostró una fe
insistente tan fuerte que produjo en ese momento los milagros reservados para
el futuro. María cambió el pensamiento de Dios y recompensó su fe.
Perseverando en las oraciones llenas de fe
Recordemos a Moisés,
quien intercedió ante Dios por las vidas de los hijos de Israel. El plan de
Dios era barrerlos y levantar una nueva nación a través de Moisés. Sin embargo,
Moisés razonó con Dios y cambió su decisión. Piense en Abraham. Las ciudades de
Sodoma y Gomorra merecían el juicio y Dios descendió en persona para ver su
pecado y ejecutar el juicio merecido… pero intervino Abraham. El Señor se detuvo
en la tienda de Abraham para ver a su amigo mientras iba a ejecutar el juicio
sobre Sodoma y Gomorra por su perversión. Abraham se movió por compasión y
comenzó a razonar con Dios. Finalmente Dios decidió no ejecutar el juicio que
había previsto si se cumplían las condiciones requeridas por Abraham. No se
cumplieron, pero deberíamos preguntarnos si Abraham no dejó de negociar
demasiado pronto.
También piense en
Jonás predicando en Nínive. Según Jonás 3:4, la palabra del Señor fue: “Jonás se fue internando en la ciudad, y la
recorrió todo un día, mientras proclamaba: ¡Dentro de cuarenta días Nínive será
destruida!”. Pero luego los
habitantes de Nínive se arrepintieron en polvo y ceniza, y Dios detuvo su mano. La misericordia siempre triunfa sobre el juicio, si
clamamos en fe para ver su manifestación.
Clamar a Dios por misericordia requiere razonar para
hacer negocios con Él
Algunas personas me
objetan cuando digo que debemos razonar con Dios. En muchas instancias, esto se
debe a que razonar puede ser considerado como algo malo. Sin embargo, el
problema de razonar solo ocurre cuando pensamos que nuestro razonamiento es el
mismo que el de Dios. En consecuencia, nos excusamos a nosotros mismos para
darnos la razón sobre cómo creemos que se deberían hacer las cosas. En realidad,
nuestro razonamiento humano no se parece en nada al de Dios. El razonamiento
humano puede ser un proceso de usar nuestro propio tren de pensamiento para
justificar el orgullo y excluir a Dios de la ecuación.
En contraste, el
razonamiento de Dios es algo muy diferente. El tipo de razonamiento que Dios
alienta y requiere, es que presentemos su Palabra de una manera lógica en
oración. El Salmo 138:1-3 dice: “Señor, quiero alabarte de todo corazón, y
cantarte salmos delante de los dioses. Quiero inclinarme hacia tu santo templo
y alabar tu nombre por tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre
y tu palabra por sobre todas las cosas. Cuando te llamé, me respondiste; me
infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas”. Cuando
razonamos con Dios de esta manera, buscamos las cosas profundas de su Palabra
para descubrir su voluntad para nuestra vida y para toda la tierra.
Entonces nos
presentamos osadamente ante el trono de la gracia de Dios como los reyes que
somos sobre la tierra. Desde esa posición, debemos presentar nuestras
oraciones, súplicas y acciones de gracias ante Él, basadas en su propia
Palabra. Cuando oramos la propia Palabra de Dios, tenemos la
seguridad que recibiremos todo lo que pidamos.
1 Juan 5:14-15 dice: “Ésta
es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su
voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones,
podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido”.
Entonces, hacer
negocios con Dios significa presentarle su propia voluntad e insistir, no
demandar, que manifieste su voluntad. No necesitamos preguntarnos si es el
tiempo de Dios. Siempre es el tiempo correcto para hacer lo que Él nos está
demandando. Siempre es su voluntad establecer y expandir su Reino de justicia,
paz, gozo y poder en la tierra y en nuestra vida. Siempre es su voluntad que le
pidamos para nosotros mismos, porque Jesús dijo: “Hasta ahora no han pedido nada en mi
nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa” (Juan 16:24).
El Padre desea específicamente que le pidamos todo
porque quiere darnos gozo con sus respuestas
¡Permitamos que nos
llene de poder! Debemos valorar el potencial asombroso y poderoso que tenemos
en nuestras manos. El Dios del universo dice que si queremos ser bendecidos,
podemos pedirle y responderá nuestras oraciones. ¿Puede ver el poder de
esto? Necesitamos usar esto como un ímpetu
para doblar nuestras rodillas, usándolas como una inspiración para buscar a
Dios como nunca antes. Jesús dijo que sin Él, nada podemos hacer. Juan 15:5 dice: “Yo soy
la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará
mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada”.
Esto significa que no podemos vivir una vida santa sin la ayuda del Señor. No
podemos pensar correctamente sin su ayuda. No podemos recibir la provisión
física, material o financiera que necesitamos sin su ayuda. No podemos abrir
puertas y cerrar otras por nosotros mismos. Dependemos completamente de Dios. Ahora mismo, Dios nos está invitando a negociar con Él.
Por supuesto, las
puertas de su trono siempre están abiertas. Sin embargo, los meses de Marzo, Abril y Mayo son tiempos
extremadamente fértiles (el Espíritu Santo me susurró específicamente la
palabra fértil) para recibir respuestas serias de Dios como resultado de las
transacciones de negocios que hicimos con Él en oración.
¿Cómo responderemos? ¿Nos
apartaremos para buscar al Señor por la mañana, la tarde y la noche? ¿Nos
presentaremos osadamente ante su trono de gracia, haciendo oraciones
específicas y esperando respuestas específicas? Si está dispuesto, creo que
está por ver la obra poderosa de Dios establecida y manifestada en su vida. ¡A
Él sea toda la gloria!
¿Aceptará el desafío
de hacer negocios con Dios durante los próximos tres meses?
Jamie Rohrbaugh
(www.elijahlist.com)
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