lunes, 3 de julio de 2017

“Soñando con Dios: Cuenta las estrellas y cree en Él ante lo imposible”


Por James W. Goll

¿Sabía que las estrellas hablan?
¡Hablaron en los días de Abraham! El Creador del universo le entregó una palabra directa y asombrosa a uno de sus amigos. Le dijo que saliera y contara las estrellas del cielo esa noche. Imagínese, ¡contar las estrellas de noche!

“Dios es un soñador y está buscando gente que soñará sueños con Él”

Entonces, ¿qué hizo Abraham? Salió y comenzó a contar las estrellas. Supongo que fue algo así. Luego de decirle buenas noches a su esposa Sarah, Abraham salió a dar un largo paseo esa noche, indagando y mirando los cielos. En obediencia comenzó a contar las estrellas mientras hablaba con sí mismo y con Dios. “Uno, dos, cuatro, veintisiete, cuarenta y cinco, ciento cincuenta, dos mil... Wow, ¿contar las estrellas? ¿Qué quieres decir? No puedo contar las estrellas, porque son infinitas”.

El Señor le respondió: “Abraham, cuenta las estrellas”. Seguía perplejo mientras trataba de percibir mentalmente lo que Dios quería con esta orden extraña. Abraham continuó en su búsqueda siguiendo esa voz invisible. “Tres mil, setecientas y… oh, me olvidé por dónde iba. ¿Desde dónde salió aquella otra? ¡Wow, seguro es la más brillante!”.

La promesa revelada
La voz volvió, pero esta vez incluyó una explicación: “El número de las estrellas será el número de tus descendientes”. Abraham pensó: “¿Qué? ¿No sabes que Sarah y yo estuvimos casados largo tiempo y no tenemos fruto, quedamos solos? Bien, sabes eso. No te quiero subestimar, pero lo que estás diciendo es imposible. Me imagino que sabes eso, ¿verdad?”. Pero la voz del Señor persistía: “Cuenta las estrellas. ¿Cuántas hay?”.

Sí, las estrellas le hablaron a Abraham. Quizá por un momento, la voz de las estrellas lo obsesionó mientras iba noche tras noche, entrando en la dimensión de lo imposible. Pero mientras caminaba, algo cambió. ¿Cambiaron las circunstancias? No, bueno, aún no. ¿Qué cambió? Abraham, como el resto de nosotros, se movió desde una valoración mental a creer en su corazón. Es el camino típico de 30 centímetros desde la evaluación de la cabeza hacia un corazón de fe, confiando en Aquel que hizo las promesas.

De alguna manera el sueño de Dios se filtró en el corazón de Abraham. Luego de muchas pruebas, aciertos y errores, Abraham alcanzó un lugar donde salió una noche y al mirar hacia arriba dijo: “Sí, hay una promesa. Sí, esa es para mí. Esa estrella está declarando que la Palabra de Dios se manifestará. De hecho, esa luz titilante me está diciendo que las promesas de Dios son sí y amén”.

Abraham, como el resto de nosotros, fue desde su razonamiento mental a creer en su corazón”

Sí, las estrellas siguen hablando
Usted conoce el resto de la historia. Es una pieza de historia que nos afectó a todos nosotros. Como puede ver, Dios es un soñador que está buscando gente que crea sus sueños con Él. En cada generación se levantan soñadores. Piensan más allá de los límites establecidos por los hombres y se atreven a forjar sus sueños. Hoy se está levantando una nueva generación de soñadores. No solo hablarán de las cosas que vendrán, llaman a las promesas a existencia aquí y ahora. No solo creen que Dios tiene un sueño, se atreven a creer que los invitó a participar con ellos en el nacimiento de esos sueños, en la tierra como en el cielo.

Sumado a eso, estos soñadores de fe abrahámicos también creen que Dios quiere asociarse con ellos en el cumplimiento de sus sueños. ¿En serio? Si, se está levantando una compañía de reformadores por toda la tierra. No solo creen en la gran cosecha de Dios al final de los tiempos, también creen que tienen parte en el “Mayor show en la tierra”.

Sí, estos creyentes de fe observan cómo sus sueños se cumplen ahora ante sus propios ojos. Están viviendo sus sueños. ¡Aquí viene otro soñador! ¿Se unirá a esta multitud que está surgiendo? Sí, ¡las estrellas continúan hablando! ¿Las está contando?

¡Sueñe con Dios!

Dr. James W. Goll
(www.elijahlist.com)


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