domingo, 18 de febrero de 2018

“Una palabra para los profetas: Dios está purificando los manantiales proféticos”


Por Lana Vawser

Recientemente el Señor interrumpió lo que estaba haciendo y vino con su presencia hermosa, guiándome hacia un encuentro con Él para dar a luz esta palabra. Siento que esta palabra es muy importante para los profetas en este tiempo.

Un tiempo de separación
Muchos profetas estuvieron atravesando una fuerte oposición y batallas intensas, especialmente en los últimos meses. El Señor me mostró que en la oposición y la batalla, el enemigo intentó “separar” a los profetas de Dios de aquello en lo que está a punto de introducirlos. Aun así, en medio de la batalla, el Señor también está separando. El Señor está trayendo una separación en los corazones de los profetas. El fuego de Dios está cayendo sobre los corazones de los profetas ahora mismo para quemar y separar todos los lugares donde los “afectos del corazón” los inclinaron hacia cualquier cosa que no fuera Jesús.

El fuego es una recalibración, un refinamiento, un despertar y una reestructuración que el Señor está realizando. Está haciendo un moldeado profundo del corazón, estableciendo un lugar de rendición profunda para que no podamos correr hacia ningún lugar fuera de Él. Ya no se perseguirán solo los títulos, un ministerio grande con un gran favor, el Señor los está llevando hacia un lugar profundo de quebrantamiento hermoso.

“La revelación y la perspectiva que el Señor entregará a través de estos encuentros celestiales con los profetas que estarán postrados, traerán una revelación pesada, una perspectiva profunda y una visión que cuando se declare, comenzarán a establecer las cosas repentinamente”

El Señor está llevando a sus profetas hacia un lugar de deseo profundo solo por Él y se encuentra en el fuego de Dios. Hay un llamado del Espíritu de Dios sobre los profetas ahora mismo para rendirse ante su fuego y permitirle hacer lo que necesita dentro de ellos, para que puedan moverse en lo nuevo que tiene para ellos. Pude ver al Señor quebrando la competencia, el temor a los hombres, los títulos, los celos y otras cosas, llevando a los profetas hacia un lugar de pureza más profunda.

La contaminación de la complacencia y las concesiones
Pude oír que el Espíritu Santo decía: “Entró una contaminación en los manantiales. Entró una contaminación en los manantiales”. Luego tuve una visión y pude ver que los manantiales donde muchos profetas estuvieron bebiendo, estaban contaminados. Ciertas cosas “entraron” en los manantiales y contaminaron la “pureza del fluir” del Espíritu de Dios a través de los profetas y las palabras proféticas que Él quería entregar. Pude ver manantiales con las etiquetas: “Complacencia y concesión”. Estas eran áreas del corazón donde estaban arraigadas la complacencia y las concesiones. El Espíritu Santo volvió a hablar: “Te amo demasiado para dejarte ahí. Es tiempo para blanquearte en mi Palabra”.

Efesios 5:26-27 dice: “… para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable”.

El Señor me mostró profetas que tenían encuentros profundos con Él (más profundos de lo que conocían) y ocurrían a través de la Palabra de Dios. Está ocurriendo una profunda circuncisión del corazón y una recalibración en su amor. El Señor está impulsando una profunda maduración en la Palabra por el Espíritu de Dios, por causa del lugar donde nos quiere llevar.

Hebreos 4:12-13 dice: “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas”.

El Espíritu Santo está realizando “cirugías cardíacas” dentro de los corazones de los profetas para remover cualquier cosa donde estén arraigadas la complacencia y las concesiones. El nuevo tiempo está sobre los profetas para impartir el corazón del Señor. Sus corazones deben estar preparados profundamente para recibir el aumento que el Señor está impartiendo. El carácter de los profetas es continuamente perfeccionado. El Señor busca profetas rendidos a su fuego y rendidos ante lo que está haciendo, para que puedan sostener lo que está entregando. El Señor está dando a luz y está a punto de desatar algo muy pesado.

Restaurando el temor de Dios en los profetas y luego en la Iglesia
El Señor me habló que hay encuentros en este tiempo sobre los profetas que restaurarán y aumentarán el temor de Dios en sus vidas. Pude ver encuentros muy profundos e increíbles con el Señor, como el de Isaías 6 que provocarán:

• Una limpieza profunda de toda contaminación en el fuego consumidor.

• Un lugar de restauración profunda y aumento del temor de Dios en sus vidas.

• Un compromiso mayor por llevar la Palabra del Señor hacia nuevas asignaciones.

No debemos temer estos encuentros, necesitamos abrazarlos. En estos encuentros tipo Isaías 6, habrá un aumento en el despertar del peso del llamado por impartir la Palabra de Dios. Entregar la Palabra de Dios es un hermoso privilegio. El Señor quiere corazones que ardan con su fuego para sostener, administrar e impartir esas palabras con pureza. Dará a luz un mayor discernimiento para que las palabras proféticas no se entreguen demasiado rápido o a la ligera. Las entregarán con el corazón correcto, mientras los profetas sostendrán, administrarán, madurarán y masticarán estas palabras hasta que se desaten en el tiempo y en la forma de Dios. En este tiempo los profetas y el Cuerpo de Cristo están anclados en la Palabra de Dios de tal manera, que esto resultará en un balance hermoso y divino del Espíritu y la Palabra.

El Señor me mostró que comenzaron a ocurrir encuentros profundos y hermosos con Él, con su poder, su majestad y su gloria, pero están por aumentar significativamente y luego se impartirán en el Cuerpo de Cristo. Los profetas lo están manifestando. Están preparando a la Iglesia para recibirlo en una mayor medida. Dios está por dejar mudo y asombrado al Cuerpo de Cristo por quién es y por su majestad, mientras se manifiesta el Rey de gloria. Esto producirá un cambio dentro de los profetas y el Cuerpo de Cristo, que despertará y restaurará la santidad.

“El fuego de Dios está cayendo sobre los corazones de los profetas ahora mismo para quemar y separar todos los lugares donde se arraigan los afectos que los desviaron de Jesús”

Revelación celestial como Juan el Amado
El Señor me mostró que en la medida que los profetas se postran ante todo lo que Dios está haciendo en este tiempo, Él los guiará hacia un tiempo de encuentros tan ricos y tan celestiales, que serán como las revelaciones celestiales y los encuentros que experimentó el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis. La revelación y las experiencias de Juan el Amado no tuvieron paralelos en términos de la asignación única que Dios tenía para él. Esto dice que aun cuando los detalles de los encuentros de Juan y los detalles que le fueron revelados a él fueron únicos para Juan, creo que podemos experimentar los mismos tipos de encuentros. Digo esto en términos del Espíritu hablándonos, elevándonos hacia su realidad y entregándonos revelación sobre lo que está haciendo. Y por supuesto, todo estará en armonía con lo presentado en el canon de las Escrituras.

El Señor me mostró que solo los que se postran, solo los que se rinden y solo los que buscan, entrarán en este tiempo para encontrar su corazón. Solo aquellos que se postren podrán ver en la dimensión celestial y profetizar lo que viene. Lo que el Señor les entregará y confiará a los profetas en este tiempo requiere una postración, un quebrantamiento y una dependencia profunda ante Él. Serán capaces de impartir lo que Él les está mostrando, sin tomar la gloria para sí mismos o sin contaminarse, viviendo en un lugar de intimidad y pureza profundas. Primero y principal deben vivir en su corazón, sin otra agenda fuera de conocerlo.

Los profetas experimentarán una mayor medida de encuentros como el de Juan en Apocalipsis 4:1: “Después de esto miré, y allí en el cielo había una puerta abierta. Y la voz que me había hablado antes con sonido como de trompeta me dijo: ‘Sube acá: voy a mostrarte lo que tiene que suceder después de esto’”.

La revelación y las impresiones que el Señor les impartirá a los profetas postrados por medio de estos encuentros celestiales serán de una revelación tan pesada, tan profunda y tan certera, que cuando la declaren se establecerán repentinamente todas las cosas. Como resultado veremos señales y maravillas mayores acompañando la Palabra el Señor. La dimensión natural, en caminos mayores, confirmará la Palabra del Señor. Habrá transformaciones repentinas y cambios en muchas circunstancias en las naciones y el mundo, mientras avanza el decreto profético emitido por los profetas. 

Esto que se soltó sobre muchos profetas está por aumentar. El peso de esto y el privilegio de lo que el Señor les confió, los dejará asombrados por quién es Él y por el peso del temor de Dios para administrarlo bien.

Ola de arrepentimiento
Se está manifestando una gran ola de arrepentimiento ahora mismo y se incrementará mientras el temor de Dios se vuelve a encontrar con muchos profetas. Muchos quedarán postrados sobre sus rostros ante Él, arrepintiéndose por cualquier palabra profética que fue mal administrada. Si hubo alguna medida de concesiones o complacencia, se arrepentirán. Debido a esta ola de arrepentimiento, el Señor está abrazando a sus profetas, entregándoles un despertar fresco y hermoso, con el privilegio de moverse en el oficio que les asignó.

En este tiempo fluirán muchas lágrimas desde los profetas mientras son quebrantados de la manera más hermosa por la revelación del privilegio de sostener la Palabra del Señor. La pregunta es: “¿Usted se postrará?”

Lana Vawser

(www.elijahlist.com)

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