Por Jamie Rohrbaugh
¿Usted está llamado a edificar
algo? Si es así, este es su tiempo kairos. Algunos de ustedes no se consideraron
como edificadores, pero Dios está por comisionarlos para edificar un plan
mientras lee esta palabra. ¿Cómo lo sé? Porque recientemente una mañana pude
oír que el Señor me decía: “Levántate y edifica”.
¡El Señor está liberando una gran unción para edificar!
La frase “levántate y
edifica” es de los capítulos 1 y 2 de Nehemías. Estos capítulos contienen siete claves proféticas que
serán muy importantes para los edificadores en esta hora. Veamos
juntos estas siete claves:
1) El Rey ve su lamento desde las ruinas
de su vida
Las cosas que estuvo
atravesando no las olvidará. El Señor las usó como una forja para refinarlo. Sin embargo, el lamento no es el final de su
historia. El Señor ve su lamento, pero ahora lo está usando para
impulsarlo hacia su restauración.
“Cuando usted comienza a
edificar los proyectos de Dios, su mano santa viene sobre su proyecto y hace
cumplir su voluntad”
Note que tendrá que
cooperar con el impulso del Señor para beneficiarse de su unción de
edificación. Sentirá el apretón, pero debe elegir el único camino para
alinearse con su Palabra, incluso si nunca quiso ir en esa dirección. Debe
tener mucho cuidado que sus pasos estén alineados con la Palabra. Pero mientras
lo hagan, observe el camino que se abre delante de usted para permitir que el
Padre lo tome desde el lugar del lamento hacia el lugar de la prosperidad. El
apretón es del Señor, porque Él está forzando su mano para que usted pueda
seguirlo.
El Salmo 32:8-9 dice: “El
Señor dice: ‘Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te
daré consejos y velaré por ti. No seas como el mulo o el caballo, que no tienen
discernimiento, y cuyo brío hay que domar con brida y freno, para acercarlos a
ti’”.
2) Tiene acceso a esta unción de
edificación tanto por la virtud del Pacto como la misericordia
En Nehemías 1:11
vemos la primera confirmación que Dios prosperaría sus esfuerzos para
reedificar a Jerusalén: Misericordia. El pasaje dice: “Señor, te
suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos
en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y
ganarse el favor del rey. En aquel tiempo yo era copero del rey”.
Nehemías le pidió a
Dios misericordia y ayuda, entonces recibió lo que pidió. La misericordia de Dios es abundante y siempre está listo
para derramarla. Recuerde
esto cuando piense en lo que está llamado a edificar.
Luego,
en Nehemías 2:20, vemos la segunda confirmación por la cual Nehemías supo
que sus esfuerzos por reedificar Jerusalén prosperarían: Pacto.
Las Escrituras dicen: “Yo les contesté: El Dios del cielo nos concederá salir
adelante. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción. Ustedes no
tienen arte ni parte en este asunto, ni raigambre en Jerusalén”.
Nehemías supo que
tenía un derecho a estar en Jerusalén por el Pacto de Dios con Abraham. Este
pacto de cientos de años de antigüedad lo habilitaban para acceder a toda la
protección, a toda la provisión y a toda la ayuda que necesitó.
Esto mismo ocurre con
usted. Sin importar lo que Dios lo haya
llamado a edificar, usted puede y tendrá éxito por la virtud de su pacto y su
misericordia. Es el pacto de Dios con usted, sumado a la
misericordia hacia usted que producirá una doble unción de fuerza sobre su
vida, si quiere aceptarla.
3) Dios proveerá todo lo que necesita
Cuando Nehemías le
pidió ayuda al rey Artajerjes, pidió en grande. Pidió protección diplomática,
cartas de recomendación, materiales de los bosques del rey para edificar las
puertas de la ciudad, el muro de la ciudad e incluso su propia casa. Luego
Nehemías registró la respuesta del rey: “… y por favor ordene a su guardabosques Asaf que me dé
madera para reparar las puertas de la ciudadela del templo, la muralla de la
ciudad y la casa donde he de vivir. El rey accedió a mi petición, porque Dios
estaba actuando a mi favor” (Nehemías 2:8).
Dios provee por su
bondad para los pobres (Salmo 68:10). Su bondad y su misericordia no tienen
límites. El Señor dice: “Pide y se te
dará”. Si se atreve a pedir lo que necesita con osadía, Papá Dios se lo proveerá.
4) El Señor liberará a sus ángeles
guerreros y ejecutores para que lo acompañen
Nehemías
2:9 registra que Artajerjes envió “capitanes del ejército y jinetes” con él para
edificar el proyecto. Estos guerreros y jinetes sirvieron para dos propósitos: Proteger la
caravana y cumplir los decretos del rey como fueron escritos en sus cartas de
recomendación.
Cuando usted comienza
a edificar los proyectos de Dios, su mano santa viene sobre su vida para
protegerlo y cumplir su voluntad. Él también libera a los ángeles guerreros y
ejecutores para que caminen con usted. Sí, hay una guerra, pero la protección
que envía el re yes más que adecuada para manejar lo que viene en su camino. Esos
capitanes del ejército no se hubieran quedado con Nehemías, si éste no se
hubiera afirmado en fe. Su disposición para despegar en realidad le trajo la
protección que necesitaba.
5) El Rey le pregunta: “¿Cuán largo será
tu viaje?”
Los mandatos de Dios
llevan tanto una instrucción como un tiempo. Creo que a menos que nos indique
que lo hagamos más tarde, siempre quiere decirnos que lo hagamos en el momento. Si
oímos sus instrucciones y luego esperamos para obedecer, ese período de tiempo
entre oír y obedecer se considera como desobediencia.
“No
importa lo que Dios lo está llamando a edificar, usted puede y tendrá éxito por
la virtud de su Pacto y su misericordia”
Deuteronomio 1:2 nos
dice que fue un viaje de 11 días desde Horeb hasta Cades Barnea, pero luego
dice una línea inquietante: “El día primero del mes undécimo del año cuarenta, Moisés
les declaró a los israelitas todo lo que el Señor les había ordenado por medio
de él” (Deuteronomio 1:3). Algunos
de nosotros estuvimos oyendo durante años, pero sin obedecer. ¿Quiere dar vueltas alrededor de la montaña 40 años más,
el tiempo de otra generación, o se levantará y edificará?
Creo que el Señor
está haciendo sonar y resonar su llamado para hacernos despertar: “¿Cuán largo
será? ¿Cuánto tiempo estarás alejado? ¿Cuánto te demorarás en su obra?”. ¡Los negocios del Rey requieren prisa! ¡Dios mío, impártenos tu urgencia!
6) Tome algunas
personas afines con usted
Lo aliento a
discernir cuidadosamente cuando mantener en silencio su sueño y cuando hablar
sobre ello. Nehemías trazó sus estrategias más importantes de noche, en secreto
y sin audiencia. Solo la gente esencial estaba con él y ninguno conocía con
profundidad lo que Dios había establecido en su corazón (Nehemías 2:12).
En este tiempo creo que el Señor está preparando algunas ideas que
requieren la presión de estar escondidas para llegar a cumplirse. Un bebé solo puede crecer en el
abrazo cercano del vientre. Fuera del vientre, ese bebé prematuro moriría. Asimismo, en este tiempo el Señor está derramando su unción para edificar,
pero algunas de las cosas que necesita que edifiquemos son secretas. Quedan solo entre usted y Él.
Cuando Dios le
entrega un sueño secreto, pregúntele si debe hablar acerca de ello o no. Si le
dice que no, entonces no declare su idea. Solo camine con el viento del
Espíritu en silencio donde sea necesario y Él dará a luz el proyecto que debe
edificar.
7) Tendrá tiempos de soledad y tiempos
más lentos
Usted resistió la
reprobación. Sus enemigos se estuvieron riendo de usted. ¿Sabe qué? Dentro de
la manifestación de su sueño, las burlas no lo pueden alcanzar. El pueblo de
Dios solo fue reprobado cuando su ciudad se llenó de ruinas. Pero cuando se
levantaron a edificarla, ¡se derramó el honor sobre ellos! Amado, ¡no espere
más! Dios lo llamó a edificar su tierra. Repito: Esta
es la tierra del Señor y demasiado tiempo tuvo terrenos baldíos. Necesita a su pueblo en ellos.
A lo largo de este
camino y antes que se edifique el sueño, aquellos que no estén de acuerdo con
usted se pueden burlar o despreciarlo. Incluso lo llamarán rebelión. Debe
prepararse para esto. Sin embargo, recuerde que los jinetes del Cielo están con
usted y Dios mismo lo comisionó. ¡El Dios del Cielo lo prosperará!
Amado, el Señor está
derramando una gran unción de edificación. Esta unción vino sobre Nehemías en
un momento de oración intercesora y como resultado fueron edificados los muros
de Jerusalén. Asimismo, el Padre anhela darle esta unción especial ahora si se
la pide.
Haga esta oración simple conmigo:
Padre Dios, en el nombre de Jesús, me rindo ante ti por tu
gloria y por causa de tu gran nombre. Derrama ahora sobre mi vida una gran unción de
edificación. Úsame para edificar lo que
tú quieras en el tiempo que quieras que lo edifique. Ayúdame a poner mi mano en el arado ahora para hacer lo
que necesites que haga.
Padre, que no haya más retrasos, no más
postergaciones, no más temor a los hombres, no más vacilaciones de mi parte. Dame
tu sentido de urgencia, el mismo sentido que tú sientes y ayúdame a obedecerte
sin importar lo que sea. Gracias Padre, en el Nombre de Jesús, amén.
Amado, la palabra de
Dios dice que usted ya recibió lo que pidió (Mateo 7:7), entonces anímese. ¡Permita
que la fe se levante en su cuerpo, alma y espíritu ahora mismo y edifique!
Jamie Rohrbaugh
(www.elijahlist.com)
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