domingo, 11 de agosto de 2019

“En este tiempo sin precedentes, espere lo inesperado”



Por Anita Alexander

“¡Juego, Set y Partido!”
Recientemente tuve una visión sobre un partido de tenis que se estaba jugando. Para aquellos de ustedes que conocen las reglas y los términos del tenis, el juego que duró 5 sets, fue un juego muy largo. El juego llegó al match point y se disputaba entre “iguales” y “ventaja” demasiado tiempo.

(El match point es cuando el jugador ganará el partido si obtiene el próximo punto. Iguales es cuando el tanteador está en 40-40 o mayor y cada jugador simplemente necesita ganar por dos para terminar el juego. La ventaja se refiere al lado que gana el próximo punto, luego de estar iguales y se lo llama tener la ventaja. Se declara “juego, set y partido” cuando el partido tiene un ganador).

Proféticamente, esta imagen hablaba del umbral donde estamos ante una apertura, donde parece que estamos a punto de entrar en una nueva dimensión, solo para experimentar otro retraso o un retroceso. A veces esto puede ocurrir durante años.

Muchos estuvieron avanzando y retrocediendo entre “iguales” y “ventaja”, como en un partido de tenis. Se sintieron frustrados y debilitados porque el juego duró demasiado tiempo. Pero el Señor, por el viento de su Espíritu y por su brazo fuerte de victoria, interviene y está diciendo que este es el último juego y lo está impulsando desde la ventaja hacia la victoria. Pude oír el decreto del Cielo que resonaba como una trompeta: “¡Juego, Set y Partido!”.

Desarraigando fortalezas impenetrables
El Señor con frecuencia usa ejemplos de la vida diaria en mi vida, como una alegoría metafórica para profetizar lo que está haciendo con su pueblo en tiempos específicos. Pocos días atrás, estaba sentada en mi patio trasero, disfrutando de un café en la mañana y mi tiempo de oración con el Señor. Entonces mi atención se fijó en mi jardín. Pude oír al Señor que decía: “Es tiempo para desmalezar este jardín”. (Cuando oí esta palabra supe que estaba allí para recibir una lección profética). 

El día siguiente vino mi hija Anastasia y me dijo: “Mamá, quiero pasar tiempo contigo”. Respondí: “Ok, ¿qué quieres hacer?”, pensando que quería pintar dibujos o algo por el estilo. Para mi sorpresa soltó: “¡Quiero desmalezar algo!”. Sacudida, la miré y le dije: “¡Seguro, hagamos eso!”. Supe que Dios estaba involucrado en esto. El Señor con frecuencia usa a mi hija en mi vida para alinearme con los decretos del Cielo en los tiempos y esta vez no fue diferente.

Entonces comenzamos a limpiar el jardín. Hay algo que usted debe comprender sobre mi jardín. Vivimos en esta casa particular desde hace 8 años. Todo el tiempo que vivimos aquí hasta ahora, hubo un tipo de maleza que nunca pudimos desarraigar. Sus raíces eran muy profundas y muy fuertes, demasiado fuertes para arrancarlas a mano. Era una pesadilla que estrangulaba a otras plantas del jardín y crecía muy rápido, desplegando raíces por otras áreas del jardín. No fumigamos esta maleza porque no queremos que mueran nuestras plantas hermosas, entonces las mantenemos cortándolas a mano. (No soy una “guante verde” o una jardinera experta. En realidad, esto parecía ser lo único que podía hacer en ese momento).

Esta vez era diferente. En realidad, pude oír al Señor que decía: “Anita, arranca las raíces. Esta vez saldrán”. Tuvimos una cantidad inusual de lluvia este último invierno y la lluvia había humedecido el terreno. Entonces me fui. Tuve que buscar y descubrir las raíces de esta maleza particular, porque esta enredadera crece por todas partes, entonces la seguí hasta la raíz. Comencé con un pequeño esfuerzo y pude encontrar la raíz.

¡Estaba eufórica! Durante 8 años esto no había sido posible. El Señor comenzó a decirme: “Anita, este es el tiempo donde estoy derramando mi presencia en las vidas de mi pueblo, saturando sus corazones, suavizando el terreno endurecido donde las fortalezas permanecieron por largos períodos y, en algunos casos, por generaciones. Pero este es el tiempo de arrancar esas fortalezas desde la raíz. Esas cosas donde mi pueblo aún no pudo tener victoria o estuvieron detenidas en sus vidas, tratando de cortar su destino, su llamado y su intimidad conmigo. ¡Las estoy arrancando de raíz!”.

Un tiempo para manifestar cosas “sin precedentes”
Desde hace unas semanas estuve oyendo las palabras “sin precedentes”. El Señor me estuvo mostrando que ahora estamos entrando en un tiempo de logros que van más allá de las cosas que aún no alcanzamos o descubrimos.

Este tiempo marca un nuevo comienzo (8 es el número para los nuevos comienzos); una nueva era de aperturas, victorias, milagros y favor sin precedentes. ¡Debe poner la palabra “sin precedentes” ante todo lo que espera del Señor y ver cómo lo lleva más allá y por encima de todo lo que podría imaginar, pensar o pedir! El Señor está equipando a su pueblo con poder para heredar y poseer todo lo que Él les prometió con una manifestación sin precedentes.

¡Espere lo inesperado!
El Señor dice: “En este tiempo sin precedentes, espera lo inesperado. Espera las estrategias inesperadas y sin precedentes para la tierra. Espera las soluciones inesperadas y sin precedentes a los problemas. Espera las direcciones inesperadas y sin precedentes para poseer y heredar. Espera que la gente inesperada y sin precedentes vengan a tu lado para ser socios clave contigo en tu apertura. Espera los lugares de nacimiento inesperados. Espera que se manifiesten los milagros inesperados y sin precedentes, justo delante de tus ojos”.

Isaías 43:18-19 dice: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”. Para poder esperar lo inesperado, según Isaías 43:18-19, debe olvidar las “cosas antiguas” y tener “ojos nuevos para ver”.

El Señor está dando a luz su apertura de una nueva manera, así como les dijo a los hijos de Israel que dejaran espacio entre ellos y el arca del pacto cuando avanzaran, porque “nunca antes habían recorrido ese camino” (ver Josué 3:4).

Debemos comprender que no podemos heredar y entrar a poseer nuestra tierra, con las estrategias del pasado. Se debe hacer con las nuevas. Debemos tener ojos frescos para reconocer y percibir las cosas nuevas, si no permaneceremos y pereceremos en lo viejo.

Hoy el Señor dice: “Abre tus ojos y abre tus oídos para las cosas nuevas e inesperadas. Mira cómo me muevo a tu favor en las proporciones y en las medidas sin precedentes de mi Espíritu”.

Anita Alexander


3 comentarios:

Yenny Paola paiz de Rojas dijo...

Gracias padre, recibo esta palabra y la decreto para mí vida mi casa y mi familia y la sello con la sangre de Jesucristo. Bendiciones mi hermana.

Yenny Paola paiz de Rojas dijo...

Esta palabra ha hablado a mi vida, yo la recibo en el nombre de Jesús.

Rincón profético dijo...

Dios es bueno. Nunca te olvides de eso.