Por Jermaine Francis
Nos encontramos en un tiempo de transición
divina. Mientras comenzamos la transición hacia la
siguiente década en lo natural, está ocurriendo una transición en el espíritu.
Estamos siendo transicionados hacia un tiempo de cumplimiento de las promesas
proféticas.
Cumplimiento: Alcanzar
algo deseado, prometido o predicho. Satisfacción o felicidad, como resultado
del desarrollo completo de nuestras habilidades o carácter.
Estamos entrando
en un tiempo de cumplimiento masivo de las promesas y las palabras proféticas
que el Señor nos impartió a nivel personal y corporativo. Dios está agitando
nuestra fe y participando con nosotros para llevar sus promesas hacia el
cumplimiento.
Percibo que
estamos ante la puerta de la transición para entrar en ese tiempo. Para tener
lo que nunca antes tuvimos, debemos ser lo que nunca fuimos. La transición no
es solo sobre las cosas y las situaciones que nos rodean, tiene que ver con
nosotros. Dios nos está llevando por la transición desde quiénes fuimos, para
ser aquellos que Él nos llamó a ser. Estamos yendo de esperar en las promesas
de Dios a caminar en ellas.
Hay tres fases de
este proceso de transición en las que usted se puede encontrar: desconocimiento, muerte y resiembra.
1. Lo desconocido
Génesis 12:1 dice: “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de
tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré”. En el proceso de transición
de Abram, Dios lo llamó a dejar todo lo que era familiar para su vida. Tuvo que
dejar la cultura y las costumbres que tenía, para asumir lo desconocido.
El proceso de lo
desconocido puede causar mucha frustración porque muchos elementos parecen
inciertos e inestables. Quiero alentarlo con esto: Tendrá todo lo que necesita para atravesar este tiempo de
transición. Hay una gracia
sobrenatural.
2. Muerte
La segunda fase de
esta transición es el proceso de muerte. En este proceso, hay una muerte a lo
que usted siempre tuvo y conoció. Se siente como si estuviera perdiendo algo
precioso, porque está abandonando lo que era familiar. Hay una angustia que
opera cuando está dejando atrás todo lo viejo. Las cosas que están por delante
son más grandes que las que dejó atrás.
La clave para
navegar por este lugar es tener la fe de un niño, confiando que Dios nos guía a
avanzar a través de la transición. Nuestra fe debe estar arraigada en Jeremías 29:11:
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca
de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin
que esperáis”. Dios tiene un plan
para llevarlo a través de la esperanza y un futuro. El Señor tiene lo mejor en
mente para usted en este tiempo de transición.
3. Resiembra
La tercera fase de
la transición es resiembra y reedificación. Esto es como desarraigar una planta
que superó el espacio de su maceta. Para que la planta sea todo lo que debe
ser, hay que volver a plantarla en una maceta más grande, porque le permite un
mayor potencial y capacidad. Sus raíces pueden ir más profundo y la planta
puede crecer más grande, fuerte y dar más fruto. Dios quiere que profundicemos
nuestras raíces en Él durante este tiempo de transición.
Juan 15:5 dice: “Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
El propósito del
proceso de transición es ayudarnos a crecer y ser más fructíferos, para poder
manejar y poseer correctamente la promesa que se está manifestando.
¡Estamos entrando
en nuestro mayor tiempo de cumplimiento profético!
Jermaine Francis
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