jueves, 23 de abril de 2020

“¡El gran reinicio! Cómo usar sus armas espirituales”



Por Faith Marie Baczko

¡Buenas noticias! Dios le dio un jaque mate a la movida del enemigo en la crisis actual. El plan del enemigo era esparcir la calamidad sobre la tierra, ¡pero Dios usó estratégicamente este virus como parte de su plan para manifestar la transformación del mundo!

El pueblo de Dios estuvo en oración, en intercesión y expectante por un gran mover de Dios durante años. Dios respondió con un gran reinicio, el precursor de un gran despertar y una gran cosecha de almas en el Reino de Dios.

El mundo se descarriló en una trayectoria hacia la destrucción, corriendo hacia adelante y hacia atrás, como predijo la Biblia en el libro de Daniel. La temperatura emocional en el mundo se encontraba en un punto de ebullición desagradable, por el lugar y el poder que los dioses de este mundo habían alcanzado. ¡No contaban con Dios! Él está usando lo que el enemigo planificó para mal, como un reinicio global.

En el cierre global actual se cerraron los bares, los espectáculos deportivos y todos los parques de entretenimiento y recreación de Disney. Como resultado de esto, las familias tuvieron que quedarse en sus casas hablando y comiendo juntas. La gente está quieta, el mundo está quieto, los niños están seguros en sus casas. Están cambiando las actitudes, porque la gente es más compasiva con su prójimo. Entramos en unidad de corazón y mente, porque el pueblo está orando y buscando a Dios por una respuesta. Fuimos atrapados amorosamente en la cautividad del Señor y el enemigo está perdiendo… ¡es un gran tiempo!

Durante un tiempo reciente de intercesión, pude ver un gran león caminando impaciente con anticipación. Los pasajes que venían a mi mente eran Isaías 42:13-14, 16: “El Señor marchará como guerrero; como hombre de guerra despertará su celo. Con gritos y alaridos se lanzará al combate, y triunfará sobre sus enemigos. Por mucho tiempo he guardado silencio, he estado callado y me he contenido. Pero ahora voy a gritar como parturienta, voy a resollar y jadear al mismo tiempo…   conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré, y no los abandonaré”.

Creo que es importante que tomemos toda la ventaja de este tiempo que Dios nos entregó para examinar nuestras vidas, deshacernos de lo que no es esencial y reconocer lo que es importante. En el reposo, oiremos con mayor claridad las estrategias de Dios que Él quiere implementar y las iniciativas de intercesión que las darán a luz. Este es un tiempo para acercarnos a Dios y sintonizar nuestros sentidos espirituales.

En este tiempo vale la pena estudiar todo el pasaje de Hebreos 12. Allí Dios nos dice que no tomemos a la ligera cuando seamos disciplinados por Él o nos debilitemos durante el proceso, porque Él disciplina a los que ama, como lo haría cualquier padre. En los versos 26-29, Dios nos advierte que sacudirá todo lo que pueda ser sacudido. Pero debemos tomar nota de este razonamiento: es para la remoción de todo lo que pueda ser sacudido, para que solo permanezcan las que no puedan ser sacudidas. Entonces podremos ofrecerle una adoración aceptable a Dios con reverencia y temor. Dios es fuego consumidor, consumirá todo el pecado en nuestras vidas y finalmente, ¡el pecado de todo el mundo!

Poder en el silencio
Dios entregará estrategias de oración para que su pueblo pueda atravesar este tiempo. El término “estrategia de oración” es simplemente la dirección de la frecuencia para encontrarnos, cómo debemos encontrarnos, con quiénes debemos encontrarnos y la logística involucrada, el tema de la intercesión y la manera como debemos orar, y si es en lenguas, con revelación o ambas. Esto puede estar acompañado de acciones simbólicas que Dios nos indique realizar. Esto puede parecer algo absurdo para usted, pero cuando se realizan en obediencia, siempre desatan gran poder. Dios puede indicar canciones específicas para adorar, algunas con estandartes o en danzas, y pueden estar acompañadas por un tiempo de ayuno o no.

El Señor me entregó una estrategia para tener tres “impulsos de oración” una vez al mes hasta mayo. Considerando lo que está ocurriendo en el mundo, primero pensé que no era suficiente. Como ahora estoy forzada a estar en mi casa, hay quietud y calma en la atmósfera, y creo que es por el diseño de Dios. Él me estuvo mostrando un principio en la estrategia que le entregó a Josué en Jericó. Tuvieron que marchar alrededor de la ciudad en silencio durante siete días. Al séptimo día, marcharon siete veces y luego hicieron sonar las trompetas. Parecía algo loco, pero como lo hicieron en obediencia, se desató el poder y cayeron los muros. La parte que Él me resaltó fue el silencio, porque tuvieron que marchar en silencio.

Dios está diciendo que mientras esperamos ante Él en quietud y en calma, edificamos la energía dunamis, ¡una combustión interna que explotará y fortalecerá su movida para la apertura y el despegue!

Investigué el significado de la combustión interna y encontré que los “motores de combustión interna son los dispositivos en existencia más usados actualmente para generar poder”. Operan elevando la temperatura del combustible, esto aumenta la presión que lleva a la expansión y la explosión.

Mientras perseveramos ante el Señor, esperando en Él durante este tiempo de ayuno y oración, edificamos una combustión interna en el Cuerpo de Cristo que nos llevará hacia el mayor mover de Dios de todos los tiempos.

Hubo pocas palabras que escribí el año pasado donde Dios dijo: “Estén listos o no, ¡ahí voy!”. Creo que este tiempo ha llegado.

Comprendiendo la guerra espiritual
Durante estos tiempos, es importante saber cómo orar. ¡Es tiempo para pelear según la estrategia de Dios! Puede haber algunos malos entendidos cuando se trata de la realidad espiritual. Recibir un mayor conocimiento y comprensión de la guerra espiritual, es un tema importante de la vida cristiana y creo que Dios nos está diciendo que lo necesitamos hoy. Mi último artículo se relaciona con el aspecto de esto, en relación con los asuntos del corazón, como la victoria completa que encontramos en el principio de las palabras de Jesús: “Ya no hablaré más con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo. Él no tiene ningún dominio sobre mí…” (Juan 14:30).

El enemigo no pudo hallar ningún punto de acuerdo en Cristo y lo mismo debe ocurrir con nosotros.

La Biblia habla mucho sobre esta guerra y es nuestra fuente para todo el entendimiento sobre este tema. ¡Las Escrituras se refieren al Señor como el “Señor de las huestes” más de doscientas veces! La palabra “huestes” significa ejércitos, porque Él es el Señor de los ejércitos, tanto en el Cielo como en la Tierra. Fuimos enlistados en el ejército de Dios cuando fuimos salvos y tenemos un enemigo fiero, entendamos eso o no.

Efesios 6:12-13 dice: “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza”.

En el centro de la guerra espiritual está la comprensión de nuestra identidad como hijos o hijas de Dios, afirmándonos en ella. Están aquellos que son llamados a un estilo de vida de oración y recibieron un don fuerte de intercesión. Sin embargo, todos en el pueblo de Dios estamos llamados a orar y vivir dentro de esta dinámica espiritual. Todos son parte de la guerra, participen de ella o no. Como vivimos en esta atmósfera de guerra, atrapar este asunto es nuestra ventaja.

Contrario a lo que alguno pueda pensar, la guerra espiritual tiene algunos principios cristianos básicos que quiero resaltar. Primero, comenzamos notando que la Biblia está fundamentada en la dinámica espiritual que Dios es Espíritu y aquellos que lo adoran, deben hacerlo en espíritu y verdad (Juan 4:24). Los ángeles son seres espirituales que sirven a Dios. Satanás es un ser espiritual creado, un arcángel que cayó y es el archi enemigo de Dios y, en consecuencia, de toda la humanidad. Los demonios son seres espirituales que sirven al maligno y hacen su trabajo. Odian a la humanidad y su trabajo se describe como robar, matar y destruir todo lo bueno que Dios preparó para sus hijos y el mundo.

La evidencia de su actividad se puede ver en cada esfera de la sociedad y se enfocan especialmente en los niños. Por tanto, es muy importante que cada familia tenga una estrategia de oración y les enseñen a sus hijos cómo orar. ¡Los hijos deberían asegurarse en la verdad de Jesús, en su gran amor y en el poder detrás de ellos!

¿Qué implica la guerra espiritual?
La guerra espiritual es muy diferente a la guerra en lo natural. Primero, como establece Efesios 6, nuestra pelea es con las fuerzas espirituales y no contra la gente, y las armas que usamos para pelear no son de este mundo… ¡son mucho más poderosas!

2 Corintios 10:3-6 dice: “Les escribí como lo hice para que, al llegar yo, los que debían alegrarme no me causaran tristeza. Estaba confiado de que todos ustedes harían suya mi alegría. Les escribí con gran tristeza y angustia de corazón, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos sino para darles a conocer la profundidad del amor que les tengo. Si alguno ha causado tristeza, no me la ha causado sólo a mí; hasta cierto punto, y lo digo para no exagerar, se la ha causado a todos ustedes. Para él es suficiente el castigo que le impuso la mayoría”.

Finalmente, el campo de batalla es por controlar la mente del hombre, por quien serviremos y con quién nos vamos a aliar. Cuando nuestra obediencia es completa y el Señorío de Cristo se establece con firmeza en nuestras vidas, tenemos gran autoridad para demoler los planes del enemigo y las maquinaciones en nuestra vida personal.

Habiendo vencido nuestros asuntos personales, podemos afirmarnos en una postura de obediencia en fortaleza y en un ambiente corporativo, para pelear por nuestras comunidades, nuestras ciudades y nuestras naciones. Los principios para la guerra corporativa son los mismos que para nuestra vida personal, entonces veamos los aspectos prácticos.

Armas espirituales
La guerra efectiva no es un asunto de semántica o del tono de nuestra voz, hablemos en voz alta o suave, porque todos somos únicos en nuestros dones. No tiene que ver con lo grandioso de nuestras oraciones y tampoco en la carne, sino con funcionar bajo la unción de un corazón humillado y rendido.

Hay ciertas características principales que Dios nos entregó en nuestra guerra para vencer a las tinieblas y al aplicarlas en la dinámica que Él diseñó, siempre derribaremos al enemigo.

Estas armas espirituales son:
1. Unión: La palabra declara que cuando tenemos unión, se desata la bendición que Dios envió (Salmo 133). La palabra “ordenar” es “tsavah” y significa “encargar, dar una orden, poner en orden y enviar un mensajero”. Esto deja en claro que la unidad es vital para la guerra efectiva. Hay un misterio en el principio de la unión y el acuerdo que cuando se produce, opera para desatar una explosión del poder dunamis sobrenatural, con el potencial para producir las posibilidades del tamaño de Dios.

La palabra más corta y la más memorable que Dios me entregó, vino en letras mayúsculas. Dijo: “¡Ponte de acuerdo conmigo!”. Cuando nos ponemos de acuerdo con Él de manera corporativa, estamos unidos unos con otros y con Él. Esta dinámica produce poder. El sonido corporativo que se desata en este escenario es el sonido de una máquina que derriba fortalezas.

2. Fe: La Palabra de Dios declara que la fe es la victoria que vence al mundo, que nuestra fe es la pelea por la fe, que tenemos acceso por la fe, somos fortalecidos por la fe y que la promesa viene por la fe. Se nos advierte que edifiquemos nuestra fe porque somos protegidos y escudados por la fe. Efesios 4:13 nos dice que todos estamos creciendo hasta que alcancemos la unidad en la fe. La unidad en la fe es una unidad de mente que es una identidad en la convicción y la creencia del Señorío, majestad, poder y plenitud de la Deidad. Ese tipo de fe vencerá cada obstáculo y monte en nuestro camino y transformará nuestro mundo.

3. Paz: La paz de Dios, su shalom, es un principio poderoso que desplaza todo temor, ansiedad y angustia. Es una paz que sobrepasa todo entendimiento. La palabra hebrea “shalom” tiene mucho más peso que la simple ausencia de conflicto. Significa estar seguro, saludable y prosperando en la vida. Viene de una raíz que significa “estar seguro en cuerpo, mente y estado, estar completo”¡Cristo es la paz! Él es el Príncipe de Paz y las tinieblas no pueden habitar en la presencia de su paz. Todos podemos ser llenos y exudar esta paz sobrenatural que disipa el temor y es una clave para la intercesión efectiva.

4. Compasión: La compasión y el amor de Cristo es un atributo importante que todos debemos tener. Cada vez que Jesús se movió con compasión en las Escrituras, vemos que ocurrió un milagro. La compasión es el corazón de Dios y la base para los milagros. El juicio también puede ser la compasión de Dios. La Palabra dice que cuando el mundo es juzgado, aprende la justicia (Isaías 26:9). Es Dios moviéndose para salvarnos de nosotros mismos. Sin embargo, como ocurre con todos los atributos de Dios, hay una imitación. Una imitación de la gracia, el amor y la compasión, y el intento por santificar el pecado y bendecir lo que Dios maldijo y no es una bendición.

5. Hablar en lenguas: Dios nos entregó el arma poderosa de hablar en lenguas desconocidas, la oración que es motivada e impulsada por el Espíritu Santo. Orar en lenguas, a nivel personal y corporativo, es poderosa porque desata revelación y visión espiritual en las circunstancias y produce señales y maravillas. ¡Es en sí misma una señal y una maravilla! En la guerra espiritual nos posicionamos ante Dios y lo buscamos a Él por visión, revelación y las claves para ganar la batalla y la dirección en nuestra intercesión. En la guerra espiritual todos contribuyen a la dinámica espiritual corporativa. La sinergia creada se convierte en una fuerza indetenible.

6. La Palabra de Dios: La última y la más importante es la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene poder sobrenatural y siempre cumple lo que Él estableció. Dios creó con la Palabra y continúa teniendo poder creativo cuando es declarada por el Espíritu a través de nosotros. Hebreos 4:12 dice que es viva, poderosa y más cortante que espada de dos filos. Cuando es desatada por el Espíritu Santo, tiene el potencial para derribar fortalezas en el camino de la voluntad de Dios.

Una vez estuve en una reunión de oración por Israel y al inicio de la reunión, Dios me entregó una palabra. Sin embargo, parecía no encajar en lo que se estaba orando, entonces la retuve y esperé. En el momento justo, el Espíritu Santo dijo: “Ahora”. Entonces la entregué. Cuando hablé la palabra fue como lanzar un misil y supe, por revelación, que la palabra salió del cuarto de oración, cruzó el océano y aterrizó en Israel, porque la libertad llegó ese día. ¡Eso es guerra espiritual!

Dios también usa el proceso de santificación o de limpieza del corazón, para entrenar y edificar los músculos espirituales de la fe en el entendimiento de su gran poder sobre todas las cosas, y reconocer nuestra gran autoridad en Él como sus hijos (Colosenses 2:9-11).

Durante este proceso aprendemos a pelear, vencemos al enemigo de nuestras almas y somos sanos. La opresión también es desterrada de nuestras almas mientras somos continuamente llenos por el Espíritu Santo, cada vez con una mayor medida, porque Él ocupa más de nosotros. El viaje de Israel hacia la Tierra Prometida a través del desierto, nos da una imagen de este proceso. Así como ellos aprendieron, también está aquí para edificarnos en fe y enseñarnos a pelear.

Faith Marie Baczko


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