Por Cindy McGill
Nunca antes hubo un tiempo como en el que estamos entrando. En este tiempo ya no se le permitirá a la Iglesia convivir con las cosas donde fue floja en el pasado. Dios está levantando un ejército de amantes “entregados” que no vacilarán, no se retraerán ni vivirán en el miedo o la duda. Este mover de Dios está ocurriendo muy rápido y si resistimos, seremos arrastrados hacia la orilla por esta corriente de agua de su Espíritu. Permaneceremos allí hasta que nuestros corazones se ajusten con el latido de Dios y hagamos la obra de manifestar su Reino.
Dios está seleccionando para buscar a quienes pueda
usar poderosamente
2 Crónicas 16:9 dice: “El Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles. Pero de ahora en adelante tendrás guerras, pues actuaste como un necio”.
Ahora mismo estamos en un modo “preparación”. Hay un mandato desde el Cielo para que tratemos con nuestro pecado, nuestra indiferencia y nuestro compromiso casual con Jesús. La Iglesia está siendo “llamada” en esta hora a levantarse, declarar, tomar acción y moverse con una valentía y una obediencia inconmovible a la voz del Señor y sus instrucciones.
Hay una ola masiva, poderosa y acelerada que viene para barrer toda la tierra como las aguas cubren la mar. Este no es el tiempo para esperar que “alguien más” haga el trabajo. Dios nos necesita a todos nosotros. Los que se ofrezcan voluntariamente en el día de su poder, demostrarán actos intrépidos y harán milagros inusuales (ver Salmo 110:3). Dios nos está entrenando para oír su voz y ser guiados por el Espíritu Santo, no por nuestras mentes naturales. Este es el día del “gran despertar” y los que son guiados por el Espíritu, son los verdaderos hijos de Dios (ver Romanos 8:14).
Nuestras prioridades están cambiando radicalmente
este año
Las cosas que considerábamos importantes caerán en las sombras, cuando Dios resalte sus temas importantes y su guía. Las cosas que una vez amamos, serán reemplazadas por un amor reencendido hacia Él. Los programas, los mensajes enlatados y las oraciones desapasionadas y débiles, serán reemplazadas por el aliento del Espíritu Santo y declaraciones proféticas ungidas que transformarán las atmósferas y nos harán entrar en el propósito de Dios, acompañado por señales.
Se está removiendo todo el “paisaje aceptado” de la expresión de la Iglesia y ya no se podrá acceder a él en los próximos días.
Mi esposo Tim estaba realizando una de sus caminatas de oración por la tarde y como pastor, se sentía particularmente frustrado por la debilidad y la falta de pasión que estaba observando en la Iglesia actual. Parecía como si todos hubieran desarrollado una actitud amarga, contentándose con vivir con las ofensas y la indiferencia, perdiendo el poder en el que todos fueron llamados a vivir.
Tim le dijo a Dios: “A la gente no le gusta la Iglesia”. Dios le respondió: “La gente nunca vio a la Iglesia”. Luego Tim le dijo a Dios: “A la gente no le agrada el cristianismo”. Dios le volvió a responder a Tim: “A la gente no le agrada el cristianismo débil”.
Este fue un llamado profundo para despertarnos. Básicamente, como Iglesia nos hemos conformado con vivir muy lejos y por debajo del propósito original de Dios para nosotros, ¡pero ya no más! Dios está cambiando nuestras mentes y corazones para reacomodar nuestras prioridades y así podamos alinearnos con Él.
Un gran poder demanda una gran obediencia
Hay una marea de la presencia de Dios siendo derramada desde el Cielo. El temor del Señor está volviendo con una revelación que “golpea las rodillas”. En los avivamientos pasados, cuando el temor del Señor caía en una gran medida, la gente dejaba de trabajar, esperaba en los campos para entrar a las Iglesias para arrepentirse, caían postrados sobre sus rostros y clamaban a Dios por misericordia y perdón. El avivamiento de Gales, con Evan Roberts, fue uno de los ejemplos de esa expresión de avivamiento. ¡El arrepentimiento es clave! Cuando se rasga el velo y el Cielo desciende como dice en Isaías 64, existe una reacción radical hacia la presencia de Dios.
Isaías 64:1-7 dice: “¡Ojalá rasgaras los cielos, y descendieras! ¡Las montañas temblarían ante ti, como cuando el fuego enciende la leña y hace que hierva el agua! Así darías a conocer tu nombre entre tus enemigos, y ante ti temblarían las naciones. Hiciste portentos inesperados cuando descendiste; ante tu presencia temblaron las montañas. Fuera de ti, desde tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto, a un Dios que, como tú, actúe en favor de quienes en él confían. Sales al encuentro de los que, alegres, practican la justicia y recuerdan tus caminos. Pero te enojas si persistimos en desviarnos de ellos.
¿Cómo podremos ser salvos? Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento. Nadie invoca tu nombre, ni se esfuerza por aferrarse a ti. Pues nos has dado la espalda y nos has entregado en poder de nuestras iniquidades”
Este es un tiempo poderoso de “preparación” para todos nosotros. El mover de Dios está sacudiendo la tierra, golpeándola como un meteoro desde el Cielo. Solo tenemos poco tiempo antes que esta “espada de dos filos” de la presencia de Dios se pueda sentir y ser real. Dios está levantando un ejército y debemos estar listos para obedecer cuando recibamos las órdenes. Contemplen la bondad y la severidad del Señor (ver Romanos 11:22). Hay trabajo para hacer. Un ejército siempre seguirá las directivas del general y trabajará como un equipo para conquistar la batalla.
Dios, ¿eres tú?
Debemos conocer la voz de Dios y esto viene literalmente por pasar tiempo con Él, dejando a un lado todo lo demás de nuestras agendas y nuestras mentes. Con todas las voces gritando directivas sobre nosotros en este día, es esencial que aprendamos a oír lo que nos ordena la voz de Jesús y no seguir la voz de otro. Existe una urgencia para volver a nuestro primer amor.
Volver a nuestro primer amor es el fundamento desde donde fluye todo lo demás. Apocalipsis 2 le reclama esto a la Iglesia de Éfeso. Si no aprendemos a oír al Señor, seremos persuadidos por cualquier otro y nuestros caminos se confundirán, trayéndonos dificultades y dolores innecesarios. No importa cuáles sean las circunstancias que vengan sobre nosotros ahora, estar en la presencia de Dios es lo más importante.
Dios nos está dando instrucciones, sueños, impresiones, misterios revelados y casi nos posiciona literalmente en el lugar donde nuestro corazón late al ritmo del suyo. Entonces podremos ver lo que Él ve, sentir lo que Él siente, movernos cuando Él se mueve, actuar cuando Él actúa y cumplir su propósito en esta tierra, mientras su gran cosecha está siendo restaurada por su amor. Cualquier otra motivación para actuar es falsa y fracasará.
Dios está volviendo a entrenar a la Iglesia para que
refleje verdaderamente su imagen
Jesús dijo: “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Juan 13:35). El mundo está observando. Es tiempo para rectificar los temas pendientes, perdonarnos unos a otros, pedirle a Dios que ponga su amor en nuestros corazones por aquellos que nos maltratan y nos desprecian, aprendiendo a amarlos como Él los ama. No poseemos ese tipo de amor dentro de nosotros, pero Dios nos dará su compasión y su amor de manera sobrenatural, para que siempre tengamos la victoria por encima de cualquier emoción humana.
El tiempo es ahora. El ejército se está levantando. Dios nos está llenando con su pasión, su sabiduría y su amor para cumplir su propósito en este próximo año.
Es solo el comienzo. El tercer gran despertar está sobre nosotros. Debemos rendirnos al plan del Señor. Escuche su voz. Determínese en su corazón a profundizar su relación personal con el Gobernante del Cielo y la Tierra, cortándole la cabeza a cada gigante que el diablo cruce en nuestro camino.
Derribe los planes del enemigo, afírmese y no vacile. Dios no está intimidado, temeroso o acosado. La siembra y la cosecha que estuvo ocurriendo, se revelará por sí misma. Gálatas 6:7 dice: “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra”. Nadie terminará sin nada. Nuestros mejores días están por delante. Estamos en la Tierra para un tiempo como este.
El año de la promoción y los lugares de influencia
En el 2021, Dios está moviendo gente hacia lugares importantes. Es nuestro destino. Dios lo creó para ocupar estos lugares antes que usted naciera. Hay un aumento del favor sobrenatural que traerá un aumento y una prosperidad tremenda para “hacer la obra”. Esta posición divinamente señalada fue preservada para usted en un tiempo como este.
Esta asignación señalada por Dios viene con las “llaves” que abrirán muchas puertas para usted mismo y para otros. Ningún hombre puede abrir o cerrar estas puertas. Las personas asignadas a estas puertas serán usadas poderosamente para derribar fortalezas sobre los montes de influencia que estuvieron ocupados por un espíritu destructivo extraño.
Esta es gente señalada para rodearlo en este tiempo y le proveerán la asistencia para operar en esta asignación. Se necesitan hacer cambios y decisiones rápidas, mientras las circunstancias revelan el próximo paso a tomar, para navegar en esta nueva posición y en ese nuevo lugar. Será sabio respetar un calendario “libre”, porque las cosas pueden cambiar muy rápido. Supongo que podríamos usar el término “fluido”.
Prepárese para cambiar de dirección en un momento.
Este es el tiempo de Dios. No mire a sus propias deficiencias o sus impedimentos. Dios no los está mirando. No tiene que ver con sus calificaciones, es sobre la elección, el plan y el propósito de Dios.
Cindy McGill
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