Por James W. Goll
Todos nos enfrentamos a tiempos inciertos. El libro de Hebreos utiliza un lenguaje pictórico que describe esto como un ancla. Hebreos 6:19: “La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo”.
Ahora bien, la imagen de un ancla crea obviamente la idea de un barco que atraviesa los vientos y las olas de las circunstancias inciertas. La vela, por supuesto, se utiliza para atrapar el viento y ayudarnos a seguir nuestro rumbo. Pero el ancla se deja caer a través del vaivén de las olas de la incertidumbre, hasta llegar a la roca sólida que hay debajo. Eso es lo que hace un ancla. En esta imagen, es el ancla de su presencia. Es un ancla para tu alma.
A medida que navegamos la presencia de un nuevo clima de avivamiento, a menudo viene un aumento en la guerra espiritual pisándole los talones. Estos son tiempos peligrosos y muchos de ustedes estuvieron navegando a través de un campo minado con situaciones complejas. Son tiempos inciertos en la economía, las relaciones, las iglesias, la política, las guerras, los desplazamientos y todo tipo de asuntos. Pero la Palabra de Dios promete que ustedes tienen un ancla que se puede lanzar. Quiero exhortarte, debes echar tu ancla o serás sacudido por todo viento de doctrina, prueba y actividad demoníaca.
Encontrando el Ancla del Señor: Tres valores centrales
Una de las maneras más importantes de echar el ancla, es conocer sus valores fundamentales. Esto es algo en lo que trabajo duro.
Te preguntarás: “¿Qué es un valor central?”
Es algo que decidiste internamente y te comprometiste a seguir, antes de que el enemigo llame a tu puerta. Entonces, cuando llegue la tentación o la dificultad, no te sentirás tentado o influenciado, porque ya tomaste una decisión sobre cómo vas a responder.
En mi libro “Dile a tu corazón que vuelva a cantar”,
comparto lo siguiente: “Para volver a aprender a
tener esperanza, tuve que volver a mi abecedario, a mis cimientos. ¿Qué
importaba que yo fuera un ministro profesional que había viajado por todo el
mundo y ministrado en más de cincuenta naciones, y había escrito más de treinta
libros? Tenía que volver al principio”.
Descubrí tres valores fundamentales:
1) Dios es bueno, todo el tiempo
2) “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28)
3) Algo bueno está a punto de suceder
“El número uno, ‘Dios es bueno, todo el tiempo’, no es sólo una frase hecha. Volví a leer la Biblia de principio a fin y me convencí de que Dios no comete errores. Él me ama. Ama a todo el mundo. Sabe lo que hace. Sólo tenemos que creerlo, incluso cuando sentimos que la vida se nos apagó”.
“‘Todas las cosas trabajan juntas para el bien...’. Las personas que sienten que deben decir algo útil ante la tragedia, suelen utilizar ese consejo bíblico con demasiada ligereza. Pero el hecho de que se haya abusado de él, no lo invalida. No es que todo lo que sucede sea bueno, pero si sigues caminando con Él, Él tomará tus pedazos rotos y los remendará de manera sobrenatural, y eso es un milagro absoluto. Con Él, la esperanza está en camino”.
“‘Algo bueno está a punto de suceder’. Esta parece la consecuencia lógica de las otras dos. ¿Cómo es posible que tanta tragedia se convierta en algo bueno? Yo no lo sé, pero Dios sí. ¿Quién puede traer luz a esta noche oscura del alma? Él puede”.
Sólo tenemos que creerlo, incluso cuando no nos apetece, lo que para mí surge cuando paso por tanto dolor y dificultad, cuando se me inflama el nervio ciático y tengo que echar el ancla de mi alma. Dios trae luz sobre cualquier situación oscura.
Quiero animarte a que encuentres tus valores fundamentales y eches el ancla sobre la roca sólida que hay debajo. Luego, sujétate por la gracia de Dios, seguro que Él te ayudará a salir adelante.
Una oración de anclaje de esperanza
Padre, por la gracia que Tú me das, voy a echar mi ancla a través del mar de las circunstancias inciertas, hasta la roca sólida que está debajo. Me presento ante Ti para ser limpio del peso de la culpa y la vergüenza, por la sangre de Jesús. Declaro que vivo y respiro, y en Ti, tengo mi propio ser. En el nombre de Jesús, voy a sacudirme el cansancio y la fatiga, y voy a echar mi ancla de esperanza. En el nombre de Jesús, amén.
¡Echando el ancla sobre la Roca!
Dr. James W. Goll
No hay comentarios:
Publicar un comentario