martes, 3 de junio de 2008

“Cualquiera que tenga dominio sobre ti y camine por tu territorio, ¡será amputado!”


Por Kim Clement




26 de enero del 2008, Oklahoma City, Oklahoma
El Espíritu del Señor dice: “Estoy en campaña para dar vuelta las cosas que parecen correctas. Las cosas que declararon correctas cuando estaban erradas, se darán vuelta. Estoy en campaña para hacer las cosas correctas, para hacer las cosas correctas”. Dios dice, “Estoy encaminado para reparar las cosas, porque este es un momento maravilloso de restauración. Habrá tiempos de refrigerio que vendrán de la presencia del Señor”. Y Dios dice, “La gente dirá, parece que va en la dirección equivocada”. Pero Dios dice, “Daré vueltas todas las cosas. ¡Revertiré cada proclamación y cada pronóstico!”. El Espíritu del Señor dice: “Aún mientras aplaudes, habrá un aplauso por lo que haré. Algunos dicen, ‘estuvimos en el peor lugar donde podíamos estar’. Ese es el mejor sitio donde estar, porque voy a dar vuelta las cosas”.

“Escucha a los profetas y cómo declaran desde las cuevas de la antigüedad. Las fuerzas demoníacas ancestrales que quieren volver a visitar las generaciones, están siendo tomadas por el cuello y puestas en cautividad por las oraciones de los santos y las oraciones de aquellos que conocen a su Dios, harán hazañas en su Nombre como Daniel”, dice el Señor.

El Espíritu de Dios dice, “Escucha a los profetas mientras denuncian la gran perversión para que todo cambie”. Dios dice, “América, te hablan desde tus fronteras declarando pobreza, ‘Dicen ganamos; no hemos ganado la guerra, pero trajimos pobreza y recesión sobre ellos diciendo, el dólar se va al infierno’”. Dios dice, “Tengo un plan diferente, ¿olvidaré tu historia? ¿Olvidé la historia de Moisés cuando lo acusaron de hacer lo incorrecto?”. Todavía somos voz de Dios. “Escogí a esta nación como una voz para las generaciones de la tierra. ¿Cambié mi manera de pensar por causa de la economía? ¡No!”. Dios dice, “Mírame ahora cómo cambio las cosas, porque tu aceleración llega a su fin. Ahora llegamos al punto de no retorno y estás ascendiendo al lugar más alto donde nunca has estado”.

El Espíritu de Dios dice, “¿Jacob tenía un hechizo en su contra? ¿La adivinación se levantó en contra de Israel?”. Dios dice, “No habrá adivinación, no habrá hechizo. Esa declaración no tiene firma. Cada pronóstico en tu contra no tiene firma, porque la firma de Dios es todo lo que necesitas para que algo suceda y se lleve la tristeza”.

Dios dice, “Firmaré en la línea de puntos. Verás que soy el dueño del título. Si hay algo que te quiero entregar, todo lo que necesitas es mi Firma. Quiero darte tierra, necesitas mi Firma. Si necesitas un milagro, necesitas mi Firma. Si necesitas una propiedad, necesitas mi Firma. América, ¡este año todo lo que necesitas es mi Firma! ¡Tienes mi Firma!”. Dijo, “Te entrego el título, ¡tengo el poder para firmárselo a quien Yo quiera!”. ¡Él es dueño de los rebaños en miles de colinas, el oro y la plata le pertenecen! Todo lo que necesitas es su Firma. ¡La tierra es del Señor! ¡Vi la firma de Dios!

“A veces es necesario que te apartes, actúes como un niño y pienses como un niño, porque eso me agrada. Te devolveré lo que el enemigo quiso arrebatarte el año pasado, pero duplicado y multiplicado sobre tus hijos y nietos”, dice el Espíritu de Dios.

Declaro por el Espíritu de Dios que se suelta una nueva dimensión de energía, pasión y vigor sobre su vida, su casa y la gente de Dios que lo reciba. Dios dice, “Nueva energía, debido a la restauración de la energía, la vitalidad y el vigor sobre mi Cuerpo, pronto soltaré la nueva fuente de energía, las nuevas fuentes de energía sobre la nación. Sólo llegará cuando mi pueblo entre en una nueva realidad de la energía que proviene del aceite del Señor. El aceite del Señor traerá la llama y esta no se agotará. Tu lámpara no se apagará. Esta energía que traigo a América hará que la llama arda continuamente y nunca llegará a su fin”, dice el Señor.

El Espíritu de Dios dice, “Kim, diles lo que hice por el Apóstol Pablo cuando trabajaba en Éfeso. Cuando estaba en Éfeso enseñó en la sinagoga por tres meses y luego lo echaron. Luego fue a la Escuela de Tiranno y enseñó por dos años. Trabajó duro y luego sucedió algo inusual. De repente, comenzaron a ocurrir milagros y manifestaciones inusuales por mano de Pablo”.

Y Dios dijo, “Este es el año del pañuelo. Quiero decirte que la gente con pañuelo representa el dolor. Un pañuelo toma las lágrimas del ser humano, un pañuelo se usa para sonarse la nariz y limpiarla cuando estamos enfermos. No hay nada agradable en un pañuelo. Comienza como una pieza de seda para las familias reales y mira en lo que se convirtió”. Dios dijo, “Es para limpiar el sudor de la frente luego de trabajar duro, luego del dolor. A veces la gente tiene que escupir en ellos y si hay sangre también lo usan”. Dijo, “Quiero que les digas que haré milagros inusuales y por cada dolor que sufriste y por cada quebranto que atravesaste, cada forma de enfermedad, padecimiento o dolor que atravesaste, cada dificultad, trabajo duro o desafío que atravesaste en el 2007, haré un milagro inusual en el 2008 y en los siguientes años, será tan inusual que tomaré lo que sufrieron y lo transformaré en una manifestación inusual”, dice el Señor de los Ejércitos.

Febrero 10 del 2008, Pasadena, California
El Espíritu del Señor dice: “Los Apóstoles tenían la reputación que no había un sistema que pudiera gobernar el Reino de Dios. Ningún poder, azote, cadenas, pobreza o enfermedad pudo detenerlos y cuando llegaban, ponían de cabeza a los sistemas. Este mes de Febrero, obsérvame mientras me río desde mi Trono y cambio las cosas que te rodean. Lo que parece estar hacia arriba, quedará al revés. Lo que parece ir en una dirección, girará y tomará otro camino. ¿Por qué? Porque designé desde antes de los tiempos que habría tiempos de refrigerio y tiempos de restauración. Hay tiempos de refrigerio y tiempos de restauración”, dice el Espíritu de Dios.

“Si este es el caso, ¿Por qué sería parcial hacia esta generación? ¿Por qué otros se beneficiarán y tu no?”. Dios dice, “Te beneficiarás, porque la promesa de Dios para este tiempo es sí y amén. No veas a los demócratas o a los republicanos, porque esta carrera es un chiste”. Dios dice, “Me ves mientras me muevo intrincadamente y trabajo por la gente de América. No me olvidé de tus padres fundadores, sus diseños y sus sueños. Esos mismos sueños y diseños no serán obstruidos, sino reemplazados, no por otros peores, sino por sueños mayores”, dice el Espíritu del Señor. “Entendería Mi pueblo que ellos dijeron, ‘recesión’. ¡Ja! ¿Puedo dar vuelta las cosas? ¿Me permitirías decirle a los pronosticadores de estos días que no tienen poder ni tienen apoyo? No tienen poder para reparar, no tienen aguja e hilo y no pueden remendar nada”, dice el Señor, “¡te estoy dando todo nuevo, nuevo, nuevo, nuevo, nuevo, nuevo! ¡Todo nuevo!”

Dios dice, “No tomaré algo remendado para ponerlo junto a ti. No digas, ‘Dios habló antes y no sucedió’. En este mes de Febrero comienza el tiempo de refrigerio y restauración”.

“No mires al Oriente”, dice el Espíritu del Dios viviente, “porque sucederá que la gente dirá, ‘¿Cómo pudo cambiar esta situación de una manera tan radical y violenta?’”. Dios dice, “Cualquiera sea la situación actual de tu negocio, en tiempos de refrigerio, tomaré cinco veces el monto que de alguna manera te robaron y te lo devolveré. ¿Tendrás la audacia para creerme?”, dice el Espíritu de Dios. “Tendrías la audacia para decir, ‘Dios, más allá de lo que digas, estoy de acuerdo’. Por lo que Dios dice y lo que tú dices, no hay fuerza en el cielo o el universo que puedan impedir que esto suceda”, dice el Señor de los Ejércitos.

¡Es tiempo de restauración! ¡Es tiempo de restauración! Es un tiempo para la amputación. Dios dice, “En los campos de batalla le digo a mis jefes y guerreros, ‘No dejen a nadie respirando, ampútenlos, quítenles los pies, los dedos y las uñas para que no tengan poder para aferrarse y caminar por tu territorio’”. “Este día”, por el Espíritu Santo, “hablo estas palabras que oí, donde nadie puede tomar nada de ti y caminar por tu territorio, ¡amputación!”

Dios le habló a los gobernadores y le dijo a los reyes antiguos, “Cuando veas a tu enemigo, no lo evites. Quítale el poder para arrebatar”. Déjame decirte algo, no estoy hablando del diablo, sino de los poderes de las fuerzas que trataron de hundirte y anular tu imaginación santa. Ves, el enemigo trató de hambrear tu imaginación y Dios dice, “Te devolveré la imaginación entregándote pensamientos elevados porque el tiempo del hambre llegó a su fin”, dice el Señor.

Hay gente en este edificio que tienen hijos que nacieron con algún defecto porque el enemigo tiene miedo de esta generación por lo que hará. Los gemelos que se suponía debían nacer, fueron removidos antes de tener una chance para pelear, antes que tuvieran una chance. Dios dice, “Este es un tiempo de restauración, este es un tiempo de refrigerio y un tiempo donde lo milagroso está a punto de ocurrir. Si remueves el poder de lo sobrenatural, si remueves el poder de los milagros en mi Iglesia, acabas de remover a Dios. Pero no es así, porque hay gente que dijo, ‘Oh no, tendremos más que nuestros antepasados, tendremos intervenciones divinas’”.

Necesitamos una amputación y una restauración en la Iglesia. Declaro que el poder de Tu palabra para arrancar toda escasez, toda mentira y todo pronóstico, los balances bancarios cambiarán y habrá intervenciones sobrenaturales. ¿Por qué los guerreros están tan callados? Dios dice, “¡Déjame oír si crees que puedo cambiarlo para ti!”.

Ahora mismo, en todo este edificio y todos aquellos que escuchan mi voz, Dios comenzó justo desde el principio, desde el comienzo, porque alguien tomó la palabra profética que se anunció. ¿Hay alguna casa que reciba la promesa que aún no se manifestó en la nación? Hay alguna casa en este lugar que dirá, “Si, recibo la promesa hecha a la nación desde hace mucho tiempo”. Porque Dios dice, “Antes de sacudir la nación, necesito gente que tomará las promesas y permitirá que afecte sus casas”. Cualquiera que diga, “Mi casa es Tu casa”, agite sus manos y tome la promesa ahora mismo.

Jesús, te agradecemos por tomarnos desde la nada y hacernos alguien ante tus ojos.


Kim Clement

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