lunes, 8 de febrero de 2010

“La palabra con T: Una profecía para el 2010”

 

Por Sean Feucht

clip_image002La palabra con “T”

Estoy cansado de esto. Es una palabra que honestamente estoy enfermo de oír una y otra vez en los últimos meses y años, simplemente me cansó. A pesar de mis sentimientos personales sobre el tema, no me pude despegar de este sonido. Cuando observo las noticias, leo los periódicos, hablo con mis amigos o paso algún tiempo en oración y ¡allí está de nuevo! Esta expresión me estuvo rondando por meses y continúa resonando en mis oídos ahora. También se utilizó con frecuencia en casi todas las esferas de la sociedad para describir el estado de la humanidad en nuestros días. El mundo de la política, la economía, los deportes, la medicina y aún la Iglesia, están utilizando esta palabra para describir el cambio significativo que está sucediendo: Transición.

Revelación en el mundo

Cada líder y director del movimiento Arde 24-7 por todo el mundo, estuvo buscando el corazón de Dios de una manera consagrada, pidiéndole una perspectiva fresca para el año 2010. Fue un tiempo donde hubo encuentros muy fuertes en la presencia de Dios. Nuestro equipo tenía la carga y la resolución para no ser haraganes y tropezar con el letargo de decir que un año más se limita a cambiar el 9 por el 10 en nuestros calendarios. Debemos ser guiados por una revelación, una intuición y una unción frescas, mientras literalmente nos introducen en un nuevo tiempo por todo el mundo, ¡estemos listos o no! Así como José, Daniel y aún los hijos de Isacar en la Biblia, anhelamos ser un pueblo que aún la gente del mundo nos convoque a interpretar “los tiempos y las estaciones”.

Durante nuestro ayuno tuve que desempacar una cantidad ridícula de cajas en mi nuevo hogar y allí Dios comenzó a hablarme. Estaba cansado, un poco irritado y muy ofuscado por todo el trabajo que tuve que realizar durante los días que estuve en mi casa. En este lugar incómodo, Dios decidió mostrarse y entregarme algunas cosas frescas en mi espíritu. Pienso que es gracioso ver cómo a Él le encanta elegir el momento menos indicado para revelarnos su perspectiva celestial. No siempre ocurre durante momentos de oración profunda, adoración o búsqueda, cuando sentimos que estamos más preparados para oír. Creo que a Dios lo atraen nuestra rutina, nuestras actividades normales y aún las partes más aburridas de nuestra vida. ¿Qué sucedería si Él se deleita en habitar con nosotros durante el 98% de nuestro tiempo que pasamos fuera de los servicios en la Iglesia o cuando no estamos orando? Ese es sólo un pequeño pensamiento en el cual podemos meditar.

Aquí está una vez más

Hace poco, mi esposa Kate y yo nos mudamos a Harrisburg, Pennsylvania por un sueño, una palabra y un antojo. ¡En serio! Dios secuestró violentamente nuestros sueños de California y nos llevó de regreso a la Costa Este para impartir su fuego sobre jóvenes predicadores y músicos como David, llenándolos con su gracia y su fe para derribar al gigante del humanismo que se levantó sobre una generación. Una hermosa comunidad de amados nos recibió con los brazos abiertos y nos sentimos atrapados por el remolino del destino.

Aquí me encuentro, en medio de la tundra fría y llena de nieve del Noreste (muy lejos de Texas). Mientras pasaba el tiempo desempacando los últimos cuatro años de mi vida (en realidad nunca se desempacaron) en una casa antigua, poco familiar y llena de polvo; Dios me habló. La palabra infame, repetitiva y fastidiosa que me esforcé por alejar de mis oídos, volvía una vez más: Transición. Pude oír las palabras del Espíritu: “Es el año de la mayor transición en la historia de la humanidad”.

Inmediatamente vino a mi mente el pasaje de 2 Corintios 3:18: “Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu”.

El estado perpetuo

Aunque oí este verso muchas veces antes, la revelación fue que somos hijos e hijas de Dios que vivimos como mortales en la tierra, pero en un estado perpetuo de transición. No es la mayor o la última retórica cristiana, sino una verdad bíblica fáctica. Con cada respiración y latido, y con cada tarea mundana de la vida, está ocurriendo una gloriosa transformación. Fuimos atrapados en una “gloria creciente” y estamos en transición para vernos más y más radiantes, ¡así como Él! Quizá por ahora no nos sintamos siempre radiantes (especialmente cuando desempacamos una casa), pero está ocurriendo con seguridad.

Mientras estaba sentado en el piso de madera de 70 años y muy frustrado con la lista de “cosas por hacer” delante de mí, era como si Dios me dijera: “¡Mejor te adaptas a esto y no te sientas muy cómodo con tu vida! Hijo, ¡no te olvides por qué estás aquí y hacia dónde vas! Este es el año donde harás la transición más grande y más profunda de tu vida. Así que, ¡prepárate!”.

En ese preciso momento, descendieron sobre mi corazón una gracia sobrenatural y una perspectiva celestial para recibir y atrapar esta revelación. Me permitió la oportunidad de regocijarme en este camino como una criatura peculiar y extraterrestre, en un planeta que no es mi verdadero destino final. Comencé a desechar los sentimientos de fastidio e invite a la transición del Espíritu a barrer mi vida para sincronizarme con el corazón del Señor.

Hasta el mundo lo sabe

Así como muchas estructuras, sistemas y criaturas en la tierra pueden sentirla y están profetizando acerca de esta transición global, debemos estar más dispuestos a recibirla. Están buscando respuestas, un sentido claro y a la Persona que vendrá. Me sentí sacudido por esto hace unos días mientras caminaba por Times Square en New York. Estuve charlando con una empleada de una tienda de descuentos, sólo unos días antes de la reunión mundial en sus calles para recibir el año nuevo.

En ese momento nos reunimos cruzando el río Hudson en un gran depósito lleno de cientos de adoradores salvajes que gritaban apasionados. Era una combinación intensa, cruda y hermosa mientras clamábamos al Cielo para que el Espíritu se derramara sobre la nación a través de 100 horas de adoración y oración furiosas. Fue la celebración más épica de año nuevo de la cual participé.

Volví a preguntarle a la trabajadora de la tienda qué pensaba sobre el año nuevo. Me respondió diciendo: “No estoy muy segura… pero siento que viene algo grande… todos lo sentimos”. Estaba asombrado por su percepción profética y me di cuenta que Dios estaba soltando el mismo sentir de anticipación, aún entre los perdidos del mundo. Por eso Romanos 8:19 resalta: “La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios”.

Padres a hijos

Bien, ¿adivine qué? Aquí estamos. Es tiempo de despertar a la revelación de nuestro llamado supremo y quitarnos el yugo del cinismo, la desesperanza y la falsa humildad. Esas excusas y enredos no le servirán en el año 2010. Permita que el Espíritu de fe y la gracia se levanten para concentrarse en la desesperanza de la humanidad. ¡Estas son las horas más grandiosas de la historia del mundo!

Con la desaparición física de muchos grandes hombres y mujeres de Dios en nuestros días, hay una gran cantidad de mantos, llamados y comisiones que están esperando que una generación atrevida los recoja. Esta transición es de padres a hijos y de madres a hijas. Entre ellas podemos ver evangelistas, predicadores, pioneros y hombres y mujeres de una gran fe como Jill Austin y Oral Roberts. Conocí a Jill por algunos años y viajé con ella a Tierra Santa. También estudié en la Universidad Oral Roberts en Tulsa, Oklahoma, donde obtuve mi título. Por eso trabajo con una generación para alcanzar este legado desde donde ellos lo dejaron. El testigo cambió de manos y no tenemos otra opción que correr la carrera marcada para nosotros.

Abracémoslo

Los sacudones, cambios y transiciones actuales continuarán y debe ser así. No sólo continuarán en esta hora, aumentarán y acelerarán. ¡Abracémosla! Permita que el Señor limpie su corazón con agua pura y limpia, preparándolo para la transición más grande y dinámica que el mundo haya visto en este año.

Viene una excitación genuina, una emoción increíble y lo impredecible del Espíritu a la Iglesia en Occidente, ¡por eso debemos darle la bienvenida! China, Nepal y partes de Medio Oriente están listas para cosechar el fruto de esta explosión del Reino y la transición en nuestros días. Los milagros, señales, maravillas y salvaciones, están ocurriendo en una cantidad sin precedentes. Ahora es el turno del resto del mundo para entrar en ello. Por eso se está derramando un mayor nivel de gloria en la accesibilidad de su presencia que ni siquiera nos reconoceremos a nosotros mismos por su gloria sobre nuestra vida durante este año.

Abracemos y demos la bienvenida a la mayor transición de la historia de la humanidad.

Sean Feucht

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