Por Luke Holter
El Señor dijo: “Prepárate para un despliegue literal de mi gloria en el terreno público”. Este es un gran testimonio de la bondad de Dios que vendrá por los medios de comunicación y la industria del entretenimiento. Creo que estos testimonios se utilizarán para proveer oportunidades para que el mundo se maraville ante el poder de Dios. Estos testimonios pueden comenzar en las noticias por personas que, repentinamente, tienen un corazón agradecido por recibir el toque y el poder de Jesús.
Creo que estamos ingresando en un tiempo de grandes señales y maravillas. Los últimos meses estuve estudiando el libro de Lucas y parecía que no podía ir más allá de la historia de la mujer con flujo de sangre. Siento que ahora mismo estamos en la cúspide de una cosecha increíble con señales y maravillas. Estamos en un tiempo kairos de una gran dispensación del poder de Dios, soltándose en las vidas de los perdidos y quebrantados.
Se soltó el poder de Dios
Lucas 8:43-47 dice: “Había entre la gente una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias, sin que nadie pudiera sanarla. Ella se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, y al instante cesó su hemorragia. ¿Quién me ha tocado? preguntó Jesús. Como todos negaban haberlo tocado, Pedro le dijo: Maestro, son multitudes las que te aprietan y te oprimen. No, alguien me ha tocado, replicó Jesús; yo sé que de mí ha salido poder. La mujer, al ver que no podía pasar inadvertida, se acercó temblando y se arrojó a sus pies. En presencia de toda la gente, contó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante”.
En esta historia de la mujer con flujo de sangre, vemos a una mujer desesperada que trató de todo para ser sana. Vemos a una mujer que estaba desesperada por un toque. Ella reconoció al Mesías y atravesó la multitud para tocar el borde del manto del Señor. Creyó que Jesús tenía la habilidad para devolverle la plenitud.
Bien, creo que esta es la oportunidad que la Iglesia tiene en este tiempo: Llevar el poder de Cristo hacia el mundo para sanar, liberar y restaurar a todos los desesperados por un toque. Estamos rodeados por un pueblo desamparado y abusado, por eso debemos llenarnos de compasión por aquellos que no se reconciliaron con Dios.
Estaba sentado en mi casa con mi esposa y comencé a meditar en el pasaje de Lucas 8. En ese momento, todo mi corazón se llenó de compasión y el Espíritu Santo comenzó a dialogar conmigo sobre esta historia. El Espíritu Santo me habló lo siguiente: “Estoy llamando a aquellos que tienen problemas y están listos para atravesar la multitud de sus circunstancias hacia el lugar de una verdadera relación con Jesús. Estoy encontrando a aquellos que se apartaron para buscar con desesperación un toque de Jesús. Estoy alcanzando a los perdidos para que puedan llevar un gran testimonio a la Iglesia y al mundo por lo que hice por ellos”.
La mujer con flujo de sangre atravesó la multitud con desesperación para alcanzar y tocar a Jesús. Cuando Jesús sintió que el poder salió de Él, se detuvo y preguntó quién lo había tocado. Existen muchas razones por las que Jesús se detuvo a reconocer a la mujer que lo tocó. Creo que una es porque Jesús quiso restaurarla en público. Si se hubiera sanado en privado, luego la habrían lapidado por sus acciones y por no declararse a sí misma como impura. La otra razón por la que creo que Jesús la llamó al frente, fue para mostrar su gran fe y edificar la fe de otros cuando compartiera su testimonio.
¿Puede ver el desarrollo de esta historia? Ella atravesó la multitud porque creía en Jesús como el Mesías. Luego que su fe operó, fue reconocida ante Dios y los hombres. Cayó de rodillas cuando vio que no se podía esconder. Siento que el Espíritu Santo dice que la mujer cayó de rodillas como un símbolo profético del lugar secreto de oración y luego comenzó a dar su testimonio poderoso para que muchos de los que la vieran se asombraran.
Siento que el Espíritu Santo dice: “Esto es lo que estoy a punto de hacer. Estoy provocando un gran despertar donde los perdidos se encontrarán conmigo con desesperación y llevarán sus testimonios a la Iglesia, los medios de comunicación y el mercado. Muchos serán salvos por el poder de sus testimonios”.
Luke Holter
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