Por Kathie Walters
¿Sabía que a Dios le agrada reparar las cosas rotas?
Cierta vez vino a mi casa un hombre a reparar algo y recuerdo que me dijo cuánto le agradaba arreglar algo para que volviera a funcionar. Bien, Dios me que también es así. Recientemente me habló y me dijo: “Amo reparar las cosas y a la gente quebrada para que vuelvan a funcionar”.
Él repara los corazones quebrantados, sana las heridas, cicatriza los huesos rotos, endereza piernas torcidas, restaura los lugares desérticos y restaura los lugares devastados por la enfermedad. Es el Sanador de nuestros corazones y el Amante de nuestra alma, el Restaurador de brechas y nuestro mayor Amigo.
Tuve una visión donde me vi a mi misma ante el trono del Señor, empujando una silla de ruedas donde estaba sentado un niño. Dios estiró su mano y el tocó al niño, quien saltó de la silla. Luego llevé a una mujer con cáncer. Puse mi mano sobre su hombro, Dios la tocó y ella volvió a sonreír. Dios estaba muy contento por reparar a esta gente quebrantada. Sea emocional, físico o espiritual, es el service Celestial que repara al hombre. Él impartió sobre usted el mismo deseo por ver a la gente volviendo a funcionar. Llévelas hacia el trono del Señor o haga como Pedro en la Puerta La Hermosa, estire su mano y declare: “De lo recibido te doy”. Pedro estiró su mano y ayudó al hombre a levantarse. Jesús es el Restaurador. Esa como ser un técnico en reparaciones.
A veces el enemigo aborta las cosas más preciadas en nuestra vida. El espíritu religioso puede abortar la unción y los dones en las vidas de las personas, pero Dios es el Restaurador y el Reparador. Si confiamos en Él y decidimos ser sinceros con Él, restaurará lo que tomó el ladrón. Recuerde que su lealtad principal es hacia el Espíritu Santo, porque es el Espíritu de Verdad. No se puede aliar con cualquier cosa que no sea la Verdad.
Dios es su Rescatador y tiene el mayor sistema de asistencia jamás concebido
¿Sabía que Dios también es un Rescatador? ¿Alguna vez estuvo en una situación sin esperanzas? Mi amigo, el Pastor Alan, de Kodiak, Alaska, estuvo en el agua helada por 10 horas cuando su bote pesquero se volteó. Había olas de cuatro metros y nadie sabía dónde se encontraba. Era una situación oscura. Se podría decir que esa es una situación bastante desalentadora, ¿cierto? Pero Jesús lo rescató de una manera milagrosa.
Hace poco volví a Hawaii y un amigo me contó sobre un hombre que asistió a la reunión la semana anterior. Estaba casi listo para ser salvo y salir del Hinduismo. Mientras entraba en el estacionamiento, retrocedió con su auto y le pegó a un poste, haciéndole una gran abolladura. Pensé que era un buen auto y por eso estaba preocupado. Durante la reunión se sanó físicamente porque Dios es el Reparador. ¿Sabe qué ocurrió mientras el hombre conducía hacia su casa? La abolladura de su auto también se reparó. Jesús es capaz de “salvar hasta lo último”.
Él es el Reparador, desde lo más pequeño hasta lo último, sobre su familia, usted mismo, su trabajo, su Iglesia o su bienestar. Dios tiene el mejor sistema de asistencia que jamás se haya concebido. Cuida de todo sobre nuestro bienestar, porque desea todo el bien para su vida. Jesús hizo provisión por medio de su muerte en la Cruz y su resurrección, abarcando todo su ser porque Él desea nuestro bienestar.
“¿Quieres ser sano?”
Estas fueron las palabras que le dijo Jesús al hombre que estaba postrado junto al estanque de Betesda (Juan 5). El hombre esperaba junto al estanque con muchos otros enfermos. Era obvio que quería ser sano o no estaría allí. Entonces, ¿por qué Jesús hizo una pregunta con una respuesta tan obvia? Es como preguntarle a alguien que está tomando sol, “¿Quieres broncearte?”.
Bien, creo que Jesús estableció un punto al llevar al hombre a pensar acerca de lo que quería y sus posibilidades. En este caso, no hubo responsabilidades porque no era capaz de meterse dentro del estanque para ser sano. Jesús le dijo: “No te preocupes por el agua, toma tu lecho y anda”. El Reparador celestial reparó la desesperanza y también sanó el desaliento, pero como un valor agregado, también sanó su cuerpo.
Nada es automático, recibimos por fe lo que Él proveyó. Él hizo que todas las cosas estén disponibles, ¡pero debemos recibirlo! El Reparador del hombre ama reparar, sanar y perdonar porque rescata, restaura y repara.
Kathie Walters
1 comentario:
Gracias en verdad por este msj tan hermoso, lleno de sabiduría y tan sencillo de leer y de poder "duplicar"
La mejor de las bendiciones para todos
José Luis Modroño Rosa
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