Por John Mark Pool
Malaquías 4:6 dice: “Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra con destrucción total”.
Dios es amor, por eso se enfoca en la reconciliación y en la transformación. Cuando Jesús vino a la tierra y completó su trabajo en la carne y en el Espíritu, Dios mantuvo su Palabra que transformaría por completo todas las cosas perdidas para que se vuelvan a relacionar con Él. Puede estar seguro que en un mundo que está cayendo cada vez más en la agitación, este es el día para que los cristianos sean el medio de reconciliación de los perdidos y heridos para que regresen al corazón del Padre.
Un memo del Cielo
Recientemente tuve un encuentro que transformó el mensaje de mi corazón para soltar esta palabra de Dios, específicamente para EEUU y las demás naciones. Un ángel me visitó en medio de la noche. Me desperté de un sueño profundo por un toque ligero en mis pies, noté una luz muy brillante ante los pies de mi cama. Estaba muy erguido y vestido con un atuendo blanco brillante, sostenía en su mano un memo luminoso de Dios. Como levantaba ese memo justo delante de mí, era simple y fácil de leer. Le pregunté quién era y me dijo: “Soy el mensajero del trono de Aquel que amas, soy el ángel de la transformación”.
Tenía toda mi atención y le agradecí el memo. Luego me dijo: “¡Léelo en voz alta para mí!”. Obedecí rápidamente y hablé con resolución las siguientes cuatro palabras, mientras el memo cobraba vida.
· Fuego
· Viento
· Sacudones
· Transformación
Mientras leía la palabra Fuego, las letras literalmente se encendían en fuego y chispeaban como si estuvieran en llamas. Después cuando leí la palabra viento, las letras comenzaron a soplar y a moverse como si el viento las agitara. Luego cuando hablé la palabra sacudones, comenzaron a sacudirse vigorosamente en el memo. Finalmente, cuando hablé la palabra transformación, las letras comenzaron a brillar y a saltar con una luz dorada muy brillante, trémula y gloriosa.
Cuando terminé de leerle estas cuatro palabras al ángel de la transformación, dijo: “Entrega este mensaje por dondequiera que vayas”. Repentinamente, el ángel se desvaneció y me senté pensando en este mensaje simple. Inmediatamente me sentí impulsado a escribir este “memo del cielo” y volví a dormir.
Más tarde esa misma mañana, el Señor me llevó a mi lugar secreto para escribir acerca de esto. Mientras buscaba más revelación de Dios, ponía mucha atención a cada palabra. Luego las palabras una vez más cobraron vida con nuevos mensajes adicionales que venían desde la realidad gloriosa del Cielo.
Cada vez que hablo o escribo las palabras del memo, el fuego santo grababa un sentido revelador que ardía en mi corazón. Dios reveló su motivación. Quiso compartir su primer deseo de su amor apasionado con toda la gente del mundo a quienes les envió a su Hijo para que los transformara.
El Señor me dijo: “El fuego de mi deseo es ver a mi pueblo restaurándose hacia mi corazón”. Habló con esa voz clara, pequeña y firme que quería que su propia creación lo anhelara y lo deseara a Él, como Él los deseaba a ellos. Abba Padre se reveló a sí mismo y se aseguró que esta nota de amor fuera entregada a toda la gente. Dios nos está diciendo que este fuego es la pasión de su corazón por su creación y su deseo de intimar con ellos, para encender los corazones de todos sus hijos que Él es y será por siempre amor, lo suficientemente fuerte como para transformar aún la muerte en vida. ¡Nada es imposible para Dios!
Viento
La visión de las letras agitándose en la palabra “viento” del memo, quedarán grabadas para siempre en mi corazón. Cada letra volaba como si un viento recio se soltara del Espíritu Santo durante la visita del ángel de transformación. Dios me hizo resaltar el viento como el “ruaj” (aliento del Espíritu Santo) que quiere “volver a soplar su Espíritu renovador y fresco para traer nueva vida para todos los perdidos y los corazones desolados”.
Génesis 2:7 dice: “Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente”.
El Señor enfatizó que el aliento del Espíritu Santo es el viento más que suficiente para transformar esta nación para que se vuelva a su corazón. Debemos experimentar y activar el soplo de la unción del Espíritu Santo para desatar el aliento santo del amor de Dios sobre muchas personas heridas. Mientras estas personas se dan cuenta que estuvieron perdiendo sus vidas, comenzarán a ser guiadas por el Espíritu Santo y estarán preparadas para recibir su soplo transformador. El Señor me recordó la visión del profeta Ezequiel en el valle de los huesos secos: “Así dice el SEÑOR omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir” (Ezequiel 37:5).
Parte de la cojera actual en el Cuerpo de Cristo, ha sido por respirar demasiado tiempo las mentiras tóxicas del enemigo. Decretamos que estas toxinas de engaño se purgan y se limpian del Cuerpo de Cristo, ¡en el Nombre de Jesús! Hoy, llenos del poderoso “aliento de vida del Espíritu de Dios”, decretamos el poder transformador de la vida de Cristo y soplamos sobre toda la gente quebrantada, desalentada y perdida.
En una visión volví a recibir con claridad la palabra “sacudimiento”, recordándome estos versos: “… porque así dice el Señor Todopoderoso: Dentro de muy poco haré que se estremezcan los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme; ¡haré temblar a todas las naciones! Sus riquezas llegarán aquí, y así llenaré de esplendor esta casa, dice el Señor Todopoderoso” (Hageo 2:6-7).
Cuando leí este pasaje, el viento de la unción comenzó a sacudir y hacer reverberar mi corazón. Literalmente pude sentir el corazón del Padre latiendo junto al deseo de atraer a la gente hacia Él una vez más. Será el despertar más poderoso de Dios que hayamos experimentado alguna vez. En lugar de permitir un diluvio como el que destruyó a todas las criaturas vivientes una vez, esta vez Dios está usando su Palabra para sacudir las naciones para que se vuelvan hacia Él.
Dios está llenando su corazón de deseo por su pueblo para que entre en comunión íntima con Él. Muchos judíos vendrán al Padre aceptando masivamente a Jesús el Mesías, como su Señor y Salvador. Este sacudimiento marcará esta nación y cambiará la faz de la tierra en muy poco tiempo, comenzando por las naciones de Medio Oriente. Israel es una clave para nuestra nación. El mundo comenzará a ser sacudido para que regresen al corazón del Padre en este tiempo de un gran avivamiento. Este sacudimiento no lo podrá detener la mentalidad carnal de la gente o el engaño del enemigo. Este sacudimiento “golpeará nuestros corazones” para que vuelvan a latir al ritmo de nuestro Creador.
Todo el mundo experimentó demasiados sacudones desagradables. El sacudón que vendrá será un “terremoto provocado por el viento del Espíritu Santo”. Sacudirá los EEUU y el resto del mundo. La gente caerá de rodillas para arrepentirse y volver sus corazones al Señor.
Transformación
El Señor dejó grabado en mi corazón que su deseo era restaurar lo que se había perdido y que su pueblo sea transformado a su imagen como el oro puro. Debemos enfocarnos en el deseo del corazón del Padre y dejar fuera de la ecuación a nuestro pensamiento humanista y nuestra mentalidad carnal.
Romanos 12:2 dice: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”. Esta vez el avivamiento provocará una transformación global mayor y muchas naciones comenzarán a volverse al Señor en un sólo día. El Padre resaltó en un color dorado nuevo, brillante y celestial la palabra “transformación”, así como la pude ver en el memo que trajo el ángel de transformación. Este oro puro no pertenecía a la tierra y representa el cambio completo de los corazones que se vuelven al Padre para ser purificados y libres de cualquier defecto de este mundo.
Mientras meditaba en la palabra “transformación”, el Padre le habló gentilmente a mi corazón que nos había dado la habilidad no sólo para ser libres de todo pecado, sino para movernos a lo largo de un proceso de purificación que determinará nuestro crecimiento hasta ser transformados a la imagen de su Hijo. Este proceso de “fusión” nos tomará a cada uno de nosotros y nos llevará hacia nuevos niveles de crecimiento, transformándonos de gloria en gloria.
2 Corintios 3:18 dice: “Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu”.
El Señor quiere que sus redimidos maduren en el “fuego refinador”. Cuando les ofrecemos su amor a los que se encuentran desesperados por recibir el “amor verdadero”, verán a través de nuestras vidas la imagen de nuestro Abba Padre, en la medida que nos comprometemos cada vez más con nuestros llamados. Esta es una clase diferente de transformación que nunca antes se vio en la historia. Aún puedo oír el aliento de Dios atravesando mi ser con su voz penetrante: “Como en los días de Ester, en este tiempo la Novia de Cristo será transformada para ser una transformadora”.
2 Corintios 5:15-20 dice: “Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado. Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios”.
Es tiempo de transformación
El Señor envió al ángel de transformación para despertarnos del sueño, entregarnos el mensaje de activación para nuestras vidas y así producir un cambio genuino para llevarnos hacia la imagen del corazón de nuestro Padre. Así todo el mundo comenzará a anhelar su corazón. En la medida que nos apegamos a nuestro “proceso” para ser más como Jesús, podremos ofrecerle el Mesías a la gente herida, demostrando que la justicia del Padre es nuestra, porque la obra de la Cruz ya fue consumada.
Tenemos una carta de amor perfecta del Cielo que nos llegó a través de Jesús, porque es el precio máximo que se pagó por nuestra transformación. En esta carta de amor, el viento de la unción del Padre ahora está soplando un mensaje fresco de su corazón de fuego santo. El sacudimiento por la Palabra de Dios, es su corazón hacia nosotros para que podamos ser transformados a su imagen y comenzar a ser los verdaderos mensajeros del ministerio de la reconciliación. ¡Hoy es el día de salvación que transformará nuestra vida! Es nuestro tiempo para ser transformados y permitir que Dios transforme nuestra familia, nuestra nación y el mundo. ¡Es tiempo de transformación!
John Mark Pool
(www.elijahlist.com)
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