sábado, 2 de agosto de 2014

Nubarrones espesos y oscuros: Una visitación divina que trae la justicia de Dios

 

Por Paul Keith Davis

 

clip_image002Hacia finales de Abril, nuestro ministerio organizó una Escuela del Espíritu de tres días. El lunes 28 de Abril, el tema del servicio de la noche se centró en los “vientos de cambio”. Para nuestra sorpresa, poco tiempo antes de la reunión, los vientos y la lluvia comenzaron a caer de una manera extraordinaria sobre el sur de Alabama, en la región de Pensacola. Más de 20 pulgadas de lluvia saturaron el área en las siguientes 24 horas, con una concentración sin precedentes de 7 pulgadas en una sola hora.

 

Mientras la inundación y el daño fueron descomunales, también evaluamos esta situación para ver si había algo que nos quería decir el Señor a través de todo esto. Oré seriamente sobre este punto y sentí que había una gran cantidad de mensajes, pero había uno central que prevalecía. El Salmo 97:2 dice: Oscuros nubarrones lo rodean; la rectitud y la justicia son la base de su trono.

 

clip_image004Ver al Señor llegando en nubarrones densos y oscuros, habla de una visitación divina que trae la justicia de Dios. Este tipo de visitación es como una espada de dos filos. Producirá juicios y bendiciones al mismo tiempo, favor y gracia sobre los justos y disciplina sobre los impíos. Los que se mantuvieron fieles por medio del arrepentimiento y la intercesión, encontrarán que este tiempo producirá limpieza y bendición.

 

Seremos limpios y santificados por el Espíritu Santo para que podamos participar de su naturaleza divina y su carácter santo. Más aún, experimentaremos la liberación del Espíritu de Verdad de una manera profunda para tratar con el pecado de incredulidad dentro de la Iglesia.

 

Juan 16:8-13 dice: Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio; en cuanto al pecado, porque no creen en mí; en cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrán verme; y en cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado. Muchas cosas me quedan aún por decirles, que por ahora no podrían soportar. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.

 

Tenemos el privilegio increíble de vivir en la generación que testificará el despliegue de los grandes misterios y los secretos ocultos reservados para los “tiempos del fin” (vea Daniel 12:4). Damos gracias que el Espíritu Santo está comenzando a desatar “cosas grandes y poderosas” relacionadas con nuestro mandato profético. Estas directivas escriturales imparten visión con entendimiento, concerniente a la revelación de su gloria y su naturaleza.

 

Su naturaleza divina

Las Escrituras estipulan que tenemos sus promesas preciosas y magníficas por medio de las cuales podemos ser partícipes de su naturaleza divina, a través del conocimiento verdadero de Cristo (vea 2 Pedro 1:4-8).

 

El tiempo del fin es un período para revelar y reinstalar grandes verdades y exponer las cosas ocultas de las tinieblas. Una compañía de creyentes vencedores comenzará a “probar la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero” (vea Hebreos 6:5). Por el contrario, los que no fueron fieles a la palabra de Dios en este tiempo, padecerán la corrección y la disciplina divinas.

 

clip_image006La justicia y la rectitud son el fundamento de su trono. Para que haya una verdadera manifestación de la presencia del Señor, debe haber un fundamento de Justicia y Rectitud sobre el cual se establece su autoridad. Estos dos pilares constituyen el marco para la verdadera autoridad real. La Biblia nos dice que los “vencedores” serán pilares en el templo de Dios.

 

Apocalipsis 3:12 dice: Al que salga vencedor lo haré columna del templo de mi Dios, y ya no saldrá jamás de allí. Sobre él grabaré el nombre de mi Dios y el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios; y también grabaré sobre él mi nombre nuevo.  

 

Salmo 89:14-15 dice: La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, y tus heraldos, el amor y la verdad. Dichosos los que saben aclamarte, Señor, y caminan a la luz de tu presencia….

 

Debemos ser los pilares de la justicia y la rectitud a través de quienes el Señor ejecutará sus juicios en la tierra. Con la madurez seremos árboles de justicia que cargarán ese fruto que refleja sus atributos divinos.

 

El Señor, nuestra justicia

En Jeremías 33:16, el Señor primero se revela a sí mismo como Jehová Tsidkenu: El Señor, nuestra Justicia. Un Dios justo pronunció la muerte como el castigo por el pecado. Aunque el mismo Dios se hizo carne, la vara de justicia, para probar la muerte en lugar de todos los pecadores y proveer la justicia transferida o imputada por medio de su gracia.

 

Cuando el Señor descendió ante Moisés en una nube, lo describió como compasivo y manso, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad. Aun así, no pasó por alto el castigo por su falta (vea Éxodo 34:5-7). El clamor del corazón del Espíritu es para que haya arrepentimiento y nos volvamos al Señor, sólo así pueden venir tiempos de refrigerio desde su presencia, proveyendo verdadera justicia.

 

En el Antiguo Testamento existe revelación evidente de Israel como una nación que busca justicia, aunque en su deseo apasionado por la justicia, la gente descubre su propia injusticia. Por tanto, nos transformamos en un pueblo que buscamos con corazones de pureza y comunión con Dios, en santidad y por su gracia. Dios siempre tendrá un remanente de gente en la tierra que lo busque a Él y su justicia.

 

clip_image008La justicia de Dios se nos reveló por medio de la Palabra escrita: La revelación de Jesucristo. Cuando se entregó la primera ley escrita con la forma de los Diez Mandamientos, reconocemos que los primeros cinco mandamientos tratan con una relación correcta con Dios. Los segundos cinco mandamientos se relacionan con una relación correcta con los hombres.

 

Todas las relaciones apropiadas primero comienzan con un entendimiento amplio y una relación con Dios mismo. Sólo después de tener el espíritu correcto y restablecer una relación con el Señor, podremos movernos hacia una correcta relación con nuestro prójimo, basada en un sincero amor fraternal. El Señor está buscando a aquellos que puedan caminar juntos en acuerdo y unidad, para que pueda derramar su unción sobre ellos.

 

clip_image010Cuando la justicia se estableció en los corazones de los creyentes por medio de la Palabra, luego podemos movernos hacia un aspecto superior de la justicia: La santidad. El Espíritu de santidad es el mismo poder de la resurrección que se describe en Romanos 1:3-4: Este evangelio habla de su Hijo, que según la naturaleza humana era descendiente de David, pero que según el Espíritu de santidad fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor”.

 

El gran poder de Dios se está soltando sobre nosotros por medio del Espíritu de santidad. El Señor desea establecer su justicia y su rectitud como un fundamento de su trono y su presencia manifiesta. Este poder manifestado de Dios reposa en la cruz, como se estipula en 1 Corintios 1:18: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios.

 

Mientras buscamos el rostro del Señor en medio de los momentos de intimidad espiritual y quietud, mucho más que su mano, seremos partícipes de su carácter santo por reflejar su imagen. Comenzaremos a conocerlo verdaderamente a Él y al poder de la resurrección, dentro del cual podemos incluir la participación en sus sufrimientos. El poder manifiesto de Dios es esencial para nosotros, si queremos ser la luz del mundo durante los próximos tiempos de grandes tinieblas.

 

Paul Keith y Wanda Davis

(www.elijahlist.com)

 

No hay comentarios: