lunes, 5 de octubre de 2015

Dios dice: “Permite que este tiempo cambie. Permite que termine”

 

 Por Kim Potter

 

clip_image002Pocos días atrás mi madre me recordó que el verano estaba llegando a su final y se acercaba el primer día del otoño. Comencé a pensar acerca de las estaciones. Para mí el verano se termina cuando completo el día donde envaso manzanas, hago salsa de manzana y gelatina de manzanas. Cuando siento que esto se completa, llega el otoño. Aun mientras escribo esto, el aire encrespado declara que el clima está cambiando. Las hojas se vuelven de colores brillantes y comienzan a caer sobre el terreno. ¡Cómo amo este tiempo del año!

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Este año pasado, pasé todo el día envasando manzanas, salsa de manzana y preparando gelatina para todo el invierno. En realidad, para mí eran unas pocas semanas antes, generalmente esto ocurre en octubre. Mientras estaba ocupada haciendo esto, me mantuve oyendo al Señor que me hablaba sobre algo en mi espíritu. Dijo: “Permite que esta estación cambie. Permite que termine”. 

 

Mientras pensaba que era extraño que el Señor me dijera que debía permitir que esto ocurra, escuché porque sabía que me estaba hablando una palabra oportuna. La palabra permitir se define como no impedir, dar permiso o una oportunidad para que algo ocurra. Aunque suena extraño que el Dios Todopoderoso nos instruya a permitir que algo ocurra, ¿cierto? Sin embargo, si leemos nuestra Biblia encontramos que Dios nos delegó un gran trato de autoridad para gobernar cosas en la tierra.

 

El Salmo 8:4-7 dice: ¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta? Pues lo hiciste poco menos que un dios, y lo coronaste de gloria y de honra: lo entronizaste sobre la obra de tus manos, todo lo sometiste a su dominio; todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo. Si Dios nos entregó el dominio sobre las obras de sus manos, como lo establece esta palabra, entonces podemos retrasar o impedir que ocurran las cosas en la tierra, como impedir que nuestra estación cambie.

 

Moviéndonos

¿Por qué querríamos impedir algo que Dios quiere hacer? ¿Por qué hacemos esto? Bien, podemos aferrarnos a un negocio que ya no nos da ganancias y Dios está diciendo: “Déjalo ir y avanza”. Quizá nos aferramos a un hobby que nos produjo placer en el pasado, pero clip_image006ya no lo disfrutamos y tampoco nos relaja. Quizá nos aferramos a relaciones que no nos conducen hacia donde Dios nos quiere llevar. Existen muchas cosas a las cuales nos aferramos cuando es tiempo de dejarlas ir y la mayor parte del tiempo lo hacemos porque tememos a lo desconocido.

 

Si retenemos las cosas que Dios está haciendo en nuestras vidas, nos estamos perdiendo lo próximo que Él quiere hacer con nosotros. Sumado a esto, si Dios ha dicho “déjalo ir” y continuamos aferrados a esa situación, lo estaremos haciendo en nuestras propias fuerzas y no en las suyas, porque Él ya no está en ese lugar. Desconozco lo que le está pasando, pero no quiero nada en mi vida que Dios no quiera para mí, aún si mi carne me está diciendo algo diferente.

 

Cuando Dios me habló para que “permitiera que la estación cambie y dejara que llegue a su final”, no se detuvo allí. Continuó hablándome y dijo: “Las cosas que eran ganancia en la estación pasada, no darán ganancias en la próxima estación. Las cosas que funcionaron en la estación anterior, no funcionarán en la estación que viene. Permite el cambio”.

                                

Una de las cosas que cambian con frecuencia son las fuentes de ingresos. Debemos dejar ir las fuentes de recursos del pasado para atrapar las fuentes del futuro. No podemos tener ambas. Cuando Dios nos dice que debemos permitir que cambie la estación y llegue a su final, es solo porque tiene algo mejor para nosotros adelante. Es solo porque nos está liberando de las formas antiguas y abriendo una puerta amplia para nuevas formas. Si Dios le está hablando hoy, recuerde dos cosas. Una, Dios es quien abre y cierra puertas (Apocalipsis 3:7). Dos, Dios puede abrir o cerrar las puertas, pero no nos hará caminar a través de ellas o alejarnos de ellas, esa elección es nuestra.

 

Aun mientras escribo esto, acabo de recibir un llamado de una persona a quien le manejé una propiedad. Hice esto durante siete años, pero esto también está llegando a su final. Esto no es debido a algo que haya hecho mal o algo que dejé de hacer, simplemente llegó el tiempo para el cambio de estación. Este llamado solo sirvió como una confirmación que Dios está cambiando mis estaciones. Sin embargo, no creo que Dios me esté hablando esto solo a mí. Creo que muchos de nosotros necesitamos oír esta palabra… Permita que la estación cambie. Debemos soltar lo que está impidiendo la manifestación de las cosas que vendrán.

No es cómodo dejar ir las cosas, especialmente si estuvieron funcionando durante años, pero tampoco es cómodo transitar un camino en el cual Dios ya no está. A veces nos aferramos demasiado a una estación en particular, necesitamos discernir cuándo es tiempo para resistir y cuándo es tiempo para dejar ir las cosas.

 

Siga su presencia

Recordaba una vez cuando Dios me dijo: “¿Puedo llevarte hacia un lugar donde tu fe sea inconmovible?”. En ese tiempo me estaba yendo bien en todas las áreas de mi vida. Sabía que ese “lugar” al cual Él me quería llevar no sería placentero y yo no quería ir. Sabía que era un lugar donde todo lo que podía ser sacudido, sería sacudido. Entonces le dije que no. Cuando dije esto, su silencio era ensordecedor. Eventualmente dije: “Sí Señor, sea tu voluntad y no la mía”.

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Desesperadamente quise mantenerme en esa estación donde todo iba bien, pero Dios se estaba yendo de esa estación. Para moverme con Él, tuve que empacar mi tienda y seguir su presencia. Me siento bien por haber tomado esa decisión. Así como ocurrió en el Antiguo Testamento, cuando su presencia abandona un lugar en particular, si queremos habitar en su presencia, necesitamos seguirlo aun cuando no podamos ver lo que viene. Ahí es donde brota la fe y nos transporta.

 

Pienso en la esposa de Lot. Dios envió gran liberación para toda la familia de Lot, aunque su esposa miró hacia atrás, a pesar de la advertencia de no hacerlo. Si hubiera mantenido sus ojos hacia adelante y se hubiera mantenido avanzando, hubiera caminado hacia la tierra de protección, provisión y bendición. Pero no lo hizo y por esa misma razón su viaje terminó prematuramente.

 

Creo que Dios tiene algo asombroso para muchos de ustedes. La pregunta es: ¿Permitiremos por la fe que esta estación termine sin ver con claridad lo que viene por delante? ¿Nos negaremos a retrasar el cambio de las estaciones? ¿Permitiremos que cambien las estaciones? Requerirá una acción de fe, un acto de nuestra voluntad. Eso es todo lo que requiere. Solo tenemos que decir: “Padre, no veo lo que viene por delante, pero confío en tu voluntad y permito que esta estación cambie. Produce el cambio en el Nombre de Jesús”.

 

La Biblia nos promete que Dios ordena los pasos de la mujer o el hombre justos. Creo que nuestros pasos están ordenados por el Señor. ¿Daremos estos pasos? Ore y pida discernimiento para ver lo que está reteniendo y Dios le demanda soltar. Ore y pídale a Dios si es tiempo de moverse. Pídale a Dios que le entregue paz sobre lo que está percibiendo de Él y luego avance, negándose a mirar atrás. Si Dios le está hablando hoy… entonces permita que termine esta estación.

 

Nota final: Tuve este sentir esta sensación en mi espíritu que está creciendo día a día, donde si puedo o si podemos dejar ir la estación anterior, cualquier cosa a la cual nos estemos aferrando, sea que nos parezca buena o mala, si verdaderamente la dejamos ir, ¡Dios abrirá una puerta grande y poderosa para nosotros! Esto es lo que estoy sintiendo… y esto es lo que me fortalece para decir: “Dios, que esta estación se termine, estoy de acuerdo contigo e iré donde tú me envíes”.

 

Kim Potter

(www.elijahlist.com)

 

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