Por Dr. Sandie Freed
El otro día, mientras me estaba apresurando para prepararme para el servicio del domingo en nuestra congregación, la voz del Señor vino para estrellarse contra mi mundo y me llevó literalmente a hacer un alto. En realidad, me sentía tan sobresaltada que se me cayeron todas las cosas al suelo, mi Biblia, el bosquejo con el mensaje y todo lo que había en mi cartera quedó desparramado por el piso. Por más que estiraba mi imaginación, no fue una pequeña y mansa voz. Fue una directiva clara que sentí por medio de una voz audible de Dios.
Escuché al Señor que me decía: “Dile a mi Iglesia que la estoy sacando de sus zonas de comodidad. Observa, porque estoy haciendo cosa nueva. Sí, estoy preparando un odre nuevo que albergará mi presencia y mi propósito para esta estación. Estoy exponiendo doctrinas que le impidieron a mi pueblo experimentar todo lo que deseo darles, soltar sobre ellos y hacer a través de ellos. Estoy derramando un vino nuevo y estoy removiendo lo viejo para poder derramar lo nuevo”.
Pude oír al Señor hablando sobre Isaías 43:19, con frecuencia a través de temporadas diferentes que experimentó el Cuerpo de Cristo. En realidad, decir que “¡Dios está haciendo cosa nueva!”, casi se transformó en un cliché cristiano. Cuando oí al Señor decirme esto, y permítame volver a decirle que lo hizo en un tono muy directivo, supe que me decía que debemos hacer un cambio y prepararnos para manifestar su presencia en una nueva manera. En realidad, muchos de nosotros estuvieron en preparación por un tiempo hasta ahora. Veamos este pasaje en su totalidad y luego avanzaremos para discutir los cambios que son necesarios para prepararnos para los nuevos odres.
Por favor, tenga en mente lo que dijo el Señor: “Estoy guiando…”. Esto significa que debemos observar con detenimiento y prestar atención a su liderazgo. Sabe cómo guiarnos. Por otro lado, nosotros debemos aprender a someternos y seguirlo. Ok, analicemos de cerca el pasaje de Isaías 43:19: “¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados”.
Note varios conceptos importantes:
1. Dios hará algo nuevo.
2. Ahora está surgiendo.
3. ¿No lo conoceremos?
4. Dios hará caminos en el desierto y ríos en la soledad.
Cuando Dios dice que está por hacer algo “nuevo”, tengo la certeza que hay un cambio involucrado. En este pasaje la palabra “nuevo” significa “fresco”, pero también significa “renovarse” y “reedificar”. Creo que este pasaje, en esta temporada, refleja que estamos a punto de experimentar algo nuevo, pero también una renovación. La palabra “renovación” implica una reparación o un reemplazo de algo. Piense acerca de esto por un minuto, Dios desea reemplazar un antiguo sistema de creencias y relaciones con Él (limitado por pensamientos, doctrinas, etc) con una relación, y una revelación actualizada y reparada acerca de Él.
¿Qué significa esto? Significa que Dios nos visitará íntimamente, su presencia será tan tangible que lo conoceremos con seguridad y lo veremos como es en realidad (ver 1 Juan 3:2).
Por tanto, muchos de nosotros estamos por experimentar una renovación de nuestra fe en Él. Si creemos que fracasamos o le fallamos a Dios en nuestra estación pasada, Él está reparando nuestro sistema de creencias y restableciendo las verdades de la gracia, la fe y la justicia. Saber que somos justos por la obra consumada en la cruz, nos estabilizará durante los tiempos de cambio. Esto se debe a que no importa qué ocurrió con nuestro tiempo pasado, Dios no removió su amor y sus bendiciones de nosotros mientras avanzamos hacia lo nuevo. Al conocer verdaderamente esto, nos arrepentimos y cambiamos nuestra manera de pensar acerca de nosotros mismos y sobre Dios. Entonces podremos correr con osadía a su trono y recibir una unción fresca para cambiar en nuestra nueva estación. Sígame, porque hay más.
Este cambio producirá una renovación y en medio de esto, se reedificará su plan perfecto para nuestras vidas. Nuestra vida, nuestra Iglesia, nuestra familia, etc; serán restauradas, más allá de lo que el enemigo haya hecho para derribar los planes y el propósito de Dios para. El Señor manifestará su intención original para nuestra vida y reestablecerá nuestro propósito. Sabremos qué está ocurriendo porque nos estará atrayendo hacia Él de una forma más íntima.
Nuestras vidas de oración se están reactivando y renovando mientras recibimos un enfoque fresco y estrategias divinas sobre cómo y cuándo orar. Además, conoceremos que está haciendo estas cosas nuevas porque experimentaremos su gracia y su amor de una manera innegable… y tendremos que darle toda la gloria porque reconoceremos el hecho que sólo Él pudo hacerlo. Sin embargo, hacer este cambio requerirá que escojamos seguir al Señor, dispuestos a abandonar nuestra zona de comodidad, nuestras doctrinas cómodas y nuestra mentalidad de comodidad.
¡A todos nos gusta la comodidad!
Inmediatamente me pregunté los cambios que estaban a punto de ocurrir en mi vida, en nuestra Iglesia local, en mi ministerio y, por supuesto, en el resto de la Iglesia. Daré por descontado que usted es como yo… a mí también me gusta estar cómoda. Piense acerca de todo lo que trae comodidad a nuestra vida, concentrándose primero en aquellas cosas que no tienen que ver con la religión. Prefiero usar zapatos cómodos que usar los que me lastiman los pies. Me gusta sentarme en una silla cómoda. Me gusta conducir un auto con asientos cómodos, especialmente asientos calefaccionados en el invierno y un buen acondicionador de aire para el verano.
La mayoría de nosotros somos iguales, ¡nos gusta demasiado la comodidad! Pero cuando el Señor comienza a guiarnos por un nuevo camino o comienza a ministrarnos lo que está en nuestra nueva estación para el cambio, nuestro botón parece estar predeterminado en “quédate con lo viejo, ¡desconoces cómo se verá lo nuevo!”. Sí, nos sentimos cómodos porque sabemos qué esperar y luego comenzamos a sabotear nuestro futuro al afincarnos en lo familiar.
¿Alguna vez pensó en lo que realmente significa la palabra “comodidad”? En realidad significa “ser libre del stress y la ansiedad, algo que se siente seguro y fácil”. Vuelva a leer la definición y notará que deseamos estar cómodos porque una zona de comodidad dice: “¡Quédate aquí y serás libre del stress, sintiéndote seguro en este lugar!”. La única manera en la que podremos experimentar verdadera estabilidad y paz, es siguiendo la guía de Dios.
Amado creyente, Dios está exponiendo cada área de nuestro sistema de creencias y doctrinas que nos impiden confiar por completo en Él para descansar solo en sus brazos. Esta debe ser la razón por la cual su Palabra directiva para mi vida enfatizó el hecho que “Él” nos guiará. Confiar en su guía, dictará nuestra rendición completa y nuestra necesidad de ser siempre “correctos”.
El Señor comenzó a revelarme lo concerniente a cómo nos convertimos en cómodos en nuestra vida, en nuestra actividad diaria y sí, aún en los servicios de nuestras congregaciones. ¡Pero el Espíritu Santo se está manifestando con un viento fresco como en Pentecostés! Su aliento está soltando un refresco sobre nosotros y nos sacudirá los pensamientos religiosos y las doctrinas de los hombres. Yo sé por los hechos que estoy sedienta por su presencia… y amados, hay una sed que probablemente todos estamos experimentando… ¡y eso se debe a que estuvimos atravesando una experiencia de desierto!
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Sí. Aunque estuvimos teniendo una gran Iglesia y maravillosos movimientos del Espíritu, ¡palidecen en comparación ante lo que Dios está por hacer! Si vuelve a mirar Isaías 43:19 y los conceptos que escribí, Dios dice que hará caminos en el desierto y proveerá fuentes en el desierto. Sí, muchos de nosotros estamos otra vez en una experiencia del desierto. Pero resista, ¡esto tiene un propósito divino!
Cuando experimentamos el desierto, hay una sed insaciable que solo se puede satisfacer por una experiencia fresca con el Señor. Él nos guiará hacia una experiencia del desierto, así como hizo con Israel, para su propósito. ¿Para qué? Para sacarnos de una mentalidad de esclavitud, los pensamientos atados a nuestras experiencias del pasado y a nuestro falso sistema de creencias acerca de Dios y de nosotros mismos. El Señor tiene una manera para guiarnos a través del desierto que nos hará volver a clamar. Debemos admitirlo, ¡ahora necesitamos al Señor más que nunca antes!
No debemos quedarnos demasiado en una experiencia del desierto y dejar ir a todas las limitaciones que nos atarían a nuestro pasado. En mi último libro “Dejando ir a nuestras limitaciones: Experimentando el poder transformador de Dios”, discuto las doctrinas religiosas, los pensamientos y los impedimentos que nos mantienen encadenados a nuestro pasado. Discuto ampliamente sobre cómo salir de los pensamientos que nos mantuvieron atados en nuestro pasado y cómo cambiar en el poder transformador de Dios.
Le confieso que en tiempos como este, debo volver a leer mi propio libro. Este libro lo ayudará mientras se posiciona a sí mismo para la próxima estación. Amado, ¡escuche! ¿Cómo podemos contener lo que el Señor está por hacer? La respuesta es esta: ¡Debemos transformarnos en un odre nuevo! Dios está por abrir fuentes frescas de renovación porque está por hacer algo nuevo.
Los odres nuevos
Mateo 9:16-17 dice: “Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva, porque el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor. Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, se reventarán los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan”.
Profundizando más en nuestra preparación para ser odres nuevos, debemos considerar el hecho que con frecuencia Dios tomará algo usado (viejo) y lo “restaurará” a nuevo. Cuando un odre se vuelve inflexible y necesita un tipo de “extensión vital” para poder seguir siendo usado, debe resistir el proceso donde se macera en agua y luego se lo frota intensamente con aceite. Mientras se hace esto, se produce una nueva flexibilidad para recibir el vino nuevo. Es bueno que Dios abra ríos y fuentes ahora mismo, esto intensificará nuestra necesidad de “empaparnos” en su presencia.
Mientras nos “empapamos”, Jesús, el Ungido, nos frotará con su aceite, con el propósito divino de hacernos más flexibles. Buscaremos cada vez más de su unción y, en consecuencia, seremos cada vez más ungidos mientras continuamos siendo usados para su gloria. Muchos de nosotros nos volvemos inflexibles en nuestros pensamientos y en nuestros sistemas de creencias. En consecuencia, somos incapaces de contener el vino nuevo del Cielo. La única manera de hacer un cambio que nos permitirá experimentar el río en nuestro desierto, es determinarnos a mantenernos firmes, mientras el Señor nos sacude, nos remueve de nuestras zonas de comodidad y anhelamos oír una nueva dirección del Espíritu Santo.
Una estación antigua debe terminar, antes que comience una nueva. Por tanto, preparémonos para lo nuevo permitiendo que se vaya el pasado. Además, el vino antiguo y la estación antigua están llegando a su final. Estuve notando que mis mensajes están cambiando mientras viajo de una región a otra. Los libros y los artículos que estoy escribiendo también están atravesando un cambio. Esto se debe a que estoy tratando desesperadamente de dejar ir lo que “pienso que conozco” y abrazar lo nuevo. El Señor está hablando diferente… no limitemos su Voz a una voz y directiva familiar del pasado. Sí, el Señor nos está desafiando a dejarlo ir. Dios desea soltar una nueva libertad sobre nuestra vida y una unción fresca que destruirá los yugos de opresión en nuestras propias vidas, así como en las vidas de otros.
Permítame orar por usted mientras deja ir lo viejo y abraza lo nuevo:
Padre, oro hoy por tus hijos. Nos estás guiando de una manera diferente y estamos aprendiendo a confiar completamente en ti. Gracias por guiarnos a salir de nuestro desierto antiguo. Gracias por liberarnos de la falsa voz del enemigo y la voz seductora de nuestras experiencias pasadas que no te glorificaban. Gracias por prepararnos a cada uno de nosotros para ser odres nuevos y así poder recibir todo lo que el Cielo tiene para ofrecernos. Mientras oramos para que el Cielo toque la tierra, nos sometemos a salir de nuestras zonas de comodidad para que nos puedas usar para demostrar tu Reino en plenitud. En el Nombre de Jesús. Amén.
Sandie Freed
(www.elijahlist.com)
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