Por Samantha Lee-Wiraatmaja
Amado, el
Señor me dijo que este es el año para correr con los caballos
“Se dispararán aquellos que esperaron en Mí y se mantuvieron obedeciéndome
fielmente. Lograrán más en este año que en cualquier otro año anterior. Este es
el tiempo para que prevalezcan los hijos maduros. Estos son mis tenaces que no
abandonaron, sino que persistieron. Los fieles que dirigieron sus rostros hacia
la meta y no bajaron los brazos hasta que la vieron concretada”.
Esta es la hora para que se levante el espíritu de los
guerreros, los hijos del León de Judá. Esto es lo que haré en los tres grupos
de guerreros:
Preparación. “Estos son los guerreros preparados que fueron fieles y
obedientes a través de mis procesos en sus vidas. Voy a lanzarlos como un misil
hacia el campo del enemigo. Serán enviados con mi presencia y poder para llevar
luz a las tinieblas. Fueron fieles con lo que les entregué y estoy por darles
mucho más”.
Reposo. “Estos son los guerreros fieros y heridos que estuvieron
en el campo de batalla. Los llamaré con ternura para que reposen en mí.
Mientras se sientan a mis pies, se restaurarán sus fuerzas. Pero más que eso,
comenzarán a recibir mucha revelación nueva que luego le entregarán al pueblo. Qué
vengan y se sienten conmigo un tiempo”.
Recalibración. “Estos son los guerreros que están perdidos o
desorientados fuera del camino. Voy a interrumpir su viaje y los traeré de
regreso a mis planes para ellos. Experimentarán Oseas 2. Les hablaré con
ternura, quebrando las cosas que los retuvieron y les daré un nuevo corazón y
una mente renovada. Los perseguiré, ninguno está tan lejos que mi amor no lo
pueda encontrar”.
“Este es el año para ascender y sobresalir. Deben cultivar el
espíritu de excelencia. Hagan todo sin quejarse y sin disputar, para que puedan
ser puros e irreprochables, hijos de Dios sin faltas en una generación
pervertida y deshonesta. Entonces brillarán entre ellos como las estrellas en
el cielo mientras se aferran con firmeza a la palabra de vida” (Filipenses 2).
“Haré crecer tu influencia y alargaré tu territorio. Habita en mí
y permite que habite en tu vida. Solo con mi presencia producirás fruto que
perdure”.
“Este es el año para los obreros en el terreno, los que se
comprometieron aliándose con el Señor de los ejércitos y lo sirvieron con una
determinación inquebrantable. Vendré y estaré con mis siervos fieles,
llenándolos de poder para que puedan hacer cosas mayores a las que alguna vez
siquiera imaginaron”.
“Este es el año donde mi quíntuple unción se manifestará cuando
estén juntos y en unidad. El trabajo en equipo y el amor fraternal son
necesarios. La cosecha que viene será tan grande que ningún hombre podrá
recogerla por sí solo. Los días de las súper estrellas cristianas pasaron,
estoy abandonando los ministerios de un solo hombre. Estos son los días del
ministerio de los santos, mis hijos e hijas que buscan mi gloria y no su propia
gloria personal”.
“Este es el año para los que no tienen un nombre o un
rostro reconocido, se levantará el
ejército del Señor integrado por quienes no califican. Será una compañía de
personas que solo le temerán al Señor, cuyos ojos solo lo mirarán a Él y
marcharán en unidad sin romper la formación. Remuevan el orgullo que los exalta
a ustedes mismos y los pone en mi contra. Remuevan la sabiduría humana que se
levanta contra mi sabiduría. Porque mis caminos son más altos que los de
ustedes, mis pensamientos son más altos que sus pensamientos”.
“¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el
Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y
su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas
del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y
caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las
águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Isaías
40:28-31).
Samantha Lee-Wiraatmaja
(www.elijahlist.com)
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