martes, 3 de mayo de 2016

“Abrace lo ilimitado de Dios y descubra sus posibilidades infinitas”

Por Bobby Conner

Dios es verdaderamente infinito
Amado, este es mi año 470 predicando la Palabra de Dios, con un promedio de cinco mensajes a la semana durante todos estos años. ¡Aquí está mi confesión! Cuanto más conozco a Dios y su gracia asombrosa, más comprendo que apenas lo estoy conociendo.

Considere estos versos: “¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! ¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague? Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén” (Romanos 11:33-36).

Muchísimo más que todo
En una experiencia profética electrizante, el Señor Jesucristo me dijo: “Bobby, te doy mi autorización personal para que exageres lo que estoy por hacer”. Asombrado por esta notable sugerencia, le pedí una Escritura de referencia. El Señor Jesús me respondió de inmediato: “¡No hay problema!”. Me entregó estos versos de Efesios 3:20-21: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén”.

Planes súper abundantes para nuestra vida
El Salmo 103:11 dice: “Tan grande es su amor por los que le temen como alto es el cielo sobre la tierra”. Amados santos, Dios desea llevarnos hacia nuevos niveles de victoria en cada área de nuestra vida, espíritu, alma y cuerpo (Romanos 8:37). Puedo decirle con gran confianza que los mejores días para el pueblo de Dios están ante nosotros y no detrás. En realidad, Dios puede hacer cualquier cosa (Génesis 18:14) y tiene planes firmes para cada uno de nosotros. Estos planes son más seguros y “súper abundantes” en maravillas de lo que podemos imaginar o pedir.

Simplemente no podemos exagerar acerca de lo que Él está por hacer, porque su obra en nuestros corazones y en nuestras vidas siempre sobrepasa todo lo que podríamos pensar o imaginar.

Los planes espectaculares de Dios para nosotros son solo para nuestro bien (ver Jeremías 29:11). Aun si estamos atravesando tiempos difíciles, debemos recobrar el ánimo: “Tenemos sus promesas preciosas para nuestro consuelo, gozo y seguridad”. Sin importar cuál sea la prueba que estamos experimentando en nuestra salud, finanzas, matrimonio, hijos o con nuestros seres queridos, Dios tiene grandes bendiciones inimaginables reservadas para nosotros, en la medida que nos volvamos a Jesús, a su Espíritu dentro de nosotros y a su Palabra viviente (ver Romanos 8:28).

Sabemos que todas y cada una de las promesas del Señor son ciertas: “La Palabra nos promete un cambio radical divino”. Todo el Cielo y la tierra pueden pasar, pero la Palabra de Dios nunca fallará. ¡Nunca!

Súper abundante intimidad
El Señor quiere específicamente que incrementemos nuestra capacidad para tener una comunión íntima con Él. El Señor anhela hablarnos de “un abismo a otro abismo”, de Espíritu a espíritu. Así como el Señor le prometió al profeta Jeremías, nos asegura que responderá a nuestro clamor por conocerlo y tener comunión con nuestro Hacedor: “Clama a Mí y te responderé, y te mostraré cosas grandes y poderosas que no conoces”. La palabra traducida como “poderosas” (Strong 1219) viene del hebreo “bâtsar” y significa estar aislado, inaccesible por la altura o por una fortificación, cercado, amurallado.

Aquí el Señor está diciendo que si clamamos a Él, nos revelará absolutamente todo lo que es inaccesible para nosotros, los misterios del Reino, asegurados dentro de su magnificente corazón de amor, donde todo es mucho más abundante de lo que podemos pensar o pedir. Amado, clamemos con el apóstol Pablo: “Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte” (Filipenses 3:10). ¡El Señor responderá esta oración con una medida que excederá nuestros sueños más salvajes!

Súper abundante sabiduría
El Señor Jesucristo también quiere darnos su sabiduría de una manera “muchísimo más abundante” para que podamos tomar mejores decisiones. Considere Santiago 1:5: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”. En el Salmo 32:8 tenemos la promesa del Señor: “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti”. ¡Esta es una palabra profética segura! Tenemos la Palabra del Señor y la mente de Cristo para proveernos sabiduría abundante y extravagante en cada hora de nuestras vidas.

Tomemos esta Escritura con nuestro corazón: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia” (Proverbios 3:5). La palabra hebrea que traduce “descansar” es “shâ'an” (Strong 8172), que significa descansar, reposar, apoyarse y permanecer. Estamos llamados a permanecer y reposar en las promesas de nuestro Dios, la mente de Cristo, no sobre nuestros propios razonamientos y observaciones, aunque sean bien intencionados. Este es un llamado a una dependencia extravagante, una fe y una confianza como la de los niños (ver Salmo 55:22).

Si le ofrecemos al Señor nuestro súper abundante descanso, dependencia, reposo y confianza, responderá con su súper abundante sabiduría y dirección.

Súper abundante unción
Cristo también anhela darnos una unción más fuerte para que podamos tener una mayor influencia para el Reino. Considere el Salmo 92:10: “Me has dado las fuerzas de un toro; me has ungido con el mejor perfume”. Tener una unción “súper abundante” para cada ocasión, nos capacita para hacer las obras de Dios en la tierra, porque: “El que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió” (1 Juan 2:6). Esta unción súper abundante no solo nos capacita para hacer las mismas señales, maravillas y milagros que nuestro Maestro, el Señor Jesucristo. También nos capacita para comprender su voluntad y hablar su verdad en cada situación.

Según la Palabra de Dios somos “señores representantes” del Todopoderoso, enviados con poder para funcionar (ver 2 Corintios 5:20). Nunca debemos olvidar que Cristo estableció: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). En consecuencia, el Señor nos comisionó para que hagamos sus obras en la tierra.

Meditemos en esta promesa más asombrosa del Señor: “Todos ustedes, en cambio, han recibido unción del Santo, de manera que conocen la verdad” (1 Juan 2:20). La palabra hebrea para “unción” (Strong 5545) en este verso, es en griego la palabra “chrisma”, derivada de “chrio” (Strong 5548), que significa frotar o untar con aceite, consagrar para un oficio o un servicio religioso, ungir.

Fuimos frotados con el Espíritu Santo, consagrados para el oficio del sacerdocio real para servir a nuestro Señor. Esta unción es impartida con libertad, con liberalidad y de manera súper abundante sobre nosotros, amado hermano. Debemos creer esta promesa y comenzar a actuar en la unción que ya nos fue dada para hacer las obras del Reino en la tierra.

Provisión súper abundante
Nuestro Padre también quiere bendecirnos con una provisión súper abundante en nuestras finanzas y en los lugares de trabajo, para que podamos ser una gran bendición para otros (2 Corintios 9:6-8). Cristo Jesús establece que si somos fieles en nuestra generosidad, otros nos retribuirán de una manera abrumadora (Lucas 6:38).

Amado, cuando enfrentamos las facturas pendientes y las deudas o los problemas en nuestro lugar de trabajo, ministerio o inversiones, no podemos quedarnos en shock, débiles, impotentes, estancados o paralizados en las mismas viejas rutinas de temor, duda e incredulidad. Debemos someternos al Dios de paz, resistir a esos demonios y luego huirán de nosotros (Santiago 4:7).

Debemos recordar que estas “emociones” de temor y ansiedad no solo son negativas, sino espíritus demoníacos y fortalezas con la asignación de destruir nuestra vida y robarnos nuestro destino (2 Timoteo 1:7). En lugar de recibirlos y ponernos de acuerdo con estos demonios de temor e incredulidad, debemos recibir al Espíritu Santo y sus promesas preciosas acerca de su provisión para nosotros.

Amados, su Palabra es una verdad como una roca sólida (Mateo 7:24-27). Afirmarnos en la Roca de Cristo y comenzar a actuar conforme a esta realidad, echando todas nuestras preocupaciones sobre Dios, dando abundantemente y con liberalidad según nos guíe el Espíritu, y regocijándonos grandemente porque nuestro Padre está haciendo “muchísimo más” de lo que podemos pedir o imaginar en nuestras finanzas, carreras, ministerios e inversiones. No veamos las noticias desde los reportes de Wall Street, donde los mercados globales suben y bajan, o desde los pronósticos que nos ofrecen los simples mortales. En lugar de ello, debemos mirar a nuestro Creador eterno, omnipotente y omnisciente que desatará provisión abundante en nuestra vida y en las vidas de nuestros seres queridos.

Gloria súper abundante
El Señor Jesucristo nos está invitando a elevar nuestra visión por encima de nuestras circunstancias y situaciones naturales, para fijarlos solo en Él y en su Palabra (Salmo 34:5). Mientras hacemos esto, podemos esperar ver la gloria súper abundante de Dios llenando toda la tierra. Por encima de todo esto, necesitamos aceptar su invitación para elevarnos hacia nuevas dimensiones de gloria (Apocalipsis 4:1-2), enfocándonos en Cristo como nuestro Proveedor, Redentor, Libertador, Guía y Sanador. No debemos enfocarnos y habitar en nuestras dificultades, sin importar cuán doloroso pueda ser esto para nuestra carne (Isaías 26:3). Dios nos está invitando a volver nuestros ojos hacia Jesús y quitarlos de los desafíos naturales y terrenales, porque Él tiene nuevas fronteras del Espíritu para que exploremos y montes más elevados de fe y gloria para que trepemos.

Nuestro caminar con Cristo no puede ser monótono o mundano. Por el contrario, puede estar lleno con aventuras y manifestaciones “súper abundantes”, más allá de lo que podemos imaginar. Cada día con Jesús puede traernos emociones y gran excitación acerca de su gloria creciente sobre la tierra y dentro de cada uno de nosotros. Cada día somos invitados a enamorarnos más y más de nuestro precioso Rey y nuestro amado Salvador.

Hay mucho más para vivir en Cristo de lo que podemos imaginar (Salmo 36:9). En su presencia encontramos plenitud y gozo inagotable, un “gozo indecible y lleno de gloria” (Salmo 16:11, 1 Pedro 1:8). No podemos permitirnos distracciones por las pruebas de este mundo. En lugar de ello, debemos elegir este día vivir ante el brillo de su gloria, creyendo en el  amor, misericordia y gracia “súper abundantes” de Jesucristo dentro de nosotros.

Bobby Conner

(www.elijahlist.com)

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