Por Sandie Freed
El domingo
de Pentecostés de este año me encontraba ministrando en nuestra congregación
“Lifegate Church International”, en Hurst, Texas. Como la mayoría de ustedes
saben, Pentecostés es un tiempo que celebran tanto los judíos como los
cristianos. Por causa de este artículo, no voy a tratar el aspecto histórico de
la celebración de Pentecostés, me enfocaré en la perspectiva cristiana. Parece
que la mayoría de los evangélicos reconocen al Pentecostés como el momento del
nacimiento de la Iglesia. Sin embargo, ¡en Pentecostés ocurrieron muchas cosas más!
En este domingo de Pentecostés pude oír con claridad al Señor que decía: “Estoy por introducir
a mi pueblo en un nuevo tiempo de soluciones repentinas”. Ahora, cuando
oí eso esperé un poco para oír un viento recio… para ver llamas de fuego… para
ver a los ángeles con carbones encendidos desde el altar, viniendo hacia mí
para encenderme y limpiarme. Pero cuando no experimenté ninguna de estas
manifestaciones, me volví a Dios cuando me habló de las cosas repentinas. Inmediatamente
me sentí excitada, mientras pensaba sobre la correlación entre la descripción
de las cosas repentinas de Pentecostés y Hechos 2:1-2:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo
lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de
viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos”.
La palabra “repentino”
en el pasaje anterior, es la palabra griega “afno” que significa “inconsciente,
inesperado”. Creo que podemos
estar de acuerdo que aquellos que se reunieron en el aposento alto desconocían
por completo lo que iba a pasar y se sorprendieron por la manera cómo se
manifestó el “poder”
(que Jesús les dijo que debían esperar). Al seguir estudiando lo repentino,
podemos darnos cuenta que está conectado con otras palabras que se traducen
como la manifestación de algo que antes no se veía o algo que se iluminó.
Sabemos por los hechos que ese día realmente hubo un sonido repentino desde
el Cielo como un viento recio que llenó toda la casa donde se encontraban.
Luego aparecieron lenguas como de fuego sobre cada uno de ellos. Además, fueron
repentinamente llenos con el Espíritu Santo (Hechos 2:2-4). Piense acerca de
esto mientras consideramos la palabra “repentino”.
En el día de Pentecostés se soltó un poder que hasta ese momento no se
había visto y era desconocido para los seguidores de Cristo. El Espíritu Santo
se reveló y la voluntad perfecta de Dios también se manifestó y se iluminó. Este
nuevo “bautismo”
del Espíritu Santo los llenó con un fuego fresco, un celo y la unción para ser
enviados a predicar el Evangelio.
Creo que fuimos transformados repentinamente en un
impulso apostólico que nos moverá hacia adelante, con una presencia fiera y la
osadía para demostrar plenamente el poder absoluto de Dios. Quizá no se sienta encendido en fuego ahora
mismo o estuvo clamando para recibir una pasión fresca de su presencia, pero le
aseguro que está entrando en el tiempo de su promesa repentina. Yo sé que usted
es como yo, hambrienta por demostrar el amor del Señor y sí, su poder, su
sanidad, su liberación, su seguridad y su restauración.
¡Dios está desatando cosas
repentinas asombrosas!
¿Quiere que Dios haga un milagro repentino en su vida? ¿Se regocijaría si
repentinamente fuera libre de una adicción, una atadura o una situación
problemática? Si usted es como yo, estoy lista para testificar más del poder
asombroso de Dios. ¡Sí, Dios es asombroso! ¿No estaría de acuerdo? ¿Puede
identificar por qué también podría creer eso? Espero que haya sido testigo
sobre la parte asombrosa de “recibir” en lugar de solo ejercitar otro
sermón o confesión bíblica tipo “repita después de mí”.
Por favor no me interprete mal, creo
en declarar la Palabra. Sin embargo, viene un
tiempo en el cual necesitamos testificar el poder, los milagros, las
demostraciones, las aperturas y los cielos abiertos del Señor. Siga
leyendo si anhela posicionarnos para una presencia increíble y la manifestación
de cosas divinas repentinas por edificar una gran fe.
Nuestro Cielo abierto
Todos estuvimos clamando por más experiencias de “cielos abiertos”. Amado, preste atención. Dios lo visitará
repentinamente con sueños y visiones. Jacob no esperaba una visitación del
Cielo y al final del día, recostó su cabeza sobre una roca y luego
repentinamente experimentó un Cielo abierto por medio de un sueño. Génesis
28:10-16 es el relato bíblico del viaje de Jacob desde Harán y cómo, durante un
sueño, Jacob vio una escalera que alcanzaba el Cielo y a los ángeles que
ascendían y descendían por ella.
Luego Jacob vio al Señor y lo oyó confirmar su identidad como el Dios de
Abraham y de su padre Isaac, junto al pacto que hizo con Abraham y sus
descendientes (incluido Jacob). Jacob se despertó del sueño habiéndose dado
cuenta que fue testigo de la puerta del Cielo. Yo la llamaría una experiencia
de Cielo abierto. Piense acerca de esto, porque
usted puede tener una experiencia similar con el Señor, experimentando
confirmación, coraje, revelación y cielos abiertos por medio de un sueño.
¡Prepárese para lo repentino!
Jacob no tenía una almohada suave y mullida, sino una piedra. Esto es simbólico. Jesús es la Roca y cuando podemos
reposar completamente en Él, repentinamente podemos vivir las aperturas que
ocurren conectadas con un cielo abierto. Tratar de abrir los cielos
en nuestras propias fuerzas y con nuestro conocimiento (o doctrinas) para
buscar más revelación, no nos conectará con nuestro futuro.
Recuerde, Jacob soñó con una escalera. Las escaleras nos conectan con lo
que ven los ojos de nuestro corazón. Lo que vemos con los ojos de nuestro
corazón es más real que lo que vemos en lo natural. Experimentar una situación
repentina que nos transforme de vivir circunstancias naturales a estar bajo cielos
abiertos, requiere que reposemos en el Señor.
Otras situaciones repentinas
Recuerdo otras escrituras donde se experimentaron situaciones repentinas
asombrosas. Una de ellas fue Noé, quien edificó fielmente un arca durante cerca
de un siglo sin ver señales de lluvia. Luego un día, repentinamente, comenzó a
llover. Amado, si usted se encuentra dentro de un proceso de edificación y no
ve señales de apertura, permita que su fe se eleve. Su situación repentina fue
ordenada por el Cielo, prepárese para edificar. Quizá se encuentre en un tiempo
de sequía y necesite lluvia. Amados, Dios
está abriendo las compuertas a su favor. ¡Recíbalo!
Otro relato de una situación repentina ocurrió en el Nuevo Testamento,
cuando Pablo y Silas estaban presos por echar fuera un espíritu de adivinación,
mientras se encontraban ministrando en Grecia. Aunque se encontraban
encadenados y con grilletes, comenzaron a cantar y alabar a Dios. Creo que
querían salir de ese foso, pero creo mucho más que se concentraron en enfocarse
en Dios y en su amor abrumador. Como resultado, hubo un terremoto que sacudió
todo el lugar y fueron libres de la cautividad.
Podemos aprender de su ejemplo para alabar a Dios en
todas las cosas… en medio de cualquier tormenta… cuando somos confrontados por
las preocupaciones de este mundo… cuando perdimos toda esperanza… y
repentinamente el Señor se moverá a nuestro favor. Amado creyente, permítame
alentarlo: ¡Algo repentino está a punto de ocurrir en su vida! El Señor está
por sacudir todos los yugos, las cadenas y las ataduras de su vida. Sacudirá
los cielos y la tierra a su favor.
¡El Ejército del Señor de los
últimos tiempos lo incluye a usted!
Hay un ejército poderoso que se está levantando en esta hora, completamente
equipado para ser usado para su gloria. ¡Usted está destinado a ser parte de
ese arsenal! Dios nos está liberando de las falsas acusaciones del enemigo. El Señor probará su fidelidad al destronar cada profecía
falsa que satanás y sus huestes hablaron sobre nuestra vida.
En mi último libro “Silenciando al acusador: Ocho mentiras que satanás usa
en contra de los cristianos”, identifico cómo el enemigo seduce
nuestra fe. Cuando el enemigo alcanza nuestra fe, nos miente acerca de nuestra
identidad. Con frecuencia el resultado será la duda, la incredulidad y el
temor. Los aliento a leer este libro si se sienten abrumados por la vergüenza,
la culpa, la desvalorización o cualquier otra cosa relacionada con su
identidad.
Muchas veces cuando los cielos parecen de bronce, en realidad no son así. Debemos
recordar que Dios nos prometió abrir los cielos. Por esta razón el enemigo
viene para acusarnos falsamente durante los tiempos de sequía. Cuando no
creemos todo lo que dice Dios sobre quienes somos en Él, nos abrimos a los
argumentos del enemigo. Debemos posicionarnos con una fe divina. El diablo no
desea que tengamos fe para que ocurra algo repentino. Permítame volver a
asegurarle una vez más: Algo repentino está esperando para manifestarse a su
favor.
¡Debemos prepararnos para las cosas repentinas del
Señor! ¡Él nos ama y promete cuidar cada palabra que habló sobre nuestro futuro
y nuestro destino divino!
Oremos juntos:
Padre Dios,
estoy agradecida porque hiciste entrar a tus hijos en un tiempo de situaciones
repentinas. Capacítanos para cambiar mientras nos hablas por sueños y visiones.
Gracias por la revelación divina que nos permite ver nuestras circunstancias
como Él las ve. Padre,
tú dijiste que tus hijos son bendecidos. En consecuencia, abrirás los cielos y
soltarás nuestras herencias de bendición. Señor, gracias por las cosas
repentinas que se desatan a nuestro favor. En el Nombre de Jesús, Amén.
Sandie Freed
(www.elijahlist.com)
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