Por Lana Vawser
El Señor está
guiando a muchos hacia nuevos “espacios estratégicos” y puertas hacia nuevas
realidades que ahora se están abriendo
Hace poco tiempo pude
ver los “cambios
de marcha” sobre el Cuerpo de Cristo, donde el Señor está trayendo
cambios y en algunas circunstancias, un cambio de enfoque sobre la dirección de
destino. Muchos sintieron que viene, una sensación casi de indefinición por la
transición, pero sin ver las puertas abiertas hacia lo que este cambio
significa.
Literalmente se están
comenzando a abrir las puertas hacia nuevas realidades y cambios. El Señor está
por resaltar y confirmar las nuevas dimensiones hacia las cuales está llevando
a muchos de sus hijos en este tiempo de maneras sobrenaturales. Me mantuve
oyendo las palabras: “Estoy cantando levántate y resplandece”. Pude ver que el Señor cantaba eso sobre
nosotros, anticipando la nueva mañana del nuevo día que estamos a punto de
vivir. Sin embargo, también es un tiempo para pararse en dimensiones mayores de
nuestro destino y brillar en esa área (Isaías 60:1).
Muchos
de los que continuaron abrazando el fuego y el proceso del Señor, están por
verse en lugares de promoción e influencia significativa para el Reino. Hay
nuevas asignaciones que el Señor está impartiendo todo el año, pero ahora se
están incrementando significativamente en número, provisión y manifestación.
Nuevos mantos y asignaciones
Mientras observaba al
Señor sosteniendo estos nuevos mantos, parecían mucho más grandes que la gente
que debía usarlos. Tenía una sensación que estas personas fueron preparadas “para un tiempo
como este”, porque su intimidad con el Señor era más profunda y su
carácter había sido trabajado significativamente. También había un lugar de
dependencia profunda del Señor en todo el tiempo para funcionar en esta nueva
unción y crecer en el conocimiento sobre cómo operar en ella. El Señor estaba
dando a luz esa hermosa dependencia en su pueblo por medio de nuevos mantos, no
solo para que crezcan dentro de ellos, sino en su operación.
Pude ver al Señor
introducir a cada una de estas personas en un nuevo “espacio estratégico”. Estas nuevas asignaciones y mantos no eran algo
sobre lo cual se hubieran parado antes, entonces el terreno era completamente
desconocido. Pude ver a Jesús sentado en
una mesa con estas personas y presentando nuevas estrategias, enseñándoles de
una nueva manera y revelándoles profundamente las Escrituras que necesitarían
para moverse en estas nuevas estrategias.
Mientras estaba
sentado y los entrenaba, los vientos de aceleración soplaban con fuerza
alrededor de ellos. Cuando soplaban estos vientos, pude ver huestes de ángeles
que los rodeaban declarando: “Bienvenidos al Campo de entrenamiento acelerado del
Espíritu Santo”. El pueblo de
Dios comía un rollo tras otro, mientras los inundaba la impartición.
¡Nuevas estrategias mientras se involucran!
Pude oír a Jesús
hablándoles: “Las
cosas que demoraron años en aprender en lo natural, las podrán asimilar en
momentos por medio de mi Espíritu”. Había
tanta activación y revelación ocurriendo que eran como mareas. Las estrategias tenían
niveles y manifestaciones completamente nuevos, pero había mucha más facilidad
y gracia. Toda la atmósfera estaba electrizada con las palabras: “¡Promoción!
¡Promoción! ¡Promoción!”. Esa anticipación y
excitación se debía a lo que el Señor estaba haciendo. Mientras esto ocurría en
el Espíritu, en lo natural el pueblo de Dios se estaba moviendo en nuevas
asignaciones en la tierra, con un nivel elevado de gracia, naturalidad, unción
y realeza.
Isaías 22:22 dice: “Sobre sus hombros pondré
la llave de la casa de David; lo que él abra, nadie podrá cerrarlo; lo que él
cierre, nadie podrá abrirlo”. Esta
palabra inundaba todo. Donde había nerviosismo o temor, decían “Jesús, no
sabemos cómo lo vas a hacer”.
Cuando se afirmaban en esa palabra, todo lo que el Señor estaba depositando en
ello en el lugar secreto brotaba como una inundación, mientras fluía la unción.
Se están por abrir
para muchos de nosotros nuevas dimensiones y puertas mayores de lo que podríamos
imaginar, porque fuimos preparados para un tiempo como este. “Mientras
avanzamos”, debemos saber que en nuestro lugar secreto estamos en el
campo de entrenamiento del Espíritu Santo. Necesitamos recordar que el Señor va
delante de nosotros y avanza con nosotros. Debemos permitir que esas raíces de
dependencia de Jesús se profundicen mientras estamos llamados a alejarnos cada
vez más de nuestra “zona de comodidad”.
Estamos creciendo en
estos nuevos mantos y asignaciones que nos permitirán recibir la impartición y
la revelación de las nuevas estrategias mientras avanzamos. Veremos la gloria
de Dios en estas puertas levantándose sobre nosotros y a través de nosotros de
maneras como nunca antes imaginamos, para entrar en nuevas dimensiones de
influencia. Tendremos la revelación, la
sabiduría y las invenciones ingeniosas del Señor que comenzarán a conformar y
cambiar las atmósferas, los pueblos, las ciudades y las naciones.
Lana Vawser
(www.elijahlist.com)
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