Por Jennifer Eivaz
Cuando el profeta Daniel comenzó
a buscar al Señor por su pueblo, peleando por ellos a través de la oración y el
ayuno, se reveló la fuente real de su esclavitud. A Daniel se le apareció un ángel
y le dijo: “No
tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te
propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella
estoy aquí. Durante veintiún días el príncipe de Persia se me opuso, así que
acudió en mi ayuda Miguel, uno de los príncipes de primer rango. Y me quedé
allí, con los reyes de Persia” (Daniel 10:12-13).
Los israelitas no solo estaban cautivos en Babilonia, su verdadera
cautividad se debía al espíritu que gobernaba a los babilonios, conocido como
el Príncipe de Persia. Eso ocurrió hasta que un
profeta comenzó a pelear en oración y ayunar para que el Cielo soltara la
respuesta. Primero vino en la forma del arcángel Miguel, quien fue enviado a pelear
en la dimensión del espíritu contra el Príncipe de Persia.
“Profetice a la gente, a la tierra, al aire, al mar y
a todas las criaturas. Profetice a todo lo que parece muerto. Profetice a
las siguientes generaciones”
Entonces, como lo
predijo el profeta Jeremías, el rey Ciro de Persia liberó a los exiliados luego
de 70 años de cautividad para que regresaran a su patria a reedificar su ciudad
y su templo. Tenga en mente que su
cautividad física, en primer lugar era espiritual, pero una vez que se resolvió
en la dimensión del espíritu, la respuesta se manifestó en el plano físico.
Debemos tener esto presente: Así como ocurrió con Daniel, Dios oyó
nuestro clamor por libertad. Hemos
llorado, clamado, lamentado, sufrido y agonizado ante el Señor. “¿Por qué esta esclavitud? ¿Por qué esta muerte? ¿Donde está la
liberación que nos prometiste? ¿Cuándo derramarás tu Espíritu sobre nosotros?”.
Comprenda que nuestra batalla primero es espiritual y luego física. Para muchos, su batalla en
realidad es contra los dioses de la tierra (ver Éxodo 12:12), esto requiere que
reciban una promesa clara y una estrategia divina del Señor para ganar. No es
solo un problema individual, tiene que ver con el lugar donde habitamos y qué
está ocurriendo en nuestra ciudad o región.
Fui atacada por un espíritu de Pitón
Los intercesores
proféticos con frecuencia serán enviados a un territorio para traer liberación
y sanidad a la tierra. Cuando digo la palabra “tierra”, me refiero a las
ciudades, regiones y naciones. La tierra debe ser liberada de los espíritus
territoriales, como ocurrió con Daniel y el Príncipe de Persia, removiendo los
efectos de la iniquidad que cometieron sus residentes actuales y las
generaciones anteriores (ver Levítico 26:40-42).
Por definición, la iniquidad se diferencia
del pecado y la transgresión. Transgredimos debido a
nuestra naturaleza de pecado y esto es comparable a hacer algo en el momento
como mentir, deshonrar la autoridad, superar el límite de velocidad, etc. Sin
embargo, la iniquidad está más profundamente arraigada en lo premeditado e
intencional, sin opción a arrepentirse. Por ejemplo, el rey David cometió
iniquidad con Betsabé. La iniquidad también
trae maldición a la tierra y fortalece a los principados demoníacos para
continuar su dominio de terror y esclavitud en contra de los residentes de la
tierra.
Verá y experimentará
el impacto de esto a nivel físico, pero su origen siempre ocurre en la dimensión
espiritual. Esto es así hasta que la Iglesia, bajo la guía del Espíritu Santo,
se pare en la brecha para arrepentirse por la iniquidad de la tierra, tanto
presente como pasada, desatando una reacción en cadena en la dimensión
espiritual para “sanar
la tierra” (ver 2 Crónicas 7:14).
Esto es lo que experimenté mientras me preparaba para ministrar en una
conferencia profética en la Paradox Church, en Australia Occidental. Unas pocas
semanas antes del evento noté que no me estaba sintiendo bien, pero no le
presté mucha atención. Sin embargo, unos pocos días antes de volar para asistir
al evento, terminé en la sala de emergencia a mitad de la noche sin poder
respirar.
Para hacer corta la
historia, reconocí que mi problema físico en realidad era espiritual y estaba
recibiendo el ataque del espíritu de Pitón. Este espíritu hace toda clase de cosas
perversas, pero algunas características de este tipo de ataque contra nosotros
son estrangularnos, sofocarnos, apretarnos, confinarnos y restringirnos a una
frustración enloquecedora. Piense cómo se comporta una serpiente de Pitón en lo
natural y tendrá la imagen. Ataca con
fiereza tanto la oración como lo profético, ambos son la antítesis del espíritu
de Pitón, porque soplan la vida de Dios sobre la gente y las regiones.
Leemos acerca de este
espíritu en Hechos 16:16: “Una vez, cuando íbamos al lugar de oración, nos salió al
encuentro una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación. Con sus
poderes ganaba mucho dinero para sus amos”. El
espíritu de adivinación citado en este texto es Pitón e históricamente se lo
reconoce como el espíritu guardián del oráculo de Delfos.
“La iniquidad también
maldice la tierra y fortalece los principados demoníacos para continuar su
asedio de terror y esclavitud contra los residentes de la tierra”
Peleando contra un Wagyl
Mientras investigaba
el área por la que estaba viajando y para mi completa sorpresa, aprendí que
había sido dedicada al espíritu de Pitón desde el principio. Se la menciona
como Wagyl y según la cultura Noongar (una tribu aborigen) es una criatura como
una serpiente a la cual se le atribuye haber creado ciertos cursos de agua
alrededor del área de Perth y Australia Occidental.
Este espíritu también
tenía la reputación de aparecer con su forma de serpiente ante ciertos líderes
tribales en diferentes puntos de su historia. Mientras trataba con este ataque
que me impedía respirar y ahora entraba al área de Perth, los miembros de la Paradox
Church y otros intercesores maduros, también fueron activados por el Espíritu
Santo para interceder contra el espíritu de Pitón a lo largo de todo su
territorio. Mi asignación se hizo clara
como el cristal. Fui enviada a asesinar a “Wagyl” (ver Salmo
149:8-9).
La primera noche de
la conferencia hice un llamado al altar para probar esto: “Si usted no puede respirar, se siente
restringido, confinado o sofocado, por favor pase al frente para orar”. Respondió la cantidad suficiente de personas
para confirmar que estaba en el camino correcto y vimos un gran nivel de
liberación esa noche.
La mañana siguiente
hablé en la reunión regional de intercesores y no lo retuve. “El Espíritu Santo nos está instruyendo para poner una
sentencia de muerte sobre este espíritu en la corte de oración. Dios está
juzgando este espíritu, usándonos para hacerlo y comienza ahora”. Tenga en mente que nunca hago estas cosas a
la ligera o sin cuidado. Fui atacada de una manera tan viciosa que nunca
tomaría este tipo de acción en contra de un espíritu territorial, a menos de
estar segura que escuchaba las directivas del Señor sobre este asunto y con
muchas confirmaciones.
Avanzamos y
decretamos algo como esto: “Decretamos el juicio en contra del espíritu de Pitón
conforme a la palabra del Señor y decretamos según el Salmo 148:7 que la serpiente alabará al Señor”. En
otras palabras, todo lo que este espíritu impactó eventualmente servirá como
una ocasión para alabar al Dios Todopoderoso.
Luego entramos en un
tiempo de intenso arrepentimiento y el poder del Espíritu Santo comenzó a
moverse con una profundidad inusual y con niveles de poder el resto del fin de
semana. El Señor estaba honrando
verdaderamente nuestras palabras y sentimos que se estaba produciendo un cambio
tremendo. El resto de la conferencia comencé a enseñar, activar
y entregar profecías porque supe que era la medida contraria que necesitábamos
para revertir los efectos del espíritu de Pitón.
Palabra profética para Australia Occidental:
¡Dios está revirtiendo todo a nuestro alrededor para bien! En este momento
estamos siendo liberados de las constricciones, los confinamientos y las
restricciones demoníacas. Todo lo que ató esta
serpiente será transformado para la alabanza del Dios Todopoderoso. Nuestros
pulmones se expandirán con su alabanza. Con una alabanza hermosa y muy fuerte.
Nuestra canción recorrerá el mundo. Nuestro testimonio alentará a la tierra. La
voz de los apóstoles y profetas, la voz de la Iglesia, serán fuertes, bellas y
resonantes.
Los profetas están
aflorando ahora y saliendo de los lugares ocultos para ser revelados en los
dones que realmente tienen. La Iglesia se fortalecerá, será equipada por el
poder del Espíritu Santo. Puedo oír el sonido de la oración recorriendo todo el
territorio. Los intercesores se están levantando desde el polvo. ¡Es tiempo
para que la Iglesia profetice literalmente sobre todas las cosas!
Profetice sobre la gente, la tierra, el aire, el mar y todas las criaturas.
Profetice sobre todo lo que parece muerto. Profetice sobre las próximas
generaciones. Debemos ver nuestros próximos 100 años por el
Espíritu y ordenar su manifestación. Necesitamos sonar tan grandes como podamos
y luego exagerarlo mucho más. El Señor nos revelará su gloria y el placer
profundo de su rostro. Debemos levantarnos y brillar, porque su gloria está
sobre nosotros.
Jennifer Eivaz
(www.elijahlist.com)